Cada vez peor
Inmediatamente antes de que empezara esta nueva fase aguda del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, es decir, antes del secuestro de un soldado israel¨ª en los territorios ocupados y de los acontecimientos dram¨¢ticos en el L¨ªbano a partir del secuestro de otros dos soldados, tuve una discusi¨®n no querida por m¨ª con el embajador israel¨ª.
Est¨¢bamos realizando un seminario en Sevilla el primer d¨ªa de junio en relaci¨®n con el 20? aniversario del establecimiento de relaciones entre Espa?a e Israel. El grueso de la reflexi¨®n se situaba en torno a ese hecho hist¨®rico y su evoluci¨®n. Me limit¨¦, intencionadamente, a contar algunos de los entresijos no conocidos de aquel proceso complejo de negociaci¨®n a varias bandas, que culmin¨® en enero del 86.
Acabada la exposici¨®n, un periodista de La Vanguardia quiso traernos a la realidad inmediata tras el triunfo de Ham¨¢s. No quise eludir la respuesta a los temas puestos sobre la mesa. Cre¨ªa que era posible y conveniente el di¨¢logo con Ham¨¢s, despu¨¦s de la elecci¨®n libre y transparente de los palestinos. Asimismo afirm¨¦ que la Uni¨®n Europea no deb¨ªa cortar la ayuda al pueblo palestino por esta elecci¨®n, Finalmente, expres¨¦ mi convicci¨®n de que Israel no pod¨ªa mantener una pol¨ªtica unilateral para la soluci¨®n de los problemas de fondo.
La indignada reacci¨®n del embajador israel¨ª all¨ª presente me oblig¨® a recordar algunos datos hist¨®ricos que personalmente hab¨ªa vivido para avalar la correcci¨®n -en mi criterio personal- de la postura que hab¨ªa expresado. Lamento decir que, tras este verano terrible en Gaza, Cisjordania y particularmente en el L¨ªbano, no s¨®lo no he cambiado de criterio sino que mi razonamiento ha ido m¨¢s all¨¢. De buena fe cabe hacerse la pregunta sobre lo que hubiera ocurrido si la pol¨ªtica se hubiera basado en aquellas premisas que defend¨ª.
Todo ha ido a peor en la zona, como f¨¢cilmente puede constatarse viendo la din¨¢mica de guerra civil y enfrentamientos contra los ocupantes en Irak, o la tensi¨®n generada con Ir¨¢n, no s¨®lo la guerra en el L¨ªbano. ?D¨®nde est¨¢n los s¨ªntomas que anuncian una nueva realidad de democracia y estabilidad en Medio Oriente? No estamos ante el parto de una nueva y mejor criatura, sino ante el aborto frustrante de un proceso de paz imprescindible.
La paz sigue siendo la condici¨®n necesaria, aunque no sea suficiente, para conseguir la estabilidad, el desarrollo y la libertad en la regi¨®n. Si no hay paz, todo lo dem¨¢s se frustrar¨¢ una y otra vez. Y aunque no guste o¨ªrlo, y menos escucharlo, el epicentro de la paz y de la guerra sigue estando, como hace d¨¦cadas, en la soluci¨®n del problema palestino. La fuerza, la pol¨ªtica unilateral basada en ella, y s¨®lo en ella, no garantizar¨¢ nunca la paz. Los otros conflictos son reales, sin duda, pero su encauzamiento hacia una soluci¨®n se encadena una y otra vez al del epicentro. La guerra del L¨ªbano es la prueba del nueve.
Hace un a?o, en la Universidad de Tel Aviv, y despu¨¦s en Ramala, record¨¦ el empate infinito en el que se hab¨ªa instalado este problema. Antes con Arafat, ahora con Ham¨¢s, ma?ana con el que venga. Porque hay conflictos que escapan de la salida cl¨¢sica de triunfo o derrota, vencedores y vencidos, y suelen ser los peores. En los extremos de la opini¨®n y, a veces, del liderazgo de las partes enfrentadas se llega a instalar el discurso de la derrota total de adversario y, si crece la tensi¨®n, contamina a franjas amplias de la opini¨®n con resultados cada vez peores.
