Higos de Albatera
Al pasar por Albatera y contemplar sus cultivos, bellos como un jard¨ªn, es imposible no acordarse de aquel que enorgullec¨ªa a Alc¨ªnoo y cant¨® Homero en su Odisea de esta sublime suerte: "?rboles abundantes en savia crecen all¨ª, cargados de magn¨ªficos frutos: peras, granadas, hermosas manzanas, dulces higos y verdes olivas. Los ¨¢rboles no huelgan jam¨¢s; no agotan su vegetaci¨®n ni en el invierno, ni en los prolongados ardores del est¨ªo. El soplo del c¨¦firo hace madurar unos frutos, mientras otros se est¨¢n formando. A la pera caduca sucede la tierna; la manzana reemplaza a la manzana, el higo al higo, y la uva a otra uva...".
Conocidos desde la remota antig¨¹edad, los frutos vinieron de Caria, en Asia Menor, y se trasladan a Europa y ?frica en fechas que la mente no recuerda, ya que los com¨ªan y hac¨ªan de ellos alimento consagrado los egipcios, y luego los jud¨ªos, y los griegos y romanos, y as¨ª hasta nuestros d¨ªas en que, aun sin se?ales de santidad, se utilizan am¨¦n de para satisfacer las pasiones del paladar, para combatir -no sabemos si con ¨¦xito- las enfermedades de garganta, pulm¨®n, vejiga y ri?¨®n, tal que unos dulces sustitutos del b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s.
Los siconos -tambi¨¦n llamados higos- son blandos, dulces y sabrosos, rellenos de una carnalidad casi excesiva -la que le confieren los aquenios que los forman, que parecen semillas pero no los son, ya que componen los verdaderos frutos- y por tanto propicios a ser degustados despu¨¦s de cualquier comida, aunque con preferencia deben satisfacernos en las soleadas ma?anas de primavera, acompa?ados de una copita de oj¨¦n.
Con multitud de variedades en su haber -Colar, Go¨ªna, ?oral-, la cuesti¨®n fundamental que divide a las higueras es su capacidad para dar una o dos cosechas; la primera en junio -las llamadas brevas- y la segunda en septiembre, que son los mismos higos pero en tard¨ªo. A las higueras capaces de esta haza?a se las llama b¨ªferas, y por su virtud son las m¨¢s reconocidas y cultivadas.
El higo se come fresco o seco, seg¨²n estaciones; s¨®lo o acompa?ando diversos otros manjares -el jam¨®n o el foie son magn¨ªficas guarniciones- o prensado y formando pan, que es la versi¨®n m¨¢s energ¨¦tica de un producto que, en esa modalidad, colabor¨® de forma notable a las ins¨®litas obesidades de nuestra posguerra.
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