Ana Bel¨¦n y West Point
El c¨®digo de honor de la Academia Militar de West Point, en la que ponen firmes a los americanitos de pro, dice que un cadete no debe "mentir, defraudar o robar, ni tolerar que nadie lo haga". Lo que nos lleva a concluir que en el Ayuntamiento de Marbella casi nadie hubiera podido ser cadete en West Point.
Pero lo que nos desvelaba EL PA?S tal d¨ªa como hoy, no eran las travesuras de los mun¨ªcipes marbell¨ªes, a¨²n desconocidas (los protagonistas estaban a¨²n en fase de acumulaci¨®n y haciendo m¨¦ritos), sino que la Academia citada suavizaba su c¨®digo de honor, tras haber pillado a 202 aspirantes copiando en un examen de ingenier¨ªa el¨¦ctrica. En principio, fueron arrojados a las tinieblas exteriores: que se chincharan siendo s¨®lo civiles. Pero cuando se dieron cuenta de que las chuletas afectaban al 25% del censo, se present¨® el secretario del Ej¨¦rcito, Martin Hoffmann, dio carpetazo al asunto y encarg¨® algunos retoques al c¨®digo de honor al astronauta Frank Borman, quiz¨¢ por entender que, dada su profesi¨®n, tendr¨ªa una visi¨®n amplia de la jugada.
Retoques, por ejemplo, a la cl¨¢usula que les obligaba a chivarse de sus compa?eros, y que a los cadetes les resultaba algo inc¨®moda. Incluso perdon¨® a los 202 felones la segunda parte de la condena, dos a?os de servicio militar obligatorio, por entender que eran much¨ªsimos para cumplirlo y que bastante mili ten¨ªan con querer ser del Ej¨¦rcito para siempre jam¨¢s.
Mientras los cadetes de West Point aprend¨ªan ingenier¨ªa el¨¦ctrica, Ana Bel¨¦n cantaba en Pamplona, y ello provocaba 100.000 pesetas de multa para el organizador del recital, Eustaquio Pezonaga, a quien el Gobierno Civil de Navarra acusaba de politizar el acto.No s¨®lo, dec¨ªa la autoridad gubernativa, se hab¨ªan colocado cinco pancartas de "organizaciones ilegales" y una ikurri?a, sino que tambi¨¦n se reparti¨® propaganda clandestina editada por el "ilegal comit¨¦ provincial del Partido Comunista de Espa?a".
Era todo, como se ve, muy grave. Pero lo que colm¨® el vaso de la paciencia del gobernador civil fue que el organizador tuviera la osad¨ªa de "permitir a Ana Bel¨¦n la interpretaci¨®n de un chotis democr¨¢tico, no recogido en el programa de canciones". Chotis democr¨¢tico: su propio nombre daba idea del peligro y la subversi¨®n.
La noticia la dimos repetida, en las p¨¢ginas 10 y 12. Debi¨® ser del propio impacto que nos caus¨®.
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