?Qu¨¦ significar¨ªa el triunfo total de Israel sobre los palestinos que quieren recuperar su territorio y disponer de su propio Estado? ?Desaparecer¨ªa la comunidad palestina de Cisjordania y Gaza? ?Israel ser¨ªa ocupante perpetuo de territorios que no le pertenecen?
?Qu¨¦ significar¨ªa el triunfo total para los palestinos? ?La liquidaci¨®n del Estado de Israel y la desaparici¨®n de la comunidad jud¨ªa? ?La ocupaci¨®n del territorio asignado a Israel como Estado?
Israel es m¨¢s fuerte militarmente, pero no puede ganar por la fuerza. Esto no variar¨¢ en el futuro. Los palestinos son m¨¢s d¨¦biles y tampoco pueden ganar por la fuerza, ni hoy ni ma?ana. La conclusi¨®n es obvia: s¨®lo un acuerdo respetuoso con las resoluciones fundamentales de la ONU traer¨¢ paz y estabilidad a palestinos e israel¨ªes.
Todos los interlocutores se precipitan a responder que es eso lo que pretenden, pero en la pr¨¢ctica no es as¨ª.
La terrible guerra del L¨ªbano, cuyo objetivo confesadoera liberar a dos soldados israel¨ªes y derrotar a Hezbol¨¢, ha puesto de manifiesto que el conflicto central, el israelo-palestino, tiene una onda expansiva regional inevitable.
Volver¨¦ a insistir, contra corriente, en la necesidad de que la comunidad internacional aborde, con el consentimiento de las partes, una soluci¨®n global. Si Israel vuelve a las fronteras del 67 y los palestinos disponen de su propio Estado, con todas las consecuencias, podr¨ªa exigirse a todas las partes implicadas reconocimiento rec¨ªproco y respeto a los acuerdos.
En los momentos actuales, m¨¢s que nunca, el papel de la Uni¨®n Europea puede y debe ser relevante. Una vez m¨¢s vemos las enormes dificultades para encarar responsabilidades en materia de paz y seguridad que vayan m¨¢s all¨¢ de la disponibilidad a pagar los gastos de los destrozos que se producen. Sin embargo, contra pron¨®stico, ha ocurrido un hecho notable en relaci¨®n con la situaci¨®n en el L¨ªbano. La Uni¨®n ha llegado a un acuerdo muy significativo para aportar m¨¢s de la mitad del contingente de Naciones Unidas que se desplegar¨¢ en el sur del pa¨ªs. M¨¢s notable a¨²n si se tiene en cuenta que ni Gran Breta?a ni EE UU formar¨¢n parte de la operaci¨®n.
Pero todo el mundo es consciente de que el del L¨ªbano es un conflicto derivado y que la situaci¨®n en los territorios ocupados sigue siendo explosiva. Por eso, el nuevo ministro de Exteriores italiano ha hablado de la necesidad de que la Uni¨®n Europea piense en la interposici¨®n, con mandato de la ONU, entre israel¨ªes y palestinos, llegado el momento.
Si la hoja de ruta est¨¢ muerta, como los Acuerdos de Oslo; si la comunidad internacional est¨¢ de acuerdo en un punto m¨ªnimo: el Estado palestino; si los procesos de negociaci¨®n llegaron hasta un punto casi definitivo con Clinton; si la Liga ?rabe ofreci¨® en su d¨ªa un acuerdo sobre bases semejantes, ?no ha llegado la hora de arrancar con una iniciativa fuerte que siente a todos en torno a un plan definitivo, como si se retomara el impulso de la Conferencia de Madrid de 1991?
?sta deber¨ªa ser la propuesta de la Uni¨®n Europea, legitimada hoy por su decisi¨®n respecto a la paz en el L¨ªbano y siempre por ser la que m¨¢s esfuerzos ha hecho para ayudar a los pa¨ªses de la regi¨®n. Seguir parcheando ya no es posible, porque se reproducir¨¢n continuamente las situaciones de crisis. La soluci¨®n global es inaplazable para una visi¨®n sensata de los intereses de los israel¨ªes, de los palestinos y de los pa¨ªses ¨¢rabes concernidos. Entonces s¨ª se podr¨ªa empezar a hablar de un nuevo Medio Oriente encaminado, desde la paz, hacia un horizonte m¨¢s libre y pr¨®spero.
Felipe Gonz¨¢lez es ex presidente del Gobierno espa?ol.
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