Nuestro hombre en la fortaleza
Si pasas por el castillo
saluda a Herman de mi parte. Lo reconocer¨¢s por sus ojos claros, su cara marcada por las arrugas, una vena hinchada por la di¨¢lisis en el brazo izquierdo y un extra?o acento, mezcla de alem¨¢n y andaluz del Campo de Gibraltar. A veces lleva una camiseta con el lema Triana, Rep¨²blica Independiente, pero no te preocupes, es de fiar. ?l te puede contar todo sobre la fortaleza. Te lo tendr¨ªan que contar en el Punto de Informaci¨®n que instal¨® el Ayuntamiento junto al castillo, pero es que siempre est¨¢ cerrado. As¨ª que recurre a ¨¦l. Igual lo pillas ocupado, sacando miel de las colmenas que tiene en su casa, o haciendo vino. Si no te abre la puerta, quiz¨¢s est¨¦ relaj¨¢ndose en el ba?o turco que ¨¦l mismo construy¨®. Pero, si tienes suerte, te hablar¨¢ de por qu¨¦ un castillo nazar¨ª del siglo XIII fue abandonado a su suerte por las autoridades. Quiz¨¢ comience por el principio, aunque a ¨¦l le van m¨¢s las notas a pie de p¨¢gina. T¨² esc¨²chale y no le preguntes demasiado, que ya te soltar¨¢ ¨¦l todas las respuestas. Y dale tiempo, que lleva 30 a?os en la provincia de C¨¢diz y algo de su germanidad se ha ido a tomar viento.
Te contar¨¢ que el castillo fue levantado por los moros, unos siglos despu¨¦s de que decidieran quedarse por aqu¨ª, y que lo colocaron en lo alto del cerro para divisar los r¨ªos, los bosques de las laderas, el Estrecho y el pe?¨®n de Gibraltar. En una gresca con los cristianos, los moros perdieron la fortaleza. Los Reyes Beatos se la dieron a unos marqueses, luego pas¨® a manos de unos duques y luego a las de otros. Y as¨ª nos colamos en nuestros d¨ªas. S¨ª, ya s¨¦ que lo he despachado en dos patadas. Herman se extender¨¢ un poco m¨¢s. Te dir¨¢ que los habitantes del pueblo que hab¨ªa en el interior de la fortaleza decidieron que eso de vivir entre torres y almenas, con esa piedra tan fr¨ªa, todo el d¨ªa cuesta arriba y cuesta abajo, no molaba. As¨ª que abandonaron el castillo y se fueron unos kil¨®metros m¨¢s abajo, donde fundaron el nuevo pueblo.
Herman te contar¨¢ que luego llegaron ellos. Y que como no hab¨ªa nadie ocuparon el castillo. Eran los setenta y muchos hippies encontraron en la fortaleza un lugar estupendo para apartarse del mundo o para interesarse por ¨¦l. Vinieron de todas partes, de Alemania, de Irlanda, de Holanda, de todos los lugares de Europa, y por eso ahora ves por all¨ª ni?os alemanes que cecean. Por la zona vive tambi¨¦n el hijo de un ex presidente del Gobierno que ahora va a tener una ni?a. Su cu?ada hace joyas con vidrio, como el ex presidente, que es hijo adoptivo de la zona y tambi¨¦n hace joyas.
En fin, que luego te explicar¨¢ que el Campo de Gibraltar est¨¢ peor que Marbella, que el Ayuntamiento les considera extranjeros y que ¨¦l lleva tanto tiempo viviendo all¨ª que se considera parte del pueblo y del castillo. Lo es. Si pasas por la fortaleza y quieres saber m¨¢s, no te enredes, preg¨²ntale a ¨¦l y, de paso, inv¨ªtale a una ca?a de mi parte.
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