El elefante Babar cumple 75 a?os
El personaje infantil encarna para unos los valores de la burgues¨ªa francesa y, para otros, lo peor del colonialismo.
La primera aventura de Babar se public¨® en Par¨ªs, en 1931, obra, a medias, del pintor Jean de Brunhoff y de su esposa, Cecile, pianista, que para ayudar a dormir a sus dos hijos -Laurent y Mathieu- se invent¨® la historia de un elefante que huye del bosque a la ciudad para escapar del cazador que ha matado a su madre. Ya en la ciudad se viste como una persona, camina a dos patas, se hace amigo de todos hasta que vuelve -en coche- a su poblado, donde es coronado rey. Ese elefante lleva por nombre Babar, que es el resultado evidente del cruce entre dos palabras -"pap¨¢" y "beb¨¦"- que corresponden a la psicolog¨ªa del personaje.
75 a?os despu¨¦s los correos franceses lanzan un sello dedicado a Babar -18 millones de ejemplares- y Laurent de Brunhoff se apresta a publicar una nueva aventura del elefante: Tour du monde de Babar. "No es un libro con una historia sino con un tema, como los dos anteriores. Ahora el viaje, antes el yoga y el museo" explica Laurent. "Creo que si el personaje sigue teniendo atractivo y gustando es porque encarna una imagen infantil de la felicidad familiar. Cuando los ni?os cumplen siete u ocho a?os, ?se acab¨® Babar!".
De Brunhoff se apresta a publicar una nueva aventura, 'Tour du monde de Babar'
Laurent de Brunhoff ha cumplido los 81y ha escrito y dibujado todos los libros de Babar desde 1948, cuando, apenas cumplidos los 20 a?os y una vez terminada la guerra, decidi¨® reanudar con la creaci¨®n exitosa de su padre, muerto siete a?os antes de una terrible tuberculosis ¨®sea. Los editores reclamaban continuidad y Laurent estim¨® que el trabaj¨® de ilustrador no iba a impedirle desarrollar su carrera como pintor, tal y como lo hab¨ªa logrado su padre. Y lo cierto es que Laurent expone regularmente sus acuarelas pero lo que la gente valora son sus aventuras de Babar, su trazo sencillo y colores pastel. "Nicholas Fox Webber recuerda que tanto Jean como Laurent estudiaron Bellas Artes y ve paralelismos entre su obra y la de pintores c¨¦lebres como Bonnard, De Kooning, Dufy, Delacroix, Matisse, Klee, Giacometti e incluso Rubens" dec¨ªa hace pocos d¨ªas la novelista Alison Lurie, admiradora confesa de Babar y "su doble naturaleza, animal y humana, de adulto y ni?o". Para ella se trata de un personaje que encarna valores t¨ªpicos de la burgues¨ªa y de la burgues¨ªa francesa, "pr¨®spera, instruida y cultivada, que va al teatro o a conciertos de m¨²sica cl¨¢sica o practica deportes propios de su clase, como la vela, el tenis, la nataci¨®n o el esqu¨ª". Otro escritor, Ariel Dorfman, tambi¨¦n le ve un componente t¨ªpicamente franc¨¦s a la manera de abordar la infancia: "En EE UU es una edad de placeres y aventuras, un fin en s¨ª misma, mientras que para los franceses es un per¨ªodo de ensayo y aprendizaje".
Obviamente, en nombre de lo "pol¨ªticamente correcto", no han faltado quienes han puesto de relieve el car¨¢cter reaccionario de las aventuras de Babar, que han sido tratadas de "racistas, colonialistas, petainistas y antidemocr¨¢ticas". Son acusaciones m¨¢s o menos fundadas o, en todo caso, compartidas por el 99% de las dem¨¢s historietas. Para Laurent de Brunhoff "es rid¨ªculo insistir en que Babar presenta un mundo colonial cuando algunas de sus historias est¨¢n escritas en un contexto en el que Francia era una potencia colonial". S¨®lo Pique-Nique chez Babar no puede ser reeditado, por expresa voluntad de su autor, que admite haberse inspirado en carteles con un fuerte relente racista.
En 1933, apenas dos a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n en franc¨¦s, Babar era editado en Londres y Nueva York. Hoy a los estadounidenses se les han sumado los japoneses, tambi¨¦n muy babarman¨ªacos. Del Tour du monde de Babar, que saldr¨¢ a la calle en septiembre, se har¨¢ una tirada millonaria. Algunos dibujos originales de Jean y Laurent de Brunhoff han pasado a formar parte de la Biblioteca Nacional y, en oto?o, un gran museo parisiense organizar¨¢ una exposici¨®n consagrada al elefante. "La verdad es que todo ese ¨¦xito me permite llevar una vida muy agradable" dice Laurent quien anticipa que Babar "morir¨¢ conmigo a no ser que mi hijo quiera continuar la aventura. Hemos hablado en varias oportunidades y siempre me ha dicho que no. ?l, a los casi cincuenta, ya tiene su vida hecha mientras que yo, cuando muri¨® mi padre, apenas hab¨ªa cumplido los 13".
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