?ltimas y pen¨²ltimas copas
Muchos bebedores carecen de sentido de la medida. Para justificar su sed, afirman que no existe ¨²ltima copa sino pen¨²ltima. Otros, en cambio, saben retirarse a tiempo y, pese a los insultos de los amigos y las ofertas de seguir confundiendo el espacio y el tiempo, se plantan y cuando dicen ¨²ltima significa ¨²ltima. La dial¨¦ctica entre ambas posturas queda resumida en la canci¨®n En el ¨²ltimo trago, de Chavela Vargas: "T¨®mate esta botella conmigo / y en el ¨²ltimo trago, me dejas; / esperemos que no haya testigos, / por si acaso te diera verg¨¹enza".
O sea: el que se queda es partidario de lo pen¨²ltimo y el que se marcha de lo ¨²ltimo. La hora de cierre de los locales tambi¨¦n vive sometida a esta ambivalencia. Hay bares que cierran siempre a la misma hora y con el mismo ritual mientras que, si est¨¢n llenos, otros prefieren ara?ar m¨¢s recaudaci¨®n. El apocal¨ªptico momento del "vamos a cerrar" se expresa de modos distintos: a) los camareros verbalizan la frase que da por terminada la noche, b) se encienden y apagan las luces avisando visualmente al personal, c) un hombre harto de todo se sube a la barra con un meg¨¢fono y avisa de que de un momento a otro se proceder¨¢ a desalojar la sala por las buenas o por las malas, d) me contaron que lo vieron en un after de Zaragoza: en una pantalla gigante se emite el famoso v¨ªdeo ilegal de Exuperancia Rap¨² y e) suena una falsa sirena de la polic¨ªa y todo el mundo sale zumbando.
En el fondo, tanto los bebedores como los bares saben que ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa y que esa declaraci¨®n de ¨²ltimas y pen¨²ltimas voluntades s¨®lo es una tregua. ?Cu¨¢l es entonces la ¨²ltima copa? La pel¨ªcula colombiana Rosario Tijeras nos da una posible respuesta. El hermano de la protagonista es asesinado. Rosario Tijeras llora su muerte y junto a todos sus amigos salen de farra llev¨¢ndose al muerto a cuestas. Lo sientan en la mesa, lo apoyan en la barra y lo arrastran por una interminable noche que concluye de borrachera. Alicie Prin, artista de cabar¨¦ conocida como Kiki de Montparnasse, que revolucion¨® el Par¨ªs art¨ªstico y noct¨¢mbulo de los a?os veinte, protagoniz¨® una escena similar. Era lo que hoy se denomina una pluriadicta: vino, champ¨¢n, coca¨ªna, hero¨ªna, morfina, cuyos efectos sol¨ªan llevarla a lugares de mala aunque intensa reputaci¨®n (el Gipsy's, el Kosmos, el Sphinx o el Belle Poules). Su bi¨®grafo Lou Molgaard escribe: "?C¨®mo olvidar a Kiki, la m¨¢s c¨¦lebre modelo de Montparnasse? Ella es inolvidable. Todo el mundo se acuerda de ella, incluso los que no la han conocido jam¨¢s".
Y cuenta una escena digna de ser considerada como ¨²ltima, incluso p¨®stuma, copa: "Al dejar el hospital el cortejo no tom¨® el camino del cementerio, sino el de Montparnasse, para visitar todos los lugares que tanto am¨® Kiki. Cada etapa era un episodio de su vida: Le D?me, La Coupole, Le S¨¦lect, Le Jockey". Fue un placer estar con ustedes pero vamos a cerrar. Ah, y no olviden respetar el descanso de los vecinos siempre que los vecinos respeten el suyo. Salud.
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