En el nombre de Pau
Lesionado, el 'p¨ªvot' vivi¨® apasionadamente la final desde el banquillo tras ver c¨®mo sus compa?eros se preparaban con una camiseta en su apoyo
Faltaban 28 minutos y 44 segundos para el inicio del partido y a los aficionados, a los espa?oles pero tambi¨¦n a muchos otros, se les puso la carne de gallina. La final promet¨ªa emociones fuertes. Los jugadores de la selecci¨®n salieron a la cancha vestidos todos ellos con una camiseta con la inscripci¨®n: Pau tambi¨¦n juega. El ¨²ltimo en aparecer, despacio, apoy¨¢ndose en unas muletas, fue el propio Gasol. Vestido con un pantal¨®n tejano y la camiseta de la selecci¨®n, se sent¨® en el banquillo, desde donde sigui¨® el partido como un jugador m¨¢s. Se acerc¨® de inmediato el seleccionador griego, Pannayotis Yannakis, correcto como siempre, como cuando formaba un d¨²o imparable con Gallis en el Aris y en la selecci¨®n griega. Le salud¨® y le dese¨® una pronta recuperaci¨®n.
Por la ma?ana, Gasol sigui¨® la rutina del d¨ªa de partido. Asisti¨® a la reuni¨®n entre los t¨¦cnicos y los jugadores y almorz¨® con todo el grupo. Ya en la cancha, se levant¨® varias veces de la silla, empezando por el momento de la presentaci¨®n. Quedaban 8 minutos y 23 segundos para el pitido inicial y el locutor anunci¨® la formaci¨®n espa?ola, que empieza precisamente con el cuatro de Pau. Los espectadores que llenaban las 21.000 plazas del Super Arena de Saitama le tributaron un largo aplauso. Fue s¨®lo el primero en una noche memorable para Gasol, que, sin jugar la final, fue elegido el jugador m¨¢s valioso del torneo y fue incluido en el cinco ideal junto a Gin¨®bili, Papalukas, Garbajosa y Anthony.
Cuando se consum¨® el aplastante triunfo espa?ol, Gasol se abraz¨® a todos los componentes del equipo y, a la inversa, todos corrieron a brindarle el triunfo. El abrazo m¨¢s emotivo y, en uno de los varios en que no pudo reprimir las l¨¢grimas, fue el que le dio a su hermano, Marc, que jug¨® un magn¨ªfico encuentro. "Estoy muy orgulloso de todos, pero especialmente de mi hermano porque no se ha arrugado en ning¨²n momento ante una bestia parda [el fornido Schortsianitis]", dijo de ¨¦l. Feliz como nunca, particip¨® en el simulacro de jugar a la pocha que realizaron sus compa?eros en el centro de la pista. Todos le brindaban el triunfo. Todos dec¨ªan que se lo merec¨ªa. Es el ascendente que se ha ganado a pulso en los ¨²ltimos a?os un jugador que no era ni siquiera titular en el Mundial j¨²nior de 1999, en el que el n¨²cleo de esta selecci¨®n dio el salto a la fama ganando la medalla de oro al vencer a Estados Unidos en la final. Un jugador al que le cost¨® tambi¨¦n ser titular en el Barcelona -el despido de Seikaly le abri¨® un hueco que supo aprovechar muy bien- y que, en definitiva, confi¨® de forma extraordinaria en sus propias cualidades. Logr¨® escalar hasta el tercer puesto del draft despu¨¦s de que pareciera que no iba a entrar entre los diez primeros, dio el salto a la NBA y se gan¨® el respeto en la Liga m¨¢s exigente del mundo, en la que en el curso pasado obtuvo uno de los mayores reconocimientos posibles al jugar el All Star.
Pero si Gasol tiene la complicidad de sus compa?eros en la selecci¨®n es porque jam¨¢s se le han subido los humos. A pesar de su imponente peso espec¨ªfico en el juego -ha sido el tercer m¨¢ximo anotador (21,3 de media) y segundo m¨¢ximo reboteador en el Mundial (9,2)-, se ha comportado como un jugador m¨¢s y con una profesionalidad intachable. Jam¨¢s se ha quejado por jugar m¨¢s o menos. Ha ayudado en todo lo que ha podido al equipo y ha tirado de ¨¦l.
Tras el partido, mientras sus compa?eros, euf¨®ricos, no dejaban de interrumpir sus palabras roci¨¢ndole de agua o a base de gritos, Pau expres¨® sus sentimientos: "No me quer¨ªa perder este partido por nada del mundo. Habr¨ªa dado cualquier cosa por jugarlo. Estoy orgulloso de la madurez, la ambici¨®n y la forma de jugar del equipo, sin ning¨²n complejo. Las palabras sobran por c¨®mo hemos sabido llevarlo. Ha sido un triunfo maravilloso. Poco se puede conseguir mejor que esto. El torneo permanecer¨¢ imborrable en mi memoria. Ha sido todo ejemplar. Daba igual contra quien jug¨¢ramos. Si era contra Jap¨®n, no baj¨¢bamos la guardia y gan¨¢bamos por 50 puntos. Y hemos batido a todos".
Admiti¨® que se emocion¨® desde antes de que diera inicio la final: "Con el tema de las camisetas ya no sab¨ªa si llorar antes del partido. El detalle ha sido maravilloso y ha demostrado lo que es un equipo. Es un lujo poder estar en ¨¦l". Explic¨® que no pas¨® nervios por la forma en que se desarroll¨® el encuentro: "Nos com¨ªamos cada posesi¨®n de los griegos, pis¨¢ndolos cada vez un poco m¨¢s. Ayud¨¢ndonos todos. Era como si nos fuera la vida en ello. No sab¨ªan por d¨®nde meterlas. Todas las dudas que pudiera haber sobre este equipo se han desvanecido enseguida. El partido ha ido rodado, hist¨®rico". Y acab¨® bromeando: "De principio a fin, ha sido un d¨ªa muy especial. No hab¨ªa besado a tantos hombres en mi vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.