Sin miedo a volar
La temporada de revuelos aeroportuarios viene cargadita este a?o. Invasiones de pista, huelgas, amenazas terroristas. Los pasajeros no parecen inquietos.
Que si la polic¨ªa brit¨¢nica desbarata una trama terrorista que planeaba hacer estallar aviones en vuelo y se colapsa el tr¨¢fico a¨¦reo en medio mundo. Que si el personal de tierra invade la pista del aeropuerto de El Prat. Que si los pilotos convocan su en¨¦sima huelga. Por no hablar de accidentes como el de la compa?¨ªa chipriota de bajo coste Helios Airways, el verano pasado, en el que murieron 121 personas, o de cat¨¢strofes naturales, tsunamis y huracanes. Se dir¨ªa que entrar en un aeropuerto con un billete de avi¨®n en la mano se ha convertido en toda una aventura. ?Consiguen episodios como ¨¦stos disuadir a los viajeros? A juzgar por el ambiente que se respiraba el jueves pasado entre los pasajeros atrapados en Barajas, no. A tenor de lo que dicen las empresas del sector y los psic¨®logos especialistas en la materia, tampoco. Los datos, adem¨¢s, parecen acompa?arles.
"El recuerdo de este tipo de episodios es una cosa bastante vol¨¢til", afirma el psic¨®logo Alexandre Garc¨ªa-Mas
"El recuerdo de este tipo de episodios es una cosa bastante vol¨¢til", afirma Alexandre Garc¨ªa-M¨¢s, profesor de Psicolog¨ªa del turismo de la Universidad de Baleares y autor del libro La mente del viajero. "La gente sigue viajando a Indonesia y los turistas all¨ª ya casi ni se acuerdan del tsunami". Murieron m¨¢s de 230.000 personas en diciembre de 2004. Pero apenas nueve meses despu¨¦s de la cat¨¢strofe, el turismo en un pa¨ªs como Tailandia mostraba signos de plena recuperaci¨®n: la cifra total de turistas en septiembre de 2005 super¨® en un 3,3% la del a?o anterior. La vida contin¨²a. Al menos, para los turistas.
Aeropuerto de Barajas, jueves 10 de agosto, seis de la tarde. Un total de 60 estudiantes canarios prorrumpen en un sonoro aplauso al ver llegar a Patricia y otras tres compa?eras a la Terminal 4. Llevan desde las tres de la madrugada atrapadas en una pesadilla a¨¦rea: un avi¨®n perdido en Edimburgo por overbooking, los dem¨¢s que se van y ellas a esperar al siguiente vuelo, noticias de la amenaza terrorista camino de Birmingham, controles exhaustivos al hacer escala para tomar el vuelo de Madrid... "Est¨¢bamos hist¨¦ricas y las noticias no ayudaban", confiesa Patricia, estudiante de bachillerato de 18 a?os. Y muestra la bolsita de pl¨¢stico en la que tuvo que meter las escasas pertenencias que le dejaron subir a bordo. Es como una bolsita para chucher¨ªas. Dentro, el DNI, la tarjeta del cajero, unos comprimidos de Termalgin y la llave de la maleta. "Nos quitaron los m¨®viles y no he podido ni hablar con mis padres". A pesar de las angustiosas horas vividas, no tendr¨¢ problema en volver a viajar en avi¨®n, son situaciones excepcionales, dice. Lo que s¨ª ha aprendido de esta jornada es que hay que llegar el primero para que no te pille el overbooking.
"Yo, de lo que estoy harta es de las huelgas", proclama enojada Silvia Mart¨ªnez, empleada de banca de 37 a?os que hace cola para comprar un nuevo billete de avi¨®n. 72 horas despu¨¦s concluida la huelga de pilotos de julio, sufri¨® un viaje de ida Madrid-Bilbao con tres horas de retraso y uno de vuelta un domingo cancelado y aplazado al lunes por la tarde. "Lo del Reino Unido es fuerza mayor, pero lo otro s¨ª que es terrorismo para mantener unos empleos", declama en pleno apogeo del cabreo. En apenas un mes, dos episodios aeroportuarios. Ya ha puesto tres quejas. Pero estas cuestiones no le disuaden. Seguir¨¢ volando. Sin miedos.
