Medio centenar de fotograf¨ªas de Lee Miller testimonian su b¨²squeda de lo extra?o
Una muestra repasa en Bilbao la obra de la artista estadounidense en los a?os 30 y 40
"Lo m¨¢s interesante que tiene la obra de Lee Miller es ver c¨®mo refleja dos momentos muy distintos: las vanguardias de los a?os treinta y la Segunda Guerra Mundial". Con estas palabras present¨® ayer su comisario, Ram¨®n Esparza, la selecci¨®n de 54 im¨¢genes en blanco y negro de esta excepcional fot¨®grafa norteamericana, quien buscaba "algo m¨¢s all¨¢ de la realidad", que acoge la sala de exposiciones de la BBK en Bilbao (Gran V¨ªa, 32). Rasgo distintivo de Miller en ambas ¨¦pocas es su b¨²squeda de lo extra?o, el surrealismo que experiment¨® en Par¨ªs con Man Ray.
Miller naci¨® en 1907 en un pueblo de Estados Unidos llamado Poughkeepsie, en el estado de Nueva York, y muri¨® en Chiddingly (Reino Unido) en 1977. Pose¨ªa un esp¨ªritu tan rebelde como libre, indica el cat¨¢logo de su exposici¨®n, algo impensable para una mujer de su ¨¦poca, como resalt¨® ayer Katherine Slusher, autora de una biograf¨ªa sobre la artista. Su vida fue "intensa y compleja", apunt¨® Esparza, y pas¨® de la frivolidad de la moda al surrealismo y despu¨¦s a los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Miller comenz¨® como modelo, pero despu¨¦s se pas¨® al otro lado de la c¨¢mara. La exposici¨®n se abre con un autorretrato en el que se encuentra a ambos lados del objetivo. Viaj¨® a Par¨ªs, donde fue asistente de Man Ray. Esa etapa fotogr¨¢fica es fuertemente surrealista, protagonizada por "una mirada aguda que ya se puede ver en las im¨¢genes de Egipto, adonde viaj¨® con su primer marido, que se caracterizan por la b¨²squeda de lo inusual de lo cotidiano", precis¨® Esparza.
Im¨¢genes de esas etapas se pueden contemplar entre las 54 que expone la BBK hasta el pr¨®ximo 5 de octubre. A la inauguraci¨®n de la muestra acudi¨® el hijo de la fot¨®grafa, Anthony Penrose. Otra de las im¨¢genes muestra a su padre, el artista surrealista brit¨¢nico Roland Penrose, en la cama con paperas. A su espalda, sobre la cama, reposa el cuadro de uno de sus amigos, un mir¨®.
Sin embargo, la etapa de retratar a grandes pintores ser¨ªa la ¨²ltima de Miller, quien se refugi¨® en esas instant¨¢neas tras retratar la Segunda Guerra Mundial. "El gran acto de valor [de una fot¨®grafa de moda] y lo que da sentido a su obra, es que decide convertirse en fot¨®grafa de guerra y est¨¢ presente en el desembarco de Normand¨ªa", indic¨® Esparza. Miller asisti¨® a la liberaci¨®n de los primeros campos de concentraci¨®n y capt¨® con su c¨¢mara los hornos crematorios, los cad¨¢veres amontonados, los prisioneros enflaquecidos,... Tambi¨¦n el b¨²nker de Hitler en llamas o el fusilamiento de Laszlo Bardossy, primer ministro de Hungr¨ªa.
Son im¨¢genes terribles, muy lejos de la ¨¦poca de la moda y el glamour, aunque en ellas "tambi¨¦n se puede encontrar la belleza" que busc¨® siempre Miller, seg¨²n afirm¨® su hijo.
Negativos en una casa
Esa etapa la dej¨® tan marcada que Anthony Penrose no supo de ella hasta la muerte de su madre. Los negativos se hallaban en el ¨¢tico de su casa, guardados en un mont¨®n de cajas. "Sus fotograf¨ªas de la ca¨ªda del r¨¦gimen nazi son realmente impactantes", explic¨® el comisario de la exposici¨®n. "Ella dec¨ªa que s¨®lo gracias a la mirada surrealista hab¨ªa podido soportar tanto horror". Y es que todo su trabajo est¨¢ influenciado por el surrealismo, en la b¨²squeda del ¨¢ngulo, el encuadre. M¨¢s de la mitad de las im¨¢genes expuestas corresponden a esta etapa.
La artista que buscaba "algo m¨¢s all¨¢ de la realidad", se encuentra con una verdad "muy dura", apunta Slusher. Tras captar los bombardeos sobre Londres, la liberaci¨®n de Par¨ªs y los campos de concentraci¨®n, Miller no pudo volver a lo que hac¨ªa antes y tomar im¨¢genes de moda. Se dedic¨® entonces a retratar a grandes artistas contempor¨¢neos, amigos suyos y de su segundo marido: Picasso, Mir¨®, Chaplin,... Su relaci¨®n con el pintor malague?o fue larga. No dej¨® de trabajar, pero guard¨® su etapa de guerra a los ojos del mundo. "No tuvo af¨¢n por ser reconocida como fot¨®grafa. No fue una artista que se promocionara a s¨ª misma. Por ello es muy desconocida, sobre todo, teniendo en cuenta la calidad de su trabajo", afirma su bi¨®grafa.
La exposici¨®n abarca los a?os m¨¢s importantes de su producci¨®n, entre 1930 y 1946. "En estas paredes hay expuestas im¨¢genes de lo mejor de la vida y de lo peor. Lee Miller nos ense?a a mirar a todos los aspectos de la vida y a aprender con ello", resumi¨® su hijo.
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