Reyes de la tele
En un sugerente art¨ªculo publicado hace unas semanas, Mikel Lejarza recordaba que, en 1933, la Revista radio televisi¨®n inclu¨ªa el siguiente p¨¢rrafo: "La televisi¨®n vendr¨¢ a sumarse al n¨²mero de inventos que hacen la vida m¨¢s complicada si se quiere pero tambi¨¦n m¨¢s interesante". Casi ochenta a?os m¨¢s tarde, y viendo la televisi¨®n en abierto que hemos tenido este verano, la visionaria previsi¨®n peca de optimista, ya que, con o sin televisi¨®n, la vida sigue siendo m¨¢s complicada que interesante. De vez en cuando, sin embargo, alguna excepci¨®n desmiente el d¨¦j¨¤ vu industrial y la redifusi¨®n a los que intentan someternos. Es el caso de El rey de la colina (La Sexta), serie de dibujos desanimados y melanc¨®licos que, en muchos aspectos, entronca con propuestas anteriores sobre precariedades familiares como Los Simpson (Antena 3) o Padre de familia (La Sexta). Durante veinte minutos uno queda enganchado por un trazo m¨¢s adulto de lo que suele ser habitual y por el retrato amoral y sarc¨¢stico de la mediocridad social y familiar, con un protagonista que abusa del autocontrol para reprimir un deseo psicop¨¢tico de destruir la estabilidad artificial de su entorno.
Pero El rey de la colina no es el ¨²nico rey de La Sexta. Para promocionar el partido semanal de f¨²tbol (una novedad que cambiar¨¢ el mapa tradicional de las audiencias del s¨¢bado), la cadena se promociona con una parodia de El rey le¨®n. En lugar del melenudo le¨®n creado por la factor¨ªa Disney, un humano con chollas a lo Pocholo sube a la monta?a sagrada y levanta una pelota de f¨²tbol en lugar de un asustado cachorro. Desde la cima contempla c¨®mo todas las especies de hinchas y aficionados, desamparados y ¨¢vidos de encontrar alg¨²n dios que d¨¦ sentido a su existencia, se postran ante la majestuosa supremac¨ªa del f¨²tbol mientras la voz en off sentencia: "El rey de los deportes ha vuelto". Luego, y pese a la fanfarria promocional, s¨®lo algunos partidos cumplir¨¢n con las expectativas que recordaba Lejarza y har¨¢n que nuestra vida sea m¨¢s interesante.
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