Cuando el ser se divide
Las novelas de Flavia Company exigen siempre una lectura atenta por parte del lector. Nunca falta en ellas una compleja red de s¨ªmbolos y met¨¢foras, una intenci¨®n profunda y grave en cuanto al sentido global del texto y unos cuantos gramos de locura. Pero en esta ¨²ltima obra, la autora ejerce un f¨¦rreo control sobre el material habitual con tal de obtener un ejercicio de narratividad terso y din¨¢mico. Incluso se percibe una estructura tan cl¨¢sica como la de planteamiento, nudo y desenlace.
En la primera parte, en
LA MITAD SOMBR?A
Flavia Company
DVD. Barcelona, 2006
190 p¨¢ginas. 12 euros
tres actos de naturaleza teatral, expl¨ªcitamente divididos en escenas, se presentan los tres personajes principales: Jacobo, un chico ninguneado por un padre brutal; Laura, una pianista afectada por la muerte de su madre y afectivamente abandonada, y una ni?a que, ausente la madre, es educada s¨®lo por el padre. En escenas compuestas por un lenguaje de gestos desgarrados y frases taxativas, que remiten al expresionismo de Valle-Incl¨¢n, se nos prepara para entrar en el centro del relato en que esos tres seres extraviados despoj¨¢ndose incluso de sus verdaderos nombres viven como mendigos en la gran ciudad. La ausencia de nombres y su marginalidad social los hermanan ahora con algunos personajes de Samuel Beckett. Al realismo cuidadoso con que se presenta su muy dif¨ªcil existencia al describir sus afanes cotidianos de supervivencia, hay que a?adir la envoltura simb¨®lica que la autora jam¨¢s descuida. Son medios seres que s¨®lo viven en su mitad oscura mientras perciben lejanamente el "mundo de la luz", del cual les llegan tenues vestigios: la carta de una hermana o la foto de Laura en un concierto. Los objetos que encuentran en su, a pesar de todo, alegre b¨²squeda representan esa misma mutilaci¨®n de su mundo, un reloj sin pilas o un peine al que le faltan dientes. Laura, la pianista, que ahora se llama Algo, el personaje central es la perfecta representaci¨®n de un desarraigo voluntario. Tiene una extra?a enfermedad de la vista que s¨®lo le permite ver la mitad del teclado. Trasmutada en enfermedad del alma, marcada por la muerte y la orfandad, afirma orgullosa: "Soy una navegante".
Los procesos mentales
no ahogan lo narrativo. Flavia Company resuelve admirablemente los sucesos en la ¨²ltima parte. Acogi¨¦ndose de nuevo a la teatralidad cierra perfectamente la historia en un registro ambiguo que estimula las preguntas. ?Es un final positivo o negativo?, ?es ir¨®nico?, ?es cr¨ªtico? ?o, en cambio, es ecl¨¦ctico?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.