Pensando para no pensar
Hemos tocado fondo. El puente de la mitad de agosto es tradicionalmente el punto m¨¢s bajo en la actividad mental de todo el a?o. Es cuando la desaceleraci¨®n de las part¨ªculas elementales llega a su anticl¨ªmax, dicho probablemente con total desacierto cient¨ªfico. Pero no importa. Lo que quiero decir es que no apetece pensar en nada. Y se logra. Los pocos que quedamos en las grandes ciudades podemos escuchar con claridad el trinar de un ave en la lejan¨ªa, el correr del viento sobre el silencio. Algo absolutamente imposible el resto del a?o. Un peque?o placer que se suma a otras gotas dispersas de leves y banales satisfacciones dom¨¦sticas del dolce far niente. Es tambi¨¦n la cumbre del sof¨¢ y el mando.
La programaci¨®n acompa?a esta relajaci¨®n de m¨²sculos y sinapsis. Los programadores lo saben perfectamente. Est¨¢ calculado al mil¨ªmetro en los meses en que se calcula. No en agosto, y menos a mediados. No osan emitir nada que menee mucho las escasas neuronas activas necesarias para mantener los signos vitales. Un poco de "tomate" en la sobremesa, que agita artificialmente el sistema nervioso sin permitir que surja pensamiento alguno. Muchas pel¨ªculas para todos los p¨²blicos y series para gustos distintos. Cantidad de dibujos animados por las ma?anas para neutralizar a los m¨¢s peque?os. Reposiciones con gente vestida de invierno. Mucho zapping. Eso, mucho zapeo con el sano objetivo de no centrar la atenci¨®n en nada. No pensar.
Despu¨¦s de pasear el dedo por el mando en busca de "algo", me doy cuenta de que es el esperado D¨ªa de Nada. Y no avisan. Qu¨¦ sutileza, no desean crear ni siquiera el esfuerzo de esa expectativa. No nos merecemos tama?os programadores que velan por nuestro bienestar y descanso. Tan zen, ellos. Budismo televisivo cercano al nirvana. Gracias, gracias por el vac¨ªo total. Pero un d¨ªa es un d¨ªa. M¨¢s all¨¢ hay roca y suelo duro. Hay que emerger y volver poco a poco a la realidad, al estr¨¦s, la bronca gorda (no s¨®lo la del "tomate") y espabilar. El fondo pl¨¢cido de las vacaciones ha empezado a desaparecer.
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