La belleza de Luzbel
EL PA?S presenta ma?ana, s¨¢bado, por 8,95 euros, 'Eva al desnudo', una joya cinematogr¨¢fica de Joseph L. Mankiewicz
Pocas veces el cine ha llegado tan lejos como en esta pel¨ªcula: bien es verdad que cuando se realiz¨® Eva al desnudo apenas ten¨ªa importancia la televisi¨®n, y que era una ¨¦poca en la que las pel¨ªculas se comulgaban colectivamente y en penumbra. Pero ah¨ª est¨¢ la demostraci¨®n de que el cine puede ser un arte.
Fotograf¨ªa, m¨²sica, di¨¢logos, decorados, vestuario... O lo que es lo mismo, Krasner, Newman, Davis... Los maquilladores... Un conjunto de propuestas est¨¦ticas enriqueci¨¦ndose las unas a las otras. Sin dejar fuera de la aventura al responsable material de todo aquello: Darryl F. Zanuck, el productor, figura tan imprescindible para Mankiewicz como Felipe IV lo fuera para Vel¨¢zquez.
Nunca el teatro ha sido m¨¢s teatro: el cr¨ªtico, brillante por fuera y mediocre por dentro, el olor a cosm¨¦tica del camerino, el perpetuo miedo al fracaso, la presencia invisible y aterradora del p¨²blico. Tampoco el cine ha sido m¨¢s cine que en Eva al desnudo: desde los encuadres hasta la limpieza del sonido, desde la precisi¨®n del montaje hasta la elegancia de los movimientos de c¨¢mara...
Rigurosa, sarc¨¢stica, cl¨¢sica, innovadora, universal. Los adjetivos se quedan cortos. Eva Harrington ya forma parte de esa galer¨ªa de retratos magistrales -masculinos o femeninos- que alguna vez produce el talento humano. Como Mona Lisa o Madame Bovary. O Ricardo III o don Juan.
Lo de menos es que la pel¨ªcula consiguiera todos los oscars imaginables, o que est¨¦ firmada por una de las excepciones en que el genio del cine y el de la literatura coinciden en la misma persona: Mankiewicz. Tan excelso guionista como inspirado director. La historia de esos personajes se lo come todo. Se asoma uno a trav¨¦s de ellos al pretil de la vileza, pero agradeciendo ver el mal como lo que es: la m¨¢s fascinante de las creaciones humanas. La belleza de Luzbel.
Hablando de oscars: las dos extraordinarias actrices protagonistas fueron nominadas para la misma estatuilla. ?Qu¨¦ pensar¨ªan la una y la otra -Anne Baxter y Bette Davis-, la una de la otra -Margo Channing de Eva Harrington-, cuando vieron que la premiada no era su rival, sino Judy Hollyday por Nacida ayer?
Les propongo a los lectores un men¨² para ampliar el nuevo placer -m¨¢s o menos solitario- del consumo dom¨¦stico audiovisual. Un programa doble. Pongan en su reproductor esta pel¨ªcula de Mankiewicz que es verdadera, descarnada y atroz y luego, o antes, como aperitivo o postre, para encender motores o como desahogo, La cenicienta de Walt Disney, que es del mismo a?o e inexplicablemente, de la misma cultura. As¨ª podr¨¢n ustedes reflexionar sobre los trepas, si es que conocen a alguno y sobre las princesas que anidan en los recovecos de nuestras perversiones. El Hola y Don Quijote. En definitiva, ¨¦sa es la grandeza del cine: blanco y negro y color, realidad y fantas¨ªa. Esti¨¦rcol y flor.
Parece mentira que uno pueda tener en su casa una joya as¨ª. ?Viva el DVD! ?Viva el cine!
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