Tarzan Boy / El Africano

- 1985. Espa?a ingresa en la CEE, que era como se llamaba la UE hace dos casillas. El PCUS, que ya ha visto como en un plis-plas se le han quedado pajaritos sus dos anteriores secretarios generales, se esfuerza en buscar a un l¨ªder joven o que, al menos, no se ti?a el pelo. Gorbachov, joven y calvo, cumple con los requisitos. Se inicia la Perestroika, un proceso de Transici¨®n que finaliza de manera diferente al espa?ol. Con Gorvachov en el paro. La URSS suspende el despliegue de los misiles de alcance medio en Europa. Una suspensi¨®n-trampa, seg¨²n el Gobierno espa?ol, que ya va a por todas en lo de la OTAN. El d¨²o Miguel Boyer- Ruiz-Mateos, renueva el g¨¦nero humor¨ªstico en la Pen¨ªnsula. Por lo dem¨¢s, la canci¨®n del verano vuelven a ser dos: Tarzan Boy, de Baltimora, y El Africano, de Georgie Dann, un cantautor con el pelo tan negro seg¨²n avanzan los a?os que podr¨ªa haber sido presidente del Politbur¨®.

- TARZANISMO Y AFRICANISMO. Baltimora era un se?or que cantaba, vestido de italiano, canciones en un ingl¨¦s mangui. De manera que, cuando llegaba al estribillo, el 90% de colectivo italiano y espa?ol pod¨ªa tararearlo. En el estribillo Baltimora se arrancaba el traje y aparec¨ªa vestido con un taparrabos de Tarz¨¢n (italiano). Las se?oritas, que llevaban pantal¨®n de ciclista, enloquec¨ªan. Mi disco duro conserva pocos m¨¢s datos de Baltimora. Georgie Dann, a su vez, ya era en 1985 una firma consolidada. Llevaba m¨¢s de 15 a?os intentando accesos a la canci¨®n del verano. Trabajaba tanto en verano y era tan efectivo que, si ten¨ªas que renovarte el pasaporte en agosto, ganabas tiempo si acud¨ªas a Georgie antes que a una comisar¨ªa. Su canci¨®n de este a?o hablaba de un negro salido, que le ped¨ªa jarana a una se?orita. Abordaba un tema que ya hab¨ªa sido cultivado por Lope de Vega. O, con otra orientaci¨®n, glups, por David W. Griffith. O, a¨²n m¨¢s orientado -dos glups-, Jean Marie Le Pen. Lo llamativo, en todo caso, era el t¨ªtulo de la tonadilla. No se llamaba El negro, que era como todo el mundo la llamaba, sino El Africano. Exist¨ªa un filtro entre el producto y su denominaci¨®n. Ese filtro igual era lo Politically Correct, fil¨®n que Georgie Dann, cronista de su ¨¦poca, es tal vez el primero en constatar.

- TODO UN G?NERO. En castellano la palabra negro y moro son absolutamente razonables. Describen, funcionan y no son peyorativas. El romancero, verbigracia, est¨¢ lleno de moros que se llevan a la chica en la ¨²ltima escena. No obstante, por estas fechas son palabras que suenan mal. Y son substituidas por construcciones de laboratorio. Negro pasa a ser subsahariano. Una guineana me lo dibuj¨® con este chiste: "antes era negra y ahora soy subsahariana. No llego ni a sahariana". Moro pasa a ser magreb¨ª. Con lo que el Frente Moro de Filipinas, pasar¨ªa as¨ª a ser el Frente Magreb¨ª de Filipinas, directamente y sin pasar por la casilla de salida. El razonamiento de todo esto consiste, supongo, en eliminar conflictos de la realidad a trav¨¦s de soluciones ling¨¹¨ªsticas. Una afici¨®n muy espa?ola desde 1975. Que ir¨¢ a m¨¢s. A finales del siglo XX, por ejemplo, se introdujo la palabra g¨¦nero para eliminar el palabro sexo. Quedaba muy progresista, si bien se olvidaba que la propuesta de sustituir sexo por g¨¦nero era una invenci¨®n del entorno de la reina Victoria, cuando de un cuerpo desnudo lo ¨²nico que colgaba era el g¨¦nero. Gore Vidal dec¨ªa, por estas fechas, que la cosa Politically Correct era el fascismo del futuro. Vete a saber.

- NO S? USTED. Tengo 20 tacos. Me paso horas en la Caja de Reclutas esperando el permiso para viajar al extranjero. Al solano. Sudo m¨¢s que un subsahariano en Anchorage, Alaska. Si bien menos que un magreb¨ª en ?cija. El pr¨®ximo a?o le pido a Georgie Dann que me haga la gesti¨®n, entre bolo y bolo. Un ministro ha dicho que el servicio militar es el-pueblo-espa?ol-en-armas. Alocuci¨®n pol¨ªticamente correcta con la que se intenta solucionar otro problema.