La ira de Michel Houellebecq
El escritor franc¨¦s amenaza con cambiar de editorial si Fayard no produce su filme
El escritor franc¨¦s Michel Houellebecq ha amenazado con abandonar la editorial Fayard porque el Grupo Hachette al que pertenece no financiar¨¢ la versi¨®n cinematogr¨¢fica de su ¨²ltima novela, La posibilidad de una isla, que ¨¦l mismo ten¨ªa previsto dirigir.
El autor franc¨¦s vivo m¨¢s traducido emple¨® su cuaderno personal en Internet para anunciar su intenci¨®n de dejar Fayard, una importante editorial francesa en la que recal¨® en abril de 2004 desde Flammarion con un contrato de 1,3 millones de euros que le hizo ganarse el apelativo de Zidane de la literatura.
"Ning¨²n otro libro m¨ªo ser¨¢ publicado por una editorial del Grupo Hachette en ning¨²n pa¨ªs", apunt¨® Houellebecq, tras hablar de "un golpe muy duro, quiz¨¢ fatal, en pleno pecho". En un texto titulado Morir II, el escritor acusa a Arnaud Lagard¨¦re, responsable del grupo editorial, de haber incumplido sus "promesas escritas y orales" de financiar la versi¨®n cinematogr¨¢fica de La posibilidad de una isla. "En estas condiciones, es muy probable que el filme no pueda hacerse", a?adi¨® el escritor, nacido en 1958 en La Reuni¨®n.
El Grupo Hachette ha confirmado que Houellebecq hizo llegar su decisi¨®n a la direcci¨®n, aunque ha puntualizado que se trata de un malentendido porque las conversaciones sobre la pel¨ªcula no han terminado. La editorial Fayard, por su parte, no quiso hacer declaraciones al respecto, al considerar que "no existe ninguna pol¨¦mica".
Lanzada en Francia con una gran campa?a publicitaria, La posibilidad de una isla ha vendido m¨¢s de 200.000 ejemplares. De realizarse finalmente, supondr¨ªa el deb¨² detr¨¢s de la c¨¢mara de Michel Houellebecq, pero no ser¨ªa la primera adaptaci¨®n de una de sus novelas. En el pasado festival de cine de Berl¨ªn fue presentado Las part¨ªculas elementales, de Oskar Roehler, por la que Moritz Bleibtreu obtuvo el Oso de Plata al mejor actor y que se estrenar¨¢ en Francia el pr¨®ximo d¨ªa 30. Houellebecq no quiso en ese caso colaborar en el gui¨®n, despojado del sexo expl¨ªcito y el sombr¨ªo microcosmos de sus personajes.
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