Los forestales 'leen' las cenizas del Empord¨¤
Los agentes de la Generalitat no encuentran por ahora pruebas sobre el origen del incendio de Ventall¨®
El anuncio realizado el pasado lunes por el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, afirmando que en el incendio de Ventall¨® se hab¨ªa dado "un intento real de provocarlo y una intencionalidad criminal", pod¨ªa hacer pensar que se hab¨ªa encontrado alg¨²n indicio revelador de las causas del fuego.
Sin embargo, el rastreo pormenorizado de la zona de origen del fuego por agentes rurales y la polic¨ªa cient¨ªfica no se llev¨® a cabo hasta el mi¨¦rcoles. Tras cuatro horas de rastreo, s¨®lo se encontr¨® un trozo de papel de aluminio con un peque?o objeto carbonizado encima. El departamento cient¨ªfico de los Mossos d'Esquadra lo recogi¨® en calidad de indicio para ser analizado. "Podr¨ªa tratarse de un poco de resina quemada", comenta el agente Xavier Mart¨ªn. En estos momentos, por tanto, no existe ninguna prueba que demuestre intencionalidad. El hecho de haberse originado de noche y en un paraje sin l¨ªneas el¨¦ctricas ni presencia de rayos, obliga a pensar que intervino la mano del hombre, pero todas las hip¨®tesis, desde la negligencia hasta la provocaci¨®n, contin¨²an abiertas.
El mi¨¦rcoles, un equipo de seis agentes rurales procedentes del Alt y del Baix Empord¨¤ se reuni¨® en Ventall¨®, en la zona donde empez¨® el incendio que el pasado s¨¢bado quem¨® 1.011 hect¨¢reas. Delante de un bosque carbonizado, la mayor¨ªa de los mortales es incapaz de ver otra cosa que no sea desolaci¨®n y cenizas. La perspectiva de un agente rural, sin embargo, es absolutamente distinta.
Inmediatamente despu¨¦s del fuego, los forestales cerraron el acceso a una peque?a zona donde creyeron que se pudo originar el fuego de Ventall¨®. Sin embargo, esperaron hasta el mi¨¦rcoles, aprovechando la tregua concedida por las llamas, para hacer un examen m¨¢s minucioso.
Lo primero que hace la expedici¨®n de agentes rurales es situarse en un lugar bastante lejano del supuesto punto de inicio e ir retrocediendo en direcci¨®n opuesta a la del fuego. Cuando se encuentran a unos 50 metros del ¨¢rea que el primer d¨ªa acordonaron, empiezan a plantar banderillas que indican la direcci¨®n que ha seguido el fuego. Para averiguar el recorrido de las llamas, se toma en consideraci¨®n una infinidad de detalles. "El fuego siempre deja marcas por donde pasa", recuerda Jaume Bosch, uno de los agentes que participan en la investigaci¨®n. "S¨®lo es necesario saber leerlas". Las ramas de los ¨¢rboles y las marcas dejadas por el fuego en sus troncos, las piedras, las pi?as esparcidas por el suelo, la inclinaci¨®n de los arbustos, cristales rotos por el suelo y hasta los caracoles calcinados constituyen, a los ojos de un agente rural, evidencias clar¨ªsimas del comportamiento del fuego.
Al cabo de unas tres horas han conseguido dar con un margen del camino que consideran necesariamente el punto de inicio del incendio. Dos miembros de la polic¨ªa cient¨ªfica esperan a que los agentes rurales lo acoten al m¨¢ximo para examinarlo y recoger muestras.
Los agentes forestales han logrado acotar una peque?a ¨¢rea de unos seis metros cuadrados (que se encuentra a pocos metros de la zona acordonada el primer d¨ªa pero no coincide exactamente). No est¨¢ nada mal, haber identificado un punto de seis metros cuadrados dentro de una superficie de m¨¢s de 1.000 hect¨¢reas, pero esto contin¨²a siendo una superficie "demasiado grande" para que la polic¨ªa pueda extraer muestras de tierra y analizarla en busca de restos de combustible o alguna otra evidencia que permitiera determinar el medio de ignici¨®n. Despu¨¦s de cuatro horas de trabajo, la b¨²squeda no dio los resultados esperados, pero permiti¨® delimitar mejor el punto de inicio del fuego.
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