Topetazo con la ¨¦lite

El Sevilla lleg¨® al c¨¦sped de Old Trafford orgulloso de ser el equipo elegido por el Manchester United para disputar el partido de la presentaci¨®n del conjunto ingl¨¦s ante sus aficionados, acoquinado por tener que avalar su postulaci¨®n a la ¨¦lite europea y cansado tras una pretemporada en la que han chutado pelotas desde Jap¨®n a Huelva. Y todo eso se not¨® en el encuentro y, a la postre, en que ¨¦ste se tornara en un toque de atenci¨®n gordo.

De inicio, el conjunto andaluz padeci¨® un ataque de par¨¢lisis. Y eso que las gradas de Old Trafford no estaban ni medio llenas ni rug¨ªan de la manera que suelen. El Manchester enseguida se dio cuenta de que las piernas que m¨¢s dudas ten¨ªan eran las de David Castedo, y por all¨ª percutieron del coreano Park a Saha o incluso Bardsley.

Probablemente esta goleada sea mejor regalo que la propia invitaci¨®n a Old Trafford

El equipo no contaba con el mercurial Wayne Rooney, por lo que Ronaldo ejerci¨® de enganche y, tal y como le sucediera con Portugal en el pasado Mundial, lo hizo mejor cuando se escor¨® a las bandas. Scholes y O'Shea ocupaban el medio centro aunque se not¨® que el pelirrojo sigue teniendo alma de mediapunta y el rapado piensa y chuta como un central. De hecho, sin pudor alguno le regalaron a los sevillistas varios metros de su legendario c¨¦sped. Alves fue capaz en el minuto 13 de armar un buen tiro, que par¨® Van der Sar. Dos minutos despu¨¦s, Luis Fabiano no acert¨® a chutar un saque de falta de estrategia, retrasado, de Mart¨ª desde la derecha y, a los cuatro minutos, el propio brasile?o err¨® de nuevo la posibilidad que le brind¨® un bal¨®n que le cay¨® del cielo cundo estaba en el borde del ¨¢rea peque?a.

El Manchester nac¨ªa de Scholes y ¨¦ste estaba retrasado. Giggs decidi¨® entonces romper por la banda, a su estilo, con esa carrera de paso corto que una vez fue imparable. En el minuto 33, el gal¨¦s le hizo un ocho a todos los defensores que le salieron al paso y puso un precioso bal¨®n en el segundo palo que no lleg¨® a rematar Saha.

En la segunda mitad, el Sevilla disfrut¨® de un enga?oso control del encuentro. Maresca mejor¨® a Renato y Chevant¨®n a Kanout¨¦. Navas apareci¨® pero no fue capaz de levantar ni un cent¨ªmetro del suelo el bal¨®n en sus centros. Por parte del Manchester, la salida de Soljskaer envi¨® a Ronaldo a la banda -y, de carambola, a Giggs al medio centro- y de ah¨ª naci¨® el primer gol. Un robo de bal¨®n en los tres cuartos, una apertura de libro a la banda y un centro medido del portugu¨¦s acabaron con el bal¨®n en la red tras tocarla Saha con la puntera derecha.

Ese zarpazo desmadej¨® a los sevillistas, porque sab¨ªan que ellos no pod¨ªan darlo, porque hab¨ªan llegado a controlar el ritmo del juego duarnte muchos minutos pero nunca supieron encontrar el camino al gol, porque demasiadas veces acaban con un agujero como un oc¨¦ano entre los delanteros y los medios que los interiores no siempre resuelven.

Ayer, a dos semanas de la final de la Supercopa de Europa contra el Barcelona aprendieron que en la ¨¦lite est¨¢n los que juegan bien, pero sobre todo los que no perdonan. El Manchester sin hacer nada, pero nada del otro mundo, les meti¨® tres. Y probablemente sea ¨¦ste mejor regalo que la propia invitaci¨®n a Old Trafford.