"Al cabo de unos d¨ªas, los deseos de viaje de los pasajeros vuelven a ser los de siempre", declara Felipe Nav¨ªo, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Compa?¨ªas A¨¦reas (AECA). "Los turistas saben que estas amenazas tienen una duraci¨®n corta y que luego viene la regularidad". Nav¨ªo conf¨ªa en que las restricciones para viajar con equipaje de mano desaparezcan en unos d¨ªas.
La cola frente al mostrador de atenci¨®n al cliente es ya de 34 personas, los afectados por el colapso a¨¦reo desfilan en busca de soluciones. Antonio P¨¦rez, jubilado de 75 a?os, que se pierde una de las escalas de sus vacaciones y tendr¨¢ que renunciar a visitar Londres, se pronuncia: "Estas cosas no me generan ning¨²n tipo de intranquilidad. Si los terroristas quieren explotar un avi¨®n, no avisan, y si te toca, te ha tocado". Neil Wright, casero brit¨¢nico de 50 a?os que se queja de la falta de informaci¨®n en todo el proceso, confiesa que en un d¨ªa como ¨¦ste, se encuentra "m¨¢s relajado" estando en Espa?a que en el Reino Unido. Francisco Baz¨¢n, comercial portugu¨¦s de 40 a?os al que no le gusta demasiado viajar en avi¨®n ("prefiero tener los pies en el suelo") hace su declaraci¨®n de intenciones: "No podemos decir que tenemos miedo porque eso es lo que quiere Al Qaeda".
Jes¨²s Mart¨ªnez Mill¨¢n, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Agencias de Viaje (FEAVV), asegura que el impacto de estos acontecimientos no es bueno para la industria, pero que no tiene consecuencia en cifras. "Supone inconvenientes y trastornos para pasajeros, compa?¨ªas y agencias en un primer momento, pero, ?cu¨¢nta gente ha dejado de ir al aeropuerto de El Prat?".
Las cifras que proporciona la Asociaci¨®n Internacional de Transporte A¨¦reo (AITA) confirman que el sector vive d¨ªas estables despu¨¦s de varios a?os cr¨ªticos: la demanda de billetes de avi¨®n en el primer semestre de 2006 creci¨® un 6,7% con respecto a los datos del mismo periodo en 2005. La gente vuela cada vez m¨¢s: 2.000 millones de personas lo hicieron en 2005 frente a los 1.000 millones de 1987. Y las compa?¨ªas de bajo coste siguen abriendo el mercado. Eso s¨ª, otra cosa hubiera sido si llegan a estallar 10 aviones en el Atl¨¢ntico, dice Mill¨¢n.
El 11-S s¨ª que desencaden¨® el miedo a volar. Y toda una crisis en el sector aeron¨¢utico. Deriv¨® en 130.000 despidos. Las compa?¨ªas perdieron 13.000 millones de euros. Y afect¨® tambi¨¦n a los pasajeros. "En el periodo posterior al 11-S se not¨® una mayor afluencia de gente con trastornos de miedo a volar", reconoce Eduardo Larriera, psic¨®logo argentino especializado en aerofobia. "Pero poco a poco, la gente se va insensibilizando: viene el 11-M, el 7 de julio en Londres y la gente se acostumbra a estos incidentes". Larriera insiste en que el avi¨®n es el medio de transporte m¨¢s seguro, "mucho m¨¢s que caminar por una acera". Seg¨²n los datos de la AITA, en 2005 se produjeron menos accidentes que nunca, uno de cada 1.3000.000 vuelos.
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