Horario continuo para reducir las colas en la brigada de Extranjer¨ªa

Funcionarios de refuerzo y un horario ininterrumpido de atenci¨®n a los inmigrantes. Son las dos medidas que el Ministerio de Interior ha activado para que las colas en la Brigada Provincial de Documentaci¨®n y Extranjer¨ªa, en Carabanchel, disminuyan. La espera se ha reducido considerablemente, pero los soportales de la antigua c¨¢rcel siguen presentando un aspecto bochornoso donde los restos de basura se acumulan cada d¨ªa.

Una de las numerosas penurias por las que tiene que pasar un inmigrante que se establece en Madrid es la burocr¨¢tica cola interminable en los soportales de la antigua c¨¢rcel de Carabanchel. All¨ª, cada ma?ana, la espera llega a las cuatro horas. Los 2.300 extranjeros que acuden diariamente, desde hace un a?o, a las nuevas oficinas de la avenida de los Poblados esperan sin mayor protecci¨®n que los soportales de la antigua prisi¨®n para hacer sus tr¨¢mites.

El punto ¨¢lgido de la tortuosa fila de espera estuvo en el pasado mes de julio. La "falta de personal y de tecnificaci¨®n del edificio", seg¨²n denunci¨® el sindicato UGT, provocaron una situaci¨®n insostenible que el Ministerio de Interior no ha conseguido parar completamente. Las colas interminables que colapsaban el edificio durante las ocho horas que permanec¨ªa abierto han aligerado. La hora punta se ha reducido al primer turno de la ma?ana, cuando el colapso sigue latente.

Una de las responsables de coordinar los tr¨¢mites del centro admit¨ªa hace un mes estar "desbordada". Esa misma empleada respiraba ayer m¨¢s aliviada. "Con las vacaciones, el n¨²mero de inmigrantes en verano en Madrid tambi¨¦n disminuye", asegura. Hace 30 d¨ªas su aspecto era el de una trabajadora estresada, al borde de la baja laboral. "Esto no se puede soportar. Necesitamos m¨¢s personal ahora cuando los funcionarios se van de vacaciones", reclamaba.

El Ministerio de Interior, encargado de gestionar las instalaciones, prometi¨® entonces un refuerzo de 80 funcionarios para sustituir a los trabajadores. Una remesa algo exagerada, teniendo en cuenta que la plantilla que atiende las reclamaciones legales de los inmigrantes no superan la treintena.

Pero el auxilio lleg¨® en forma de 26 nuevos trabajadores. Los puestos de atenci¨®n al p¨²blico han sido cubiertos por personal temporal. "No son funcionarios. Nos ayudan s¨®lo durante unos meses", afirma uno de los encargados de atender las dudas de los extranjeros que acuden para tramitar asuntos relacionados con la tarjeta de residencia.

Los polic¨ªas nacionales que custodian la entrada al moderno establecimiento no dudan cuando se les pregunta por el motivo de la disminuci¨®n de las colas. "Es el horario ininterrumpido", explica uno de los agentes. Durante el mes de agosto, la Brigada de Extranjer¨ªa no cierra al mediod¨ªa y el horario se ha ampliado de siete de la ma?ana a ocho de la tarde.

Ha desaparecido una escena habitual. El momento en el que la hilera humana se paralizaba dos horas a las dos de la tarde. El horario partido, que ten¨ªan los funcionarios de las oficinas, obligaba a muchos inmigrantes a soportar 120 minutos bajo el sol para guardar el turno hasta la reapertura del centro a las cuatro de la tarde.

Carpa de protecci¨®n

La pausa del mediod¨ªa era aprovechada por muchos inmigrantes para sacar la comida de sus mochilas. Con sigilo, varios extranjeros deambulaban entre los exasperados componentes de la espera para ofrecer bebida y comida. En alguna ocasi¨®n tuvieron que acudir los efectivos del Samur para atender a los intoxicados. Esas escenas se han acabado. Ahora, durante la pausa de la comida, las colas no superan a los 30 inmigrantes.

Una vez en el interior del recinto, una carpa de pl¨¢stico protege a los ni?os y las embarazadas. No pertenece a la brigada. Es un pr¨¦stamo de la vecina comisar¨ªa del distrito de Latina. La sombra es un bien preciado y escaso en el patio de entrada de la antigua prisi¨®n.

"Peor es en invierno, cuando el fr¨ªo te corta las manos", compara un polic¨ªa nacional bajo la protecci¨®n de una sombrilla de playa instalada en la puerta de acceso al recinto.

La inversi¨®n econ¨®mica del Ministerio de Interior en las oficinas de Carabanchel parece escasa observando las cartulinas que los agentes han instalado en las ventanas de su garita para impedir la entrada de los rayos de sol.