ETA marca territorio
La interpretaci¨®n del mensaje de ETA lleg¨® esta vez antes que el mensaje mismo: Otegi descifr¨® el jueves lo que ETA iba a decir el viernes. La banda dijo ayer que "si contin¨²an los ataques contra Euskal Herria, ETA responder¨¢". La interpretaci¨®n adelantada por el portavoz de Batasuna es que el proceso de paz peligra porque la represi¨®n que padece la izquierda abertzale y la falta de iniciativas para la negociaci¨®n pol¨ªtica suponen la ruptura de compromisos inherentes al alto el fuego. Este mensaje llega cuando, seg¨²n las pistas adelantadas en su momento por el Gobierno, estar¨ªan produci¨¦ndose, o a punto de producirse, los contactos entre sus representantes y los de ETA, de cuyos resultados s¨®lo se informar¨ªa a comienzos de oto?o.
Los jefes de Batasuna insin¨²an que contaban con la suspensi¨®n de los juicios pendientes y la legalizaci¨®n de hecho en cuanto ETA anunciase el alto el fuego. Los socialistas niegan cualquier compromiso preciso, pero es veros¨ªmil suponer que si Batasuna hubiera dado pasos hacia su legalizaci¨®n mediante el procedimiento establecido, habr¨ªa habido una cierta flexibilidad policial (y tambi¨¦n judicial) sobre sus actividades en este periodo transitorio hasta la presentaci¨®n de los nuevos estatutos. Por razones que se desconocen, Batasuna ha hecho lo contrario: no s¨®lo dejar en suspenso la tramitaci¨®n prevista, sino desafiar la legalidad exigiendo la derogaci¨®n de la Ley de Partidos. La situaci¨®n es absurda: act¨²an como si recobrar la legalidad fuera un favor que ellos hacen y no una oportunidad que se les ofrece.
Esto conecta con la pretensi¨®n de que se forme de inmediato una mesa de negociaci¨®n pol¨ªtica, y que incluya a los representantes de Navarra y del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Tanto el Gobierno como el PNV hab¨ªan venido dando por supuesto que la negociaci¨®n pol¨ªtica s¨®lo podr¨ªa tener lugar despu¨¦s de que ETA hubiera pactado con el Gobierno los t¨¦rminos de su disoluci¨®n. La idea de mesa extraparlamentaria s¨®lo ser¨ªa admisible como situaci¨®n transitoria hasta que Batasuna regresara a la C¨¢mara tras las elecciones de 2009. Pero entendi¨¦ndose que el foro en que se sustanciasen las reformas pol¨ªticas ser¨ªa el Parlamento vasco. Al exigir una mesa extraparlamentaria inmediata y de toda Euskal Herria, Otegi da un paso atr¨¢s respecto a lo que admiti¨® en Anoeta (o a la interpretaci¨®n que el nacionalismo hizo de sus palabras): que hab¨ªa que "partir de la situaci¨®n actual" de divisi¨®n territorial, con instituciones (y "niveles de conciencia", explica en su libro) diferentes.
El comunicado acusa a los dem¨¢s partidos del bloqueo, y reitera que el proceso no es para acabar con la violencia, sino para "construir un marco democr¨¢tico". ?C¨®mo puede ser democr¨¢tico un marco que se construya desde la violencia con que se amenaza si la mayor¨ªa no se pliega a los planteamientos de una banda que se resiste a dejar de ser armada? Que responda Otegi.
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