La final espera
Ya estamos en las semifinales. La selecci¨®n lituana no fue rival para los espa?oles, que volvieron a demostrar que est¨¢n a un nivel muy superior al de otras selecciones que en anteriores campeonatos resultaban muy dif¨ªciles de ganar -Alemania, Serbia y Montenegro o la de ayer, Lituania-. El partido fue m¨¢s de lo mismo. Espa?a, con su quinteto titular, sali¨® muy centrada, imponiendo su mayor calidad y dejando claro que no era d¨ªa de sorpresas. Antes del descanso los lituanos arrojaron la toalla. Macijauskas, su estrella, acab¨® el partido con cero puntos -he visto muchos partidos suyos y no recuerdo ninguno as¨ª-. Felipe Reyes volvi¨® a jugar y no se resinti¨® de su lesi¨®n. Pepu quiere recuperarle consciente de su importancia en los relevos.
El rival de las semifinales ser¨¢ Argentina, que cumpli¨® con su condici¨®n de favorito y arras¨® a una decepcionante Turqu¨ªa, que ense?¨® su peor cara en lo que va de campeonato. Los argentinos parecen haber recuperado el nivel competitivo que les ha dado tantos ¨¦xitos en los ¨²ltimos a?os. El partido promete ser la primera prueba real del potencial de Espa?a. Sin embargo, hay que ser optimistas. Argentina a¨²n no ha jugado al nivel de nuestra selecci¨®n. Aunque es un rival temible por la calidad de sus jugadores, la din¨¢mica de los equipos en el campeonato es diferente. Espa?a ha ganado todos los partidos con mucha superioridad y no ha bajado el ritmo en ning¨²n momento. Todos sus jugadores han participado y todos han ido a m¨¢s.
Los albicelestes, aun ganando todos sus partidos, han sufrido m¨¢s de lo que se esperaba. Han jugado a rachas y han creado dudas que pueden aparecer en los momentos delicados.
Espa?a mantiene un ritmo muy alto de juego durante todo el partido. Tanto en intensidad defensiva -con Carlos Jim¨¦nez como baluarte, siempre est¨¢ donde hace da?o- como en opciones de ataque somos superiores a los argentinos.
El ambiente y el esp¨ªritu de equipo, que tambi¨¦n juegan, son inmejorables. Pau y compa?¨ªa transmiten una confianza que hace que nos sintamos y seamos favoritos ante la poderosa selecci¨®n argentina. La final espera.
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