La melod¨ªa profunda de L¨®pez Chaves

Un toro encastado y un torero lleno de valor y hondura crearon un momento ¨²nico ayer en Bilbao. El salmantino L¨®pez Chaves realiz¨® una faena maciza al tercero. Sus muletazos largos, ligados, profundos pose¨ªan aromas de toreo cl¨¢sico. Animal y hombre trenzados para crear una misma cosa. El toro desarrollando su fiereza con capital codicia y el hombre sinti¨¦ndose creador de algo bello. "La belleza es equidad absoluta" asegur¨® Brancusi. La armon¨ªa se daba sobre la arena de los miedos, all¨ª donde el toro -Goya a oscuras- embest¨ªa sin parar, y el torero hac¨ªa vibrar a todos, porque ¨¦l estaba vibrando dentro. Las melod¨ªas o¨ªdas son dulces, sin duda, pero las que no se oyen son m¨¢s dulces.

Otros dos toros mostraron su bravura, buen son y hasta picante. Ellos fueron el primero -pese a su berreo y que se fuera a morir a las tablas- y el segundo, un toro no aprovechado, mejor dicho abultadamente desaprovechado.

Padilla y Encabo fuera de su discreta labor de banderillas, filmaron una actuaci¨®n vulgar, como pocas veces les hemos visto. Mal sin paliativos. La mancha para el ganadero se la endilg¨® el quinto.