Maricas en serie
Poner a un gay en una teleserie es una cosa, y otra poner en la pantalla una serie enteramente gay. La diferencia entre ambas opciones no confiere superioridad a ninguna, pero se da el caso de que Queer as folk (Cuatro) es una de las grandes series de los ¨²ltimos a?os y, a mi modo de entender, el mejor programa de ficci¨®n que se puede ver actualmente en toda la parrilla.
El original Queer as folk (el t¨ªtulo juega con un dicho ingl¨¦s, "tan raro como cualquiera", y la acepci¨®n de queer como marica) se estren¨® en el Channel 4 brit¨¢nico en 1999 y fue un ¨¦xito de esc¨¢ndalo; la novedad, digamos, antropol¨®gica, el atrevimiento de las situaciones y la sugestiva manera de imbricar el ambiente de sus personajes con el paisaje urbano de Manchester la convirtieron primero en un objeto de culto y despu¨¦s en un hito, confirmando el extraordinario talento de su creador y guionista, Russell T. Davies. La serie, que en Espa?a pudo verse seg¨²n mis noticias en Euskal Telebista, dio un salto a Estados Unidos, donde la producci¨®n de Showtime expandi¨® el n¨²mero de cap¨ªtulos, obteniendo de nuevo un ¨¦xito fenomenal y el esperado vituperio neo-con (abundan los desnudos frontales y las escenas de sexo l¨¦sbico y homo, de una explicitud nunca vista en la televisi¨®n en abierto).
Cuatro ofrece desde principios de julio esta versi¨®n norteamericana, que es de una calidad cuando menos igual a la de Channel y siempre divertida, picante y atenta a reflejar sin endulzamientos la pluralidad del colectivo y sus sombras (el episodio del acoso sexual este ¨²ltimo martes). ?Serie de minor¨ªas? Me hace re¨ªr, por no llorar, que haya quien la juzgue as¨ª, acot¨¢ndola en un gueto, otro, como si la idiosincrasia de un grupo muy variado de homosexuales de Pittsburg fuese de menos inter¨¦s para la mayor¨ªa de espectadores que los enjuagues de la mafia italo-americana o los entresijos de la Casa Blanca. Dotada de magn¨ªficos actores y di¨¢logos muy ingeniosos (desentonan algunos trucos de realizaci¨®n, como los pensamientos visualizados), Queer as folk engancha, y promete, dada su extensi¨®n, un oto?o caliente.
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