18 minas explosivas en el parqu¨¦
El salto es un movimiento que se repite en muchos juegos que practican habitualmente los ni?os y que los mayores raramente ejercitan, a no ser que realicen un deporte como voleibol o baloncesto. Los jugadores de voleibol saltan habitualmente m¨¢s de 200 veces en un encuentro, mientras que los de baloncesto pueden hacerlo entre 50 y 80 durante un partido, dependiendo de la posici¨®n de juego. Aunque s¨®lo unos pocos son realmente m¨¢ximos, como el salto entre dos, al inicio del encuentro, hay muchas acciones recogidas en las estad¨ªsticas de juego que implican diferentes tipos de saltos.
En los aleros espa?oles de primer nivel hemos medido alturas de salto superiores al medio metro y potencias mec¨¢nicas que sobrepasan 10 caballos vapor. Valor nada desde?able y comparable con alg¨²n motor de explosi¨®n, si no fuera porque se da puntualmente, en un instante cercano al final de la batida, sin posibilidad de mantenerlo en el tiempo. Pero tras el salto, aunque alguno se agarre un rato del aro, todos acaban cayendo. En las acciones de rebote a nadie se le ocurrir¨¢ mirar al suelo durante la ca¨ªda pues significar¨ªa desviar la vista del juego. A pesar de ello el suelo de la pista de baloncesto puede llegar a tener 18 minas explosivas, en posiciones que cambian constantemente y cuando se pisa una puede provocar con cierta facilidad la temida lesi¨®n del esguince de tobillo. Estas minas son irregularidades sobre el terreno debidas a los pies de los jugadores cercanos. Para prevenir el esguince, en algunos equipos se ha llegado a obligar el uso de protecciones en forma de vendajes o de diferentes tipos de tobilleras. Un reciente trabajo de la Dra. Marta Meana, que recibi¨® el Premio Nacional de Investigaci¨®n en Medicina Deportiva, descubri¨® que el chaleco antimina que se fabrica de forma personalizada para un determinado jugador, denominado en el argot como vendaje funcional preventivo, se va desgastando durante el partido y que seg¨²n la estatura y tipo de pie del jugador deber¨ªa ser reforzado o cambiado, para que cumpla bien su funci¨®n, con mayor o menor frecuencia. En la investigaci¨®n se vio que los pies con mucho puente (cavos) desgastan antes el vendaje que los normales y que los planos.
Aunque en la ca¨ªda no se pise el pie de otro jugador, nuevos riesgos acechan a quien ha saltado. Las tambi¨¦n temidas lesiones de ligamentos cruzados de rodilla se relacionan con determinados tipos de alineaci¨®n de las extremidades inferiores, pero tambi¨¦n con la t¨¦cnica empleada en la amortiguaci¨®n de la ca¨ªda. En amortiguaciones mediocres, cuando el tal¨®n llega al suelo, hemos llegado a medir registros de fuerzas de reacci¨®n superiores a 10 veces el peso corporal, lo que significar¨ªa una bomba de m¨¢s de 1.000 kilogramos-fuerza en jugadores como Jorge Garbajosa o Pau Gasol, que explota en apenas 6 cent¨¦simas de segundo de iniciar el contacto del pie en el suelo y se transmite desde el tal¨®n al resto del cuerpo. Algo que no pueden permitirse estos excelentes jugadores, que habitualmente reciben el impacto de tan solo 400 kilogramos en sus buenas amortiguaciones.
Xavier Aguado J¨®dar es Biomec¨¢nico de la Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Castilla-La Mancha.
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