La casa quieta
Todos sabemos que a Woody Allen le cuesta mucho abandonar Manhattan. Al principio le pareci¨® buena idea ir de gira por Europa con su grupo de jazz. Eligi¨® Par¨ªs como punto de partida, donde el cielo es gris como en su ciudad. Pero a Woody Allen la vida en hoteles no le sienta bien. En el documental Wild man blues (La 2) le vimos en el Ritz de Madrid desayunando en la habitaci¨®n, con lujosa cuberter¨ªa de plata, una tortilla de patatas incomprensible para ¨¦l. "Est¨¢ como vulcanizada", opin¨® pinchando su dureza con un tenedor.
El coro de la c¨¢rcel (TVE-1) ha perdido a uno de sus integrantes fundadores. No desafin¨® cantando el Ol mail¨®vin / All my loving, versi¨®n Los Manolos, con sus compa?eros. Le han dado la libertad, y el mi¨¦rcoles le vimos andando por el centro de la capital en busca de un nuevo destino. En una oficina de empleo le piden que vuelva a escribir su curr¨ªculo. No les vale escrito con boli. Regresa despu¨¦s a su cuarto en una pensi¨®n. Es casi tan peque?o como su celda, pero en ¨¦ste es ¨¦l quien abre y cierra la puerta.
Hay quien ama la vida n¨®mada del circo. Uno de los reportajes que emiti¨® 1 equipo (Cuatro) se acercaba al d¨ªa a d¨ªa de los trapecistas y adiestradores de animales. Los hijos de estos artistas tienen su escuela en una de las roulottes. Prefieren ensayar sus n¨²meros y ser como sus padres antes que estudiar. Pero ponen pegas. "Quiero una casa quieta", manifiesta el hijo de un payaso, "no he vivido en una". El segundo reportaje era sobre la marihuana. Tiendas con camisas, sandalias, aceite, muesli, chupa-chups, pastillas de freno para coches y hasta gasolina hecha de cannabis, el biodi¨¦sel. Una arquitecta alemana fabrica en Espa?a ladrillos de c¨¢?amo. Pepe se llama el orgulloso propietario de una casa levantada con este novedoso material. Como la m¨ªtica casa de chocolate de H?nsel y Gretel, pero m¨¢s pr¨¢ctica.
Ayer pisaron tierra tres n¨¢ufragos mexicanos que viajaron nueve meses a la deriva 8.000 kil¨®metros y terminaron casi en Australia. Me parece que los que tenemos una casa quieta no lo valoramos bien.
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