Tragedia y farsa

Fernando S¨¢nchez Drag¨® (1936), novelista y bi¨®grafo, ensayista, pol¨ªgrafo presentador de televisi¨®n, seguidor de Bakunin y de Dioniso, ha escrito la contrapartida de Javier Cercas e Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n, autores de dos relatos apol¨ªneos sobre los desaparecidos en la Guerra Civil espa?ola (Soldados de Salamina y Enterrar a los muertos). Su ¨²ltimo libro, Muertes paralelas, participa de todo lo que ¨¦l es en diferentes proporciones. Lo curioso es que con este volumen haya ganado un premio de novela, el g¨¦nero m¨¢s ausente y el peor representado de todos los que aparecen en esta obra.

Muertes paralelas narra las circunstancias que acabaron con la vida de Fernando S¨¢nchez Monreal, padre del autor, en septiembre de 1936. En el momento de su muerte este periodista y director de la agencia de noticias Febus, adem¨¢s de militante del grupo conservador de Miguel Maura, ten¨ªa 27 a?os y dejaba a su mujer Elena embarazada. El narrador hace las veces de hijo p¨®stumo y relata c¨®mo a lo largo de su vida tuvo que ir enmendando casi todo lo que le hab¨ªan contado, o ¨¦l hab¨ªa inferido, sobre la muerte de su padre. Por ejemplo, qui¨¦nes le denunciaron para que los sicarios hicieran su trabajo, a qu¨¦ bander¨ªa pertenec¨ªan y en qu¨¦ fecha muri¨®.

El libro, estructurado en tres partes, supuestamente dedica la primera al padre muerto; la segunda, a la madre, que le sobrevivi¨®, y la tercera, al hijo-narrador. Pero este ¨²ltimo recuerda que siempre ha escrito obras autobiogr¨¢ficas, y ¨¦sta no va a ser menos. Al fin y al cabo, del padre, un hombre joven que todav¨ªa no hab¨ªa tenido oportunidad de hacer grandes cosas, no hay mucho que decir; de la madre, una mujer con arrojos y voluntariosa, tampoco se habla tanto.

El narrador se interesa sobre todo a s¨ª mismo y, valga la redundancia, habla que se las trae: se hace entrevistas, expone sus incontinencias, se cita, incluye un encomio de Queipo de Llano y un soneto de D¨¢maso Alonso, hace comentarios de texto, elabora un ensayo de casi cien p¨¢ginas sobre la figura de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera (quiz¨¢ lo mejor del libro)...

Y como el genio no conoce barreras, el narrador incorpora sus dudas: "?Soy excepcional?"; nos transmite el lema que traz¨® en un azulejo en su casa: "Nunca respetes la ley. Respeta s¨®lo tu ley"; y hasta nos comunica que no descarta la posibilidad de que S¨®focles escribiese Edipo rey "pensando en m¨ª, apunt¨¢ndome, mir¨¢ndome a los ojos". Pero lo sustancial es que el narrador encontrar¨¢ paz espiritual al darse cuenta de que puede ser la reencarnaci¨®n de su padre. Hegel sostuvo que los grandes hechos de la historia acontecen dos veces. Marx a?adi¨® que una como tragedias y la otra como farsas. S¨¢nchez Drag¨® sostiene que no paran de suceder y que son al mismo tiempo tragedia y farsa.