Una separaci¨®n a tiros en Sevilla

"De pronto, entraron varios coches y o¨ªmos los disparos", explica Mar¨ªa, una vecina del Barrio Alto de San Juan de Aznalfarache (Sevilla). "Encerr¨¦ a mis nietos en la casa", explica indignada, mientras se?ala la habitaci¨®n en la que se encuentran los dos ni?os, sentados en el suelo de un sal¨®n con las persianas bajadas. Los agujeros de los disparos a¨²n pueden verse en las paredes de la calle y en el portal: el pasado jueves, dos familias resolvieron a tiros una disputa por los coletazos de una separaci¨®n y provocaron heridas a un ni?o de 12 a?os, sobrino del ex marido, y a M. S., de 59 a?os

abuelo de su ex esposa. El ni?o, tras ser intervenido, segu¨ªa ayer en estado grave.

A las tres de la tarde del pasado jueves, la tradicional siesta veraniega fue interrumpida a balazos. Seg¨²n describen los vecinos, la tranquilidad no es una de las caracter¨ªsticas principales de este lugar, ya que en m¨¢s de una ocasi¨®n se han o¨ªdo disparos de bala. Pero nunca antes tan pronto. Ni ante tantos testigos.

"Muchas noches o¨ªmos disparos, aqu¨ª se vive como en el Oeste", dice una vecina

La polic¨ªa ha detenido a seis personas con motivo de esta reyerta, en la que el ni?o result¨® herido de bala en el cuello. Uno de los detenidos se recupera en el hospital de una herida de bala en el gl¨²teo. Los otros cinco est¨¢n en comisar¨ªa, donde prestar¨¢n declaraci¨®n antes de pasar a disposici¨®n judicial.

El motivo de la trifulca se remonta a hace ocho meses, cuando se produjo la separaci¨®n de un matrimonio de este municipio, ambos pertenecientes a familias de etnia gitana. Fuentes policiales informaron de que el marido, de 29 a?os, abandon¨® la casa que compart¨ªa con su esposa, de 24. Durante alg¨²n tiempo permaneci¨® en el Barrio Alto, pero debido a la presi¨®n de los hermanos de ella, que lo amenazaban constantemente, dej¨® tambi¨¦n el lugar en el que viv¨ªa desde su infancia y fij¨® su residencia en otro municipio.

Pero esta semana regres¨® al barrio, acompa?ado de una nueva pareja, para alojarse en la casa de sus familiares, situada en la calle Venezuela del Barrio Alto de San Juan. Aparentemente, despu¨¦s de tratar de coaccionarlo para que se marchara de nuevo, sin resultado, los familiares de su ex esposa fueron a su encuentro, armados, y de los disparos resultaron heridos el sobrino de 12 a?os del ex marido y el abuelo de la mujer, que tambi¨¦n hab¨ªa participado en la agresi¨®n.

De los seis detenidos, uno es el ex esposo, que fue arrestado junto a su compa?era sentimental cuando iban de camino a Sevilla. Adem¨¢s, fueron apresados otros tres familiares de la ex esposa, en las inmediaciones del hospital Virgen del Roc¨ªo, adonde se dirig¨ªan para obtener noticias del estado de M. S.. La polic¨ªa investiga si los disparos provinieron ¨²nicamente de un bando, o si los atacados respondieron con disparos, ya que el abuelo de ella recibi¨® un impacto de bala. El herido, seg¨²n fuentes hospitalarias, se encuentra estable. Peor parado sali¨® el chico, que tras ser intervenido, sigue grave y con respiraci¨®n asistida, aunque en estado de mejor¨ªa.

Los vecinos de la zona narran con estupor los momentos vividos en la calurosa tarde del jueves. El term¨®metro marcaba m¨¢s de 40 grados en esa zona del municipio sevillano; las calles estaban llenas de ni?os que jugaban mientras el olor de comida impacientaba sus est¨®magos, ancianas sentadas en las puertas de sus casas y j¨®venes que regresaban de sus trabajos.

Sucesos como ¨¦ste parecen aceptarse con naturalidad. "Cosas as¨ª han ocurrido antes. Hace a?os que hay problemas", afirma Ana Fern¨¢ndez, una anciana que, sentada en su silla de ruedas, no parece tener miedo a hablar, a diferencia de lo que ocurre con la mayor¨ªa de sus vecinos. "Muchas noches o¨ªmos disparos. Aqu¨ª se vive como en el Oeste", asegura Mar¨ªa.

Desde la asociaci¨®n de vecinos Santa Isabel, se ha intentado solucionar los problemas de violencia del barrio. "Hablamos con la polic¨ªa y el alcalde, pero no se ha arreglado nada", explica el presidente, Jos¨¦ M¨¢rquez, quien asegura que all¨ª cada uno "va a su aire", sin atender a las normas sociales. Las consecuencias, asegura, las sufren los mayores, "pues son los que no pueden marcharse". "Si fuera joven, me ir¨ªa de aqu¨ª", exclama Ana Fern¨¢ndez, alzando las manos con indignaci¨®n.