Bajo el signo de la corrupci¨®n
El PP valenciano tuvo que rendirse a la evidencia de que la corrupci¨®n era su Tal¨®n de Aquiles y, muy probablemente, su mortaja pol¨ªtica. De esto hace ya alg¨²n tiempo, a?os quiz¨¢, pero s¨®lo han pasado seis meses desde que trat¨® de taponar esa brecha por la que se le escurr¨ªa el cr¨¦dito electoral. Y para ello no sent¨® la mano a los transgresores y desvergonzados que se amparaban bajo sus siglas, como cab¨ªa esperar de quienes se hab¨ªan pavoneado de contar con un C¨®digo ?tico. Nada de eso. Antes que poner orden en su propia casa, trataron de centrifugar la porquer¨ªa y alumbrar posibles chanchullos y maldades en los partidos de la oposici¨®n, poniendo el ¨¦nfasis en una veintena de alcaldes socialistas, m¨¢s o menos involucrados en alguna irregularidad justiciable.
No ha debido ser mucho el av¨ªo delictivo que han encontrado en este despliegue pol¨ªtico por los "bajos fondos y juicios paralelos", en atinada descripci¨®n del vicesecretario regional del PP, Ricardo Costa. Prueba de ello es que la orla de esc¨¢ndalos pol¨ªtico-judiciales y rutilantes sospechas sigue pr¨¢cticamente acaparada en esta autonom¨ªa por ediles y altos cargos del partido conservador. Quiz¨¢ se deba a la ojeriza y distinta vara de medir que los fiscales valencianos aplican, como el PP proclama, pero lo cierto es que entre la corrupci¨®n y este partido se ha establecido una simbiosis que con el tiempo se acent¨²a y que ¨²nicamente se resolver¨¢ ante los tribunales, si antes no se produce un rosario de expiaciones y dimisiones.
Pero ya se ha visto c¨®mo se resisten los encartados y presuntos, por m¨¢s que sus codicias y trapisondas hayan sido -y sean- pasto medi¨¢tico casi diario. Y no s¨®lo resisten en sus cargos como si nunca hubiesen roto un plato, sino que, adem¨¢s, requieren ser convalidados -?o ser¨¢ bendecidos?- por su l¨ªder partidario y presidente de la Generalitat. ?Menudo Via Crucis el que acaba de padecer Francisco Camps en su viaje fin de verano a las comarcas del sur valenciano dej¨¢ndose fotografiar con los Luis D¨ªaz, Jos¨¦ Manuel Medina y Pedro Hern¨¢ndez Mateo, alcaldes respectivos de Alicante, Orihuela y Torrevieja, protagonistas de tantos enredos y empapelamientos!
Pero lo m¨¢s grave de esta depredaci¨®n moral, a nuestro entender, no son las conductas individuales que han ido emergiendo a lo largo de estas legislaturas, sino la laxitud o impotencia con que han sido tratadas por el partido que gobierna. Tanta que, a estas alturas, con las elecciones en perspectiva, ya nadie puede sanear estos comportamientos, lo que sin duda se convertir¨¢ en un motivo de cr¨ªtica por parte de los partidos de la oposici¨®n y acaso en un correctivo en las urnas. No revelar¨ªa una buena salud democr¨¢tica que ciertos abusos y enriquecimientos s¨²bitos, en ocasiones esperp¨¦nticos, no pagasen peaje en las urnas.
En el PP se sabe que estos episodios pueden traducirse en un serio desgaste, acentuado por sentencias condenatorias en v¨ªsperas de los comicios. De ah¨ª la estrategia de los populares desviando la atenci¨®n hacia grandes eventos futuros, como la celebraci¨®n en Valencia de los Campeonatos Mundiales de Atletismo, en 2008, o los in¨¦ditos Juegos Ol¨ªmpicos Europeos, entre otros fastos deportivos, acerca de cuya viabilidad y financiaci¨®n no se dice una palabra. Aun est¨¢ por saberse qu¨¦ le cost¨® a las arcas p¨²blicas la reciente visita del Papa. Un secreto que ¨²nicamente se revelaria con el cambio de Gobierno. ?O tampoco?
Y hablando del potencial relevo, ya nos gustar¨ªa interpretar las claves de la cena mitin celebrada anoche por el PSPV en Terra M¨ªtica. Expertos en las entretelas socialistas nos aseguran que, con este gesto, Joan Ignasi Pla ha querido hacerle un brindis a la industria tur¨ªstica -?y tambi¨¦n a la inmobiliaria?-, a la que le garantiza un tr¨¢nsito sin convulsiones en el supuesto de ganar las elecciones. Naturalmente, pero por la misma regla de tres hubiera podido reunir a sus huestes en la cinematogr¨¢fica Ciudad de la Luz, de Alicante, donde tenemos entendido que, adem¨¢s de abrir la puerta a sus usuarios, les subvenciona con largueza. Otro negocio m¨ªtico. ?Menos mal que el PP se basta por s¨ª s¨®lo para lastrarse su futuro!
SEGUNDAS RESIDENCIAS
Seg¨²n datos de la C¨¢mara de Comercio relativos a 2001, la Comunidad Valenciana es la n¨²mero uno de Espa?a en segundas residencias de uso tur¨ªstico. No ser¨¢ aventurado afirmar que los datos siguen siendo v¨¢lidos, y hasta es posible que el liderazgo se haya consolidado. No hay m¨¢s que ver el ritmo de la construcci¨®n en el litoral, y ya por doquier. Y nos preguntamos: ?tal ocupaci¨®n intensiva del territorio es buena o mala? Para los inmobiliarios, sin duda, inmejorable. Pero, ?c¨®mo se sostiene esa colonizaci¨®n vacacional del Pa¨ªs? ?Favorece al sector tur¨ªstico o a los municipios que han de atender los servicios? No lo parece. Solo somos campeones en el negocio del ladrillo.
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