F¨²tbol para ilustrados

M¨¢s de uno podr¨ªa pensar que es obra de un loco rematado o de un atrevido insensato escribir un libro de f¨²tbol a partir de las ense?anzas de Max Weber, Karl Marx, Maurice Blanchot, Georges Bataille, Thomas Hobbes, Walter Benjamin o Vicente Verd¨², entre otros fil¨®sofos y ensayistas. Pero ni corto ni perezoso, sin miedo esc¨¦nico a saltar al c¨¦sped literario para jugar un dif¨ªcil partido, el argentino afincado en Espa?a Pablo Nacach (Buenos Aires, 1969) se ha sumado a la lista de aquellos que piensan que el f¨²tbol no debe estar re?ido con la cultura o viceversa.

No de modo gratuito este fil¨®sofo y soci¨®logo argentino titula uno de sus primeros cap¨ªtulos El f¨²tbol es la infancia, y de forma totalmente deliberada incluye como foto suya en la solapa una imagen de cuando era ni?o y jugaba en una playa. Porque, por encima de todo, Pablo Nacach es un gran aficionado al f¨²tbol. Desde esta perspectiva, el autor no duda en se?alar al principio del libro que "el f¨²tbol es probablemente el m¨¢s eficaz traductor que la infancia nos regala para poder comprenderla". Es, sin ninguna duda, una afirmaci¨®n que suscribir¨ªan millones de personas, varones en su inmensa mayor¨ªa, a lo largo de los cinco continentes. Pero Pablo Nacach va m¨¢s all¨¢ al sostener que "gracias al f¨²tbol el ni?o adquiere tempranamente una identidad casi cl¨¢nica, asociada a los colores de su equipo preferido, que es habitualmente el del padre, el del abuelo y as¨ª regresando hasta llegar a la rama del ¨¢rbol geneal¨®gico del bendito d¨ªa en que se invent¨® el f¨²tbol".

Escrito en un espa?ol que oscila entre los castellanismos y los argentinismos, en especial en toda la terminolog¨ªa futbol¨ªstica, con un argot que el autor explica previamente, el libro est¨¢ salpicado de citas que van analizando las claves del ¨¦xito de este deporte de masas. Se cruzan en sus p¨¢ginas la memoria de la infancia, las relaciones de los ni?os con sus padres y con sus madres, los ritos del juego, la actitud de los hombres y de las mujeres frente a este espect¨¢culo (pol¨¦mico tema donde los haya) y todos los trucos y entresijos del f¨²tbol, incluido un divertido diccionario al final del libro.

Porque hab¨ªamos olvidado decir que F¨²tbol. La vida en domingo es un texto muy entretenido, lleno de humor y de an¨¦cdotas impagables (magn¨ªficos los retratos de Maradona o de Beckham), un tanto pretencioso en ocasiones, pero donde el autor intenta superar sus tentaciones de pedanter¨ªa intelectual con una pasi¨®n muy emotiva, muy de piel, por el f¨²tbol. Al fin y al cabo este deporte-espect¨¢culo, manchado constantemente por corrupciones econ¨®micas y bajezas morales, mantiene su hechizo sobre las multitudes. ?Por qu¨¦? Quiz¨¢ Nacach ofrezca una respuesta casi metaf¨ªsica: "El partido del domingo dura noventa minutos y pervive toda una larga y aburrida semana, llenando vac¨ªos como s¨®lo ¨¦l sabe hacerlo".