Confesiones p¨²blicas
El retorno de lo real es la primera exposici¨®n individual en Espa?a de Phil Collins (Reino Unido, 1970), un artista con una de las m¨¢s destacadas trayectorias de los ¨²ltimos a?os y actualmente candidato para el Premio Turner 2006. En sus diferentes proyectos, y a trav¨¦s de la apropiaci¨®n de elementos de la cultura popular -la m¨²sica pop, el baile o la televisi¨®n-, ha venido construyendo una acertada reflexi¨®n sobre las relaciones entre individuo y comunidad, sobre la posici¨®n cr¨ªtica del espectador, as¨ª como sobre la supuesta transparencia de la imagen documental. La propuesta que presenta en la Sala Rekalde incorpora todos estos componentes caracter¨ªsticos de su obra.
Se trata de una instalaci¨®n compuesta de tres partes. Un primer v¨ªdeo recoge la rueda de prensa organizada por Collins en un hotel de Estambul, en la que reuni¨® a un grupo de personas que hab¨ªan tomado parte en diferentes programas de telerrealidad para hablar sobre su experiencia y las consecuencias de su paso por dichos programas. Una segunda parte consiste en una proyecci¨®n multicanal, en la que se presentan simult¨¢neamente cuatro entrevistas individuales de una hora de duraci¨®n realizadas por un mismo entrevistador. Y por ¨²ltimo, y de forma paralela a la exposici¨®n, Collins ha iniciado un nuevo cap¨ªtulo de este proyecto creando un foro en el que cualquier persona que haya participado en un programa de esta naturaleza en nuestro pa¨ªs pueda dar su opini¨®n al respecto.
PHIL COLLINS
'El retorno de lo real'
Sala Rekalde
Alameda de Recalde, 30. Bilbao
Hasta el 1 de octubre
Sin negar la coherencia de
conjunto de la propuesta, no cabe duda de que las entrevistas-testimonio son lo m¨¢s interesante de esta exposici¨®n (en total se exhibir¨¢n ocho entrevistas distintas, cuatro de ellas estuvieron hasta el 24 de agosto, y las otras cuatro pueden verse del 29 de agosto al final de la muestra). Las cuatro entrevistas se desarrollan simult¨¢neamente en una doble proyecci¨®n enfrentada: en una pantalla aparece el entrevistador, con la c¨¢mara que graba al entrevistado situada detr¨¢s de ¨¦l y un monitor que muestra la grabaci¨®n; y en la otra, el entrevistado en plano fijo sobre un fondo neutro. No hay cortes, ni montaje, es un ¨²nico plano continuo, recreando las condiciones de una toma en directo. Con este dispositivo, Collins desmonta y pone en evidencia c¨®mo act¨²a el "efecto de realidad" televisivo, la confusi¨®n intencionada entre ficci¨®n y realidad, la espectacularizaci¨®n de la confesi¨®n p¨²blica y la manipulaci¨®n de los sentimientos, o el enjuiciamiento moral de los testimonios ¨ªntimos. El espectador pasa aqu¨ª a ocupar el eje entre entrevistador y entrevistado, es ¨¦l el que monta la secuencia y marca el ritmo alternando la mirada hacia una u otra pantalla, y el que al final decidir¨¢ libremente qu¨¦ posici¨®n ocupa y qu¨¦ opini¨®n, moral o no, desarrolla.
En estas entrevistas, cuatro personajes, Cihan, Sabret, Meral y H¨¹lya, narran sus vidas. Cihan cuenta su accidentado periplo por Europa y termina interpretando varias canciones en busca de una oportunidad y de la fama; Sabret es el doble de un famoso personaje del espect¨¢culo; Meral explica ante la c¨¢mara su infancia y sus m¨²ltiples matrimonios, y H¨¹lya, en un dram¨¢tico relato, revela las continuas violaciones a las que fue sometida desde ni?a por su padrastro. Pero a lo largo de los cuatro testimonios no es s¨®lo la singularidad de una existencia lo que emerge, con sus necesidades y sus contradicciones, tambi¨¦n lo hace el contexto social en el que se construyen las relaciones, las convenciones sociales, la desigualdad de g¨¦nero, las opresivas estructuras familiares o el fuerte peso de la fama en el imaginario colectivo.
Estas confesiones, finalmente, y a diferencia de lo que ocurre en el espect¨¢culo televisivo, no tienen castigo ni redenci¨®n.
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