Edward Hopper salta al escenario
'Nighthawks', la obra capital del pintor estadounidense, ser¨¢ recreada en el teatro por el dramaturgo Douglas Steinberg, obsesionado por el misterio del cuadro
Mientras Dan Brown se hizo millonario buscando claves art¨ªsticas y religiosas con El c¨®digo Da Vinci, el guionista Douglas Steinberg s¨®lo sali¨® de pobre con sus trabajos en series como Luz de luna o Sensaci¨®n de vivir, historias que, de ninguna manera, insinuaban su gran sue?o como escritor. Es ahora cuando ha podido plasmar en un escenario su vieja obsesi¨®n. El libreto que atesora desde hace 20 a?os en su estudio ha devuelto la vida a uno de los cuadros m¨¢s estudiados, copiados y homenajeados de la cultura americana moderna, el melanc¨®lico Nighthawks (Halcones de la noche) que pint¨® Edward Hopper en 1942, una mirada pict¨®rica que sorprende bajo la cruda luz de los neones a cuatro noct¨¢mbulos en un diner (cafeter¨ªas que permanecen abiertas durante toda la noche) de Nueva York. A partir del mi¨¦rcoles, el cuadro ser¨¢ recreado en un nuevo ¨¢mbito art¨ªstico. La barra de la cafeter¨ªa y los cuatro personajes de Hopper pondr¨¢n fin a su silenciosa intriga en la obra de teatro que Steinberg estrena en el Teatro Kirk Douglas de Los Angeles.
Seg¨²n declar¨® el autor al peri¨®dico Los Angeles Times, la obra es el fruto de lo que a lo largo de estos a?os le susurraron los cuatro prisioneros de este cuadro, juntos en una r¨¦plica que la esposa de Steinberg le regal¨® hace 22 a?os y que desde entonces cuelga en su despacho. La ¨²nica mujer, Mae seg¨²n el escritor, tiene m¨¢s autoridad de la que parece y tambi¨¦n mucho m¨¢s pasado del que querr¨ªa. Su compa?ero, Sam, esconde bajo su sombrero a un dudoso botones. El camarero es Quig y la figura solitaria podr¨ªa ser la del propio Hopper. Cuatro personajes y una nueva interpretaci¨®n de un cuadro que para Steinberg es algo m¨¢s: la realizaci¨®n de su sue?o como autor teatral. "Siempre quise ser un dramaturgo", afirma a la prensa. Pero casi como disculpa a?ade eso de "pero nunca pens¨¦ que estaba interfiriendo con un s¨ªmbolo de la cultura americana".
No es el primero ni ser¨¢ el ¨²ltimo. El poder de evocaci¨®n de este ¨®leo de 84 por 152 cent¨ªmetros, perteneciente al Arts Intitute de Chicago, ya ha quedado reflejado al menos en otras dos obras de teatro en los ¨²ltimos quince a?os y su composici¨®n, dura, fr¨ªa y oscura aunque ba?ada por el tono irreal de los fluorescentes, un lugar com¨²n en el cine. Alfred Hitchcock quiz¨¢ se inspir¨® en el ambiente de los cuadros de Hopper para su pel¨ªcula m¨¢s siniestra, Psicosis, pero Wim Wenders ech¨® mano directamente del cuadro en The End of Violence lo mismo que hizo Herbert Ross en Pennies from Heaven (Dinero ca¨ªdo del cielo fue su t¨ªtulo en Espa?a).
