Lord Keynes en estado puro
?ste no es un libro de econom¨ªa. No es tanto que no sea de econom¨ªa, sino que, en puridad, no es un libro. O, para ser m¨¢s exactos, no fue escrito como un libro. ?se es quiz¨¢ uno de sus grandes m¨¦ritos y desde luego la raz¨®n de que esta peque?a joya haya llegado a Espa?a con unas cuantas d¨¦cadas de retraso pese a llevar la firma del que es uno de los m¨¢s brillantes economistas de todos los tiempos, John Maynard Keynes.
Los Dos recuerdos (Two Memories) que edita Acantilado fueron escritos por Lord Keynes para le¨¦rselos a un peque?o grupo de viejos amigos ¨ªntimos. Era un grupo que se reun¨ªa dos o tres veces al a?o para cenar, frecuentemente en casa del propio Keynes, y que despu¨¦s de la cena reviv¨ªa sus recuerdos escuchando a alguno de los miembros del grupo contar alg¨²n episodio concreto de su vida.
Dos recuerdos
John Maynard Keynes
Acantilado
ISBN 84-96489-57-4
David Garnett, uno de los asistentes a esas veladas que presenta la obra con un breve pr¨®logo, recuerda al lector que es un privilegiado. Est¨¢ oyendo lo que se escribi¨® s¨®lo para los o¨ªdos de aqu¨¦llos a quienes el escritor pod¨ªa hablar enteramente sin reservas y que nunca malinterpretar¨ªan su sentido, incluyendo las alusiones y bromas personales que entend¨ªa inmediatamente su c¨ªrculo m¨¢s cercano. "Aqu¨ª no hay velos, pero es que estos recuerdos no se escribieron para ser publicados, y el motivo por el que se publican no es su gran inter¨¦s o su m¨¦rito literario -aunque se cuentan, en mi opini¨®n, entre lo mejor que escribi¨® Lord Keynes-; los publican sus albaceas para llevar a cabo el deseo expresado en su testamento de que estos papeles, y s¨®lo estos de entre todos sus escritos in¨¦ditos, se publicasen", se?ala Garnett.
El primero de los dos recuerdos es un relato sobre la participaci¨®n de Keynes, por entonces catedr¨¢tico de universidad, en la Conferencia de Paz que sigui¨® a la Primera Guerra Mundial, a la que acudi¨® como asesor del Gobierno brit¨¢nico en materia econ¨®mica. Keynes recrea de un modo magistral la atm¨®sfera de aquellas negociaciones y efect¨²a un an¨¢lisis brillante de las posiciones enfrentadas a la hora de dar fin al bloqueo de alimentos que padec¨ªa Alemania en 1919, meses despu¨¦s de la firma del armisticio.
Para los amantes de Las consecuencias econ¨®micas de la paz, la que para muchos es la m¨¢s brillante obra de Keynes y la que le convirti¨® en una celebridad al ser publicada en 1919, este relato titulado El doctor Melchior es impagable. Pero incluso quienes no hayan le¨ªdo nunca a Keynes ni conozcan su obra podr¨¢n disfrutar con el inteligente sentido del humor de Keynes, su prosa ¨¢gil y la recreaci¨®n de un momento de gran importancia hist¨®rica en el que, de alg¨²n modo, se estaba sembrando la semilla ya de la Segunda Guerra Mundial, algo que de lo que Keynes advirti¨® con una lucidez admirable.
Keynes atribuye el apoyo que dio Inglaterra a la continuidad del bloqueo "a la burocracia". "Se hab¨ªa convertido para entonces en un instrumento muy perfeccionado. Hab¨ªa costado cuatro a?os crearlo (...) y sus autores hab¨ªa llegado a apreciarlo en s¨ª mismo: inclu¨ªa algunas mejoras recientes que se malograr¨ªan si se le pon¨ªa fin". Entre partidas de bridge, hoteles de lujo, balnearios y trenes, Keynes recuerda el papel que jug¨® en la negociaci¨®n que permiti¨® enviar alimentos a la hambrienta Alemania de posguerra. Es la historia contada en primera persona.
El segundo texto, Mis primeras creencias, es mucho m¨¢s personal. En ¨¦l Keynes revisa sus primeros a?os en Cambridge, cuando era estudiante, poco antes de formar parte del grupo de Bloomsbury, cuyo aroma evoca el texto. Keynes escribe este recuerdo tras conocer el rechazo que su grupo provoc¨® en D. H. Lawrence. Y, de alg¨²n modo, lo encuentra justificado. "?ramos, en el m¨¢s estricto sentido del t¨¦rmino, inmoralistas. Por supuesto, hab¨ªa que sopesar las consecuencias de ser descubiertos, pero rechaz¨¢bamos cualquier obligaci¨®n moral o coacci¨®n interna para conformarnos u obedecer". "No ten¨ªamos respeto por el saber tradicional ni por las restricciones impuestas por la costumbre. (...). Carec¨ªamos de reverencia por nada ni por nadie", explica Keynes al repasar sus primeras creencias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.