Toda Bruselas para Bruegel el Viejo

Al mal tiempo, mucho Bruegel, bien podr¨ªa ser un eslogan del Ayuntamiento de Bruselas para este mes de agosto. En la capital belga, el mundo cr¨ªtico y burl¨®n que retrat¨® el pintor flamenco ha salido a la calle en forma de exposiciones, visitas en bicicleta, conciertos y otras actividades en las que se puede participar hasta el pr¨®ximo 3 de septiembre. Las exposiciones dedicadas a Bruegel el Viejo (1525/30-1569), muy completas y cuidadas, ocupan el grueso del contenido de la iniciativa, pero tal vez lo m¨¢s interesante de la programaci¨®n -siempre y cuando los chuzos lo permitan- sean los paseos a pie, en coche o en bicicleta, que invitan a los visitantes a seguir las huellas que Bruegel dej¨® en Bruselas y sus alrededores.

La propuesta cultural constituye una coartada perfecta para conocer Bruselas con otros ojos. Los ojos del pintor obsesionado por retratar a los campesinos, sus fiestas, sus animales, sus vestidos, su sensualidad... Entre los recorridos que proponen los organizadores de Bruegel 06, se encuentra la visita a una iglesia que el artista pint¨® o un recorrido por las bell¨ªsimas fachadas de los edificios en los que viv¨ªa la adinerada clientela de Bruegel. El bruselense barrio de Marolles, donde vivi¨® el artista y hoy convertido en un zoco de anticuarios, es visita obligada. Y es tal vez una buena ocasi¨®n para darse una vuelta por el Jeu de Balle, el mercado al aire libre en el que la quincalla comparte tenderete con ropa de segunda mano o muebles viejos. Algunos de los recorridos propuestos acaban en los caf¨¦s antiguos que tanto car¨¢cter imprimen a Bruselas y en los que se pueden degustar las decenas de cervezas que se fabrican en las abad¨ªas del pa¨ªs.

Pero adem¨¢s de a pie, y como no pod¨ªa ser de otra manera en el norte de Europa, parte de la incursi¨®n en el universo Bruegel incluye visitas en bicicleta. Estas excursiones son una buena manera de recorrer el cintur¨®n verde de Bruselas, que sirvi¨® de inspiraci¨®n a Bruegel para pintar los paisajes que tambi¨¦n abundan en su obra. Probablemente sean los inmensos parques y jardines con sus lagos, sus patos y sus cisnes uno de los mayores atractivos de la capital belga, curiosamente no muy frecuentados por los turistas. El Bois de la Cambre, la Foret de Soignes o Tervuren, a tiro de tranv¨ªa, son algunas de las joyas bot¨¢nicas de la ciudad.

Y junto al mundo del retratista flamenco del XVI, su obra. La Biblioteca Real de la ciudad acoge la gran exposici¨®n Bruegel imaginado, en la que cuelgan reproducciones de todas las obras del artista a tama?o natural. La capilla de la biblioteca acoge adem¨¢s una colecci¨®n de dibujos en los que el pintor se concentra tanto en los paisajes como en escenas religiosas o retratos sociales que permiten al visitante hacerse una idea de c¨®mo viv¨ªan los belgas en aquella ¨¦poca. Una tercera exposici¨®n, Bruegel y su ¨¦poca, en el castillo de Gaasbeek, dedica su atenci¨®n a los temas del momento: la explotaci¨®n del nuevo mundo, los conflictos religiosos, el levantamiento contra los espa?oles... Como casi todo lo que se organiza en este pa¨ªs, la oferta destinada a los adultos est¨¢ acompa?ada de un programa paralelo con juegos y actividades para que los ni?os se acerquen tambi¨¦n, a su manera, al mundo Bruegel.