Generaciones de oro
Superada la ¨¦poca de los pioneros con talento innato, el baloncesto encadena los ¨¦xitos espa?oles
Durante muchos a?os, el deporte espa?ol se nutri¨® s¨®lo de una generaci¨®n espont¨¢nea que brill¨® en situaciones de m¨¢xima dificultad. Fueron los pioneros, con un talento innato, capaces de luchar contra unos rivales a los que no pod¨ªan compararse en medios y que supl¨ªan sus deficiencias con una voluntad de hierro y el desespero al que suele llevar la necesidad. Aquellos nombres legendarios -?ngel Nieto, Severiano Ballesteros, Paco Fern¨¢ndez Ochoa, Manuel Santana, Federico Mart¨ªn Bahamontes, Fernando Mart¨ªn- abrieron una puerta. Despu¨¦s lleg¨® la tecnificaci¨®n y hubo una primera generaci¨®n de deportistas que aprovecharon la explosi¨®n y las nuevas infraestructuras. Tras los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, el deporte espa?ol vive instalado ya en una segunda generaci¨®n de deportistas capaces de competir al m¨¢ximo nivel.
El momento en el que se pas¨® p¨¢gina coincidi¨® con los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona
El Mundial de baloncesto es la ¨²ltima muestra de un panorama que ha cambiado de forma radical. Sus referentes eran hasta el momento las medallas de plata: en los JJ OO de Los ?ngeles 84 y en cinco Europeos. Al igual que ocurr¨ªa en otros deportes de equipo, las selecciones realizaban grandes haza?as, pero sucumb¨ªan en cinco o diez minutos fat¨ªdicos, incapaces de soportar la presi¨®n en los momentos cruciales.
Era lo mismo que ocurr¨ªa en el balonmano. Los referentes hasta el a?o pasado eran siempre medallas de plata o bronce, tanto en los Europeos como en los Juegos, todas ellas conseguidas por el mismo entrenador, Juan de Dios Rom¨¢n. Hizo falta una renovaci¨®n radical, la entrada de un t¨¦cnico joven con otras ideas y la incorporaci¨®n de algunos jugadores casi in¨¦ditos internacionalmente para que se rompieran aquellas din¨¢micas. As¨ª fue como en 2005 Espa?a gan¨® su primera medalla en un Mundial y su primer oro en T¨²nez.
Lo que antes eran finales ahora son t¨ªtulos. Y el momento en que se pas¨® la p¨¢gina probablemente fueran los Juegos de Barcelona, cuando las autoridades espa?olas descubrieron la absoluta necesidad de invertir y planificar en el desarrollo del deporte. Fue as¨ª como lleg¨® la explosi¨®n del hockey sobre hierba femenino, como el dream team de waterpolo engros¨® un palmar¨¦s brillante, como el hockey sobre patines fue ampliando sus logros hist¨®ricos, como pudo llegarse incluso a conseguir un t¨ªtulo mundial de f¨²tbol sala o como Ferm¨ªn Cacho consigui¨® elevar el list¨®n del atletismo al ganar la carrera ol¨ªmpica de los 1.500 metros.
Incluso el f¨²tbol se sum¨® a la gran fiesta con el oro ol¨ªmpico en 1992, convirti¨¦ndose en el referente que hasta entonces hab¨ªa marcado la Eurocopa de 1964, despu¨¦s de que Luis Su¨¢rez se convirtiera en el ¨²nico espa?ol en ganar el Bal¨®n de Oro (1960). Sin embargo, el f¨²tbol sigue manteniendo una deuda pendiente porque nunca ha conseguido superar la cuarta posici¨®n del Mundial de 1950. El ¨²ltimo intento se frustr¨® este mismo a?o en Alemania: Espa?a cay¨® en los octavos de final.
Individualmente, el crecimiento del deporte espa?ol no tiene tampoco parang¨®n. Existen dos claros referentes que se han convertido en iconos sociales: Fernando Alonso y Rafael Nadal, dos hombres que, al igual que Miguel Indurain en su momento, han abierto una nueva dimensi¨®n no s¨®lo por lo que han logrado, sino tambi¨¦n por las expectativas que han generado y los rivales con los que se batieron.
Alonso logr¨® el t¨ªtulo de campe¨®n mundial de f¨®rmula 1 cuando antes que ¨¦l no hab¨ªa habido ni un solo piloto capaz de ganar una carrera en la m¨¢xima categor¨ªa del automovilismo internacional. Y Nadal, con 20 a?os, es el ¨²ltimo eslab¨®n de una etapa que comenz¨® con Arantxa S¨¢nchez Vicario y Sergi Bruguera y parece capaz de elevar el list¨®n del deporte de la raqueta a cotas insospechadas. En el tenis, Arantxa y Conchita Mart¨ªnez ganaron cinco t¨ªtulos de la Copa Federaci¨®n. Pero la Copa Davis se resisti¨® hasta 2000, cuando explot¨® Juan Carlos Ferrero, y 2004, cuando Nadal comenz¨® a mostrar su poder¨ªo.
Ocurri¨® algo similar al ciclismo, en el que Indurain gan¨® cinco ediciones del Tour y dos del Giro de una tacada, reimpulsando un deporte en el que ?scar Freire, tricampe¨®n mundial, y ?scar Pereira, ganador este a?o del Tour, le cogieron el relevo.
Sin embargo, hay algunos referentes que siguen encallados todav¨ªa en ¨¦pocas remotas. Nadie ha ganado en Wimbledon desde Santana, aunque Nadal podr¨ªa hacerlo. Nadie ha vuelto a ganar el Open Brit¨¢nico de golf, desde Ballesteros, a pesar de Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal y Sergio Garc¨ªa. Nadie ha ganado otro oro ol¨ªmpico en esqu¨ª desde Paquito Fern¨¢ndez Ochoa. Nadie ha vuelto a ser campe¨®n mundial de 500cc (MotoGP actual) desde ?lex Crivill¨¦ en 1999, aunque Dani Pedrosa parece en el camino. Nadie ha sido campe¨®n mundial de rallies como Carlos Sainz en 1990 y 1992, pero Dani Sordo est¨¢ al acecho. Son algunos de los logros pendientes de esta segunda generaci¨®n de oro que no tiene metas.
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