Un '7' con historia
Tras superar una grave lesi¨®n juvenil y errores en su ¨¦poca m¨¢s conflictiva, Gudjohnsen conf¨ªa en triunfar en el Bar?a
No se exaspera por nada. Prisas, las justas. Ni siquiera por triunfar. A Eidur Gudjohnsen (Reikiavik, Islandia; 1978) le turban pocas cosas. Ni siquiera jugar este a?o en la Champions contra el Chelsea, su antiguo club. Desde que la vida le ense?¨® su cara menos afable, s¨®lo se fija en aquello que tiene importancia.
De joven, en Inglaterra, se equivoc¨®. Le tildaron de lud¨®pata, se meti¨® en una pelea de discoteca y le pillaron ebrio mientras conduc¨ªa. "Son cosas de la edad", analiza. Y cambi¨®. Este verano, el Bar?a buscaba suplir la baja del sueco Larsson. Con el uruguayo Forl¨¢n estaba casi hecho y se discut¨ªa por el precio. Pero apareci¨® ¨¦l, de la nada, y convenci¨® a todos.
No es conflictivo, no le cuesta asumir que el equipo est¨¢ por encima de los egos personales y es polivalente. Encara hacia los dos costados, se mueve con soltura por la zona de los tres cuartos, remata y descarga por igual para la llegada de los medios y, de momento, se ha entendido a las mil maravillas con Ronaldinho. Hoy, ante el Sevilla, en la Supercopa europea, espera tener minutos para demostrar sus aptitudes.
Siempre fue un futbolista precoz. Gudjohnsen comenz¨® su carrera en el Valur Reikiavik tras regresar de B¨¦lgica, donde su padre jugaba como extremo en el Anderlecht. A los 13 a?os debut¨® con la selecci¨®n sub 16. Tres despu¨¦s, el PSV Eindhoven le fich¨® para que acompa?ara a futbolistas de la talla de Nilis o Ronaldo. Cumplidos los 17, debut¨® en la Copa de Europa. En el Camp Nou. Pero poco despu¨¦s, se lesion¨® de gravedad: "Los m¨¦dicos me dec¨ªan que no jugar¨ªa m¨¢s. Y yo cre¨ªa que, sin prisas, con esfuerzo, podr¨ªa hacerlo". As¨ª fue. Se march¨® del PSV y volvi¨® a empezar en su pa¨ªs, en el KR Reikiavik.
Los goles volvieron a su vida. El ¨¦xito, tambi¨¦n. Tanto que emigr¨® a Inglaterra para triunfar en el Bolton. Y despu¨¦s, al Chelsea. Tras cinco a?os alternando titularidad y banquillo pero siempre fiable, lleg¨® al Bar?a. Antes, sin embargo, tuvo su ¨²ltima mala noticia.
Finales de junio pasado. Tarde de descanso tras ver con la familia parte de Estados Unidos. "?Toma siete!", exclama su amigo en mitad de la timba. Un siete que a Gudjohnsen le ven¨ªa fatal porque se le desmoronaba el juego. "?Te ha gustado?", le solt¨® entre desafiante y divertido el amigo; "pues... ?ah¨ª va otro!". Gudjohnsen no daba cr¨¦dito. "Sabes, el siete es el n¨²mero favorito de mi padre. Y... ?toma otro m¨¢s!". Se acab¨® la partida y ambos se fueron a dormir. Uno m¨¢s contento que el otro, pero los dos relajados por el tiempo estival. Todo cambi¨® a la ma?ana siguiente. El amigo, p¨¢lido y con los ojos llorosos, le dijo: "Eidur, se ha muerto mi padre".
Desde ese instante, Gudjohnsen decidi¨® portar el 7 en el Bar?a, vacante tras la salida de Larsson. Con ese n¨²mero, sin prisas pero sin pausas, espera triunfar. Quiz¨¢s, en la Supercopa.
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