Tambi¨¦n Homer Simpson, un personaje que aparentemente tiene poco que ver con la instrospecci¨®n de Hopper, recurri¨® a su propia versi¨®n de Nighthawks, el hombre solitario necesitado de una nueva raci¨®n de donuts a altas horas de la madrugada, un resop¨® en el que le acompa?an el jefe de polic¨ªa Wiggum y la profesora Edna Krabappel servidos por un joven Moe en una imagen de un par de episodios y reproducida en tazas y camisetas. Ilustradores como Michael Bedard (Sitttin' ducks) o Patrick McDonnell (Mutts) reprodujeron el cuadro en sus vi?etas e incluso otros pintores hicieron sus versiones, como la de Red Grooms en Nighthawks Revisited, donde se ve el garito nocturno a plena luz del d¨ªa con Hopper como cliente, o la de Gottfried Helnwein que en su Bulevard de los sue?os rotos sustituye los an¨®nimos clientes por un reparto que incluye a James Dean, Humphrey Bogart, Marilyn Monroe y Elvis Presley. Por su puesto la publicidad no pod¨ªa faltar y mientras el canal de televisi¨®n estadounidense TCM echa mano de la imagen como cortinilla para grabar en sus espectadores ese marchamo de calidad que quiere para su programaci¨®n, dedicada enteramente a proyectar pel¨ªculas, la popular serie de cr¨ªmenes C.S.I convirti¨® la cafeter¨ªa en la nueva escena del crimen en su campa?a publicitaria en Estados Unidos. Juegos de mesa, felicitaciones navide?as y sobre todo p¨®sters como el que cuelga en el despacho de Steinberg son otras de las reproducciones m¨¢s habituales de esta obra.
Como confirma el Instituto de Arte de Chicago donde cuelga el original Nighthawks, la obra de Hopper es una de las m¨¢s populares sino la m¨¢s popular del arte estadounidense contempor¨¢neo y las peticiones para su reproducci¨®n son continuas, por encima de otros cl¨¢sicos como American Gothic.
Se trata de una obra que seg¨²n los estudiosos fue el fruto de la tristeza y el pesimismo que exist¨ªa en el pa¨ªs tras el bombardeo de Pearl Harbour en 1941. Hopper utiliz¨® una cafeter¨ªa neoyorquina que ya no existe como tel¨®n de fondo y a su esposa Josephine y a ¨¦l mismo como modelos para la pareja que conversa. Sin embargo son muchos los estudiosos, al igual que Steinberg, que prefieren ver a Hopper como el hombre solitario, testigo mudo del momento. Otros interpretan este personaje como una figura abierta, el ojo del p¨²blico que examina la obra.
Como afirma en su ¨²ltimo an¨¢lisis Staying Up Much Too Late: Edward Hopper's Nighthawks and the Dark Side of the American Psyche, el autor Gordon Theisen, el cuadro es la mayor expresi¨®n de pesimismo del arte estadounidense, "una ventana a la Am¨¦rica que nunca fue la Am¨¦rica que pudo haber sido". Casi lo mismo que la pintura en s¨ª, porque entre tanta fascinaci¨®n hacia el cuadro la principal queja a una obra a estas alturas m¨¢s grande que la realidad es precisamente eso. "No es tan grande", se queja el dramaturgo defraudado al ver el original tras a?os de devoci¨®n a una r¨¦plica m¨¢s grande, la que ha colgado en su despacho durante m¨¢s de dos d¨¦cadas, que el verdadero cuadro. Pero lo mismo le suele pasar a la Gioconda.El poder de evocaci¨®n del ¨®leo ha quedado reflejado en el teatro, el cine, la publicidadEl libreto recupera uno de los cuadros m¨¢s copiados de la cultura americana moderna
Una mirada referencial
Edward Hopper (Nyack, Nueva York, 1882-Nueva York, 1967), coet¨¢neo de Picasso, penetr¨® magistralmente en el universo ¨ªntimo de la soledad humana y en las profundidades de la vida americana del siglo XX.
Desde hace d¨¦cadas, es considerado por muchos como el pintor cinematogr¨¢fico por excelencia. ?l mismo era un gran aficionado a ver pel¨ªculas y se sinti¨® influido a la hora de pintar por grandes directores como John Huston. Su obra ha influido, a su vez, en muchos de los m¨¢s importantes directores del siglo XX y del XXI, entre ellos Alfred Hitchcock, Robert Altman, Michelangelo Antonioni, Peter Bogdanovich, Francis Ford Coppola, Todd Haynes y muchos otros.
Sus escenas de la vida cotidiana proyectan infinitas sensaciones, aunque, en definitiva, como es bien sabido, Hopper resumi¨® el objetivo de su creaci¨®n al decir que su pretensi¨®n fue siempre "retratar de la mejor manera posible el efecto del sol sobre el costado de una casa".
Babelia
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