El hurac¨¢n Spike Lee
El director estadounidense agit¨® anoche la conciencia de sus compatriotas con el estreno de la primera parte de un feroz documental que cuenta c¨®mo el Katrina arras¨® hace un a?o Nueva Orleans.
No s¨®lo se rompieron los diques de Nueva Orleans. Tambi¨¦n nuestros esp¨ªritus". Phillys Montana LeBlanc no es c¨¦lebre, ni rica, ni intelectual, ni experta en ning¨²n campo del saber. Es pobre y de raza negra, como el 70% de los habitantes de una ciudad cuya existencia qued¨® sepultada bajo la inundaci¨®n de desprop¨®sitos y negligencias que precedieron y siguieron al hurac¨¢n Katrina el 29 de agosto del a?o pasado. Pero la voz de Phillys es tan importante o quiz¨¢ m¨¢s que la del alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, o el actor Sean Penn o el reverendo Al Sharpton o el m¨²sico Wynton Marsalis, protagonistas tambi¨¦n del documental de Spike Lee When the Leeves broke: a requiem in four acts (Cuando se rompieron los diques: r¨¦quiem en cuatro actos), un filme de cuatro horas sobre el hurac¨¢n Katrina y sus consecuencias cuya primera parte se emiti¨® ayer en la cadena estadounidense HBO y del que hoy se mostrar¨¢ la segunda. El pr¨®ximo septiembre el documental tendr¨¢ su estreno internacional fuera de concurso en la Mostra di Cinema di Venezia,
When the leeves broke analiza en cuatro actos las causas, consecuencias y responsabilidades de la mayor cat¨¢strofe natural de Estados Unidos y tambi¨¦n de la m¨¢s vergonzosa de la historia moderna de ese pa¨ªs. Aunque Katrina apenas caus¨® da?os directos en Nueva Orleans, rompi¨® los diques que separaban la urbe del lago Pontchartrain, sumergiendo bajo el agua los barrios m¨¢s pobres de la ciudad y provocando la muerte de casi 1000 personas sin que el gobierno local o nacional reaccionaran. Un a?o m¨¢s tarde, el rastro de desolaci¨®n dejado por la inundaci¨®n sigue siendo tan visible como el primer d¨ªa y las miles de familias que quedaron rotas, desplazadas y sin hogar a¨²n carecen de futuro y esperanza, como muestra uno de los cuatro segmentos que componen del filme que se cierra llamando a la lucha ¨¦tica, pol¨ªtica y moral. "Un a?o despu¨¦s los diques siguen siendo fr¨¢giles. ?Por qu¨¦ en Holanda han sido capaces de construir diques fuertes y aqu¨ª no? Porque all¨ª hay voluntad para hacerlo bien", ha denunciado el cineasta en la prensa. Lee considera que lo que ocurri¨® en Nueva Orleans fue "un acto criminal" perpetrado por el gobierno estadounidense contra su propia poblaci¨®n. Por eso sinti¨® que era necesario contarlo.
El pasado mi¨¦rcoles la pel¨ªcula se proyect¨® por primera vez en p¨²blico en el coraz¨®n de Nueva Orleans, en un emotivo pase al que acudieron 10.000 personas y que provoc¨® el aplauso un¨¢nime de la cr¨ªtica, pese a algunas reservas de quienes han lamentado que Lee le diera demasiada voz a quienes piensan que fue el gobierno y no el hurac¨¢n quien revent¨® los diques para salvar los barrios ricos de la ciudad. "Teniendo en cuenta el curriculum del gobierno estadounidense, yo no descartar¨ªa ninguna posibilidad", se ha defendido Lee.
El alma sangrante del documental de Spike Lee son los testimonios ¨ªntimos, cercanos y brutalmente reales de quienes, como Phillys, lo perdieron todo en el hurac¨¢n. Ellos simbolizan la indignaci¨®n, la supervivencia y el sentir popular. Sus palabras, precedidas por pr¨®logos sonoros protagonizados por quienes transformaron Nueva Orleans en la cuna de la m¨²sica negra -Louis Armstrong, Fats Domino, Alain Toussaint...- son como una estocada para el coraz¨®n del espectador, al igual que todo el metraje de un documental nacido para sacudir las conciencias de los estadounidenses y sobre todo, de su gobierno.
Esa es una de las especialidades del director neoyorquino de 49 a?os, sobre todo cuando lo que est¨¢ en juego es la dignidad de la raza negra que, como todo el planeta pudo observar por televisi¨®n el a?o pasado, fue literalmente abandonada a su suerte por las autoridades locales y federales tras el paso del hurac¨¢n Katrina. "S¨®lo aspiro a que la gente salga de este documental pensando que lo que ocurri¨® no fue culpa de un mont¨®n de colgados que decidieron vivir bajo el nivel del mar. Lo que ocurri¨® es producto de las decisiones de nuestro gobierno. La Guardia Nacional no estaba en Nueva Orleans, estaba en Irak. No hace falta que sea un hurac¨¢n. Podr¨ªa ser la falla de San Andr¨¦s. Cualquiera puede ser la pr¨®xima v¨ªctima", ha declarado este director al diario Los Angeles Times.
Lee es uno de los escasos cineastas estadounidenses de raza negra y quiz¨¢s por eso su filmograf¨ªa siempre ha tenido cierta carga de denuncia pol¨ªtica y social en relaci¨®n a los problemas de ese 17% de la poblaci¨®n estadounidense que vive en condiciones mucho peores que la media nacional. Haz lo que debas, Jungle Fever, Crooklyn o The summer of Sam son algunos de los t¨ªtulos que le han hecho c¨¦lebre contando historias de ficci¨®n en las que la realidad social de esa minor¨ªa azotaba las conciencias. Pero con este documental, Lee ha confirmado algo m¨¢s que las desigualdades raciales: las desigualdades de clase. "En Estados Unidos, si eres pobre, est¨¢s jodido. Para todos esos blancos de Nueva Orleans fue una llamada de atenci¨®n porque el gobierno les trat¨® tan mal como a los negros", ha dicho Lee.
Pero el color de la piel no salva a nadie de convertirse en villano. Una de las principales vapuleadas de su documental es Condoleezza Rice, la mujer de raza negra con mayor poder del gobierno de Bush, cazada comprando zapatos en la Quinta Avenida de Nueva York mientras Nueva Orleans agonizaba. Para Lee, eso fue imperdonable: "La gente se estaba muriendo. Cuando haces algo as¨ª, te conviertes en parte del problema".
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