Primavera en febrero
La flor del almendro ya no anuncia el despuntar del mes de marzo: ahora asoma a mediados de febrero. La raz¨®n es que los eneros se han ido haciendo m¨¢s calientes en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, y los almendros han interpretado esos grados de m¨¢s como media semana de menos en el calendario. Lo mismo le ha ocurrido al resto de la poblaci¨®n vegetal europea: el cambio clim¨¢tico ha adelantado su floraci¨®n en un promedio de siete d¨ªas. Como en todo lo relacionado con el calentamiento del planeta, Espa?a es otra vez el pa¨ªs m¨¢s afectado: no s¨®lo le llega la primavera dos semanas antes que hace 30 a?os, sino que, a juzgar por las fechas en que los ¨¢rboles empiezan a oto?ear, el verano se le va nueve d¨ªas despu¨¦s. La suma da 23 d¨ªas m¨¢s de calor al a?o.
Veinte d¨ªas pueden estropear muchos planes en un ecosistema. Los expertos temen que, cuando llegue el insecto polinizador, la flor ya est¨¦ marchita, la planta no se reproduzca, el insecto no se alimente y el p¨¢jaro se quede sin larvas que llevarse al nido. Pero el caso es que los insectos ya se han adaptado. Los cient¨ªficos acaban de comprobar con asombro que sus cromosomas son ahora, en cada punto geogr¨¢fico, como eran hace 30 a?os un grado de latitud m¨¢s al Sur (unos 110 kil¨®metros). La biolog¨ªa del planeta se est¨¢ adaptando con eficacia a un cambio al que ya se ha enfrentado muchas veces en los ¨²ltimos 3.000 millones de a?os. Los ¨²nicos nuevos somos nosotros, y somos justo los que peor lo estamos haciendo.
El calentamiento del planeta se puede deber a varias causas, pero una de ellas son las emisiones de CO2 por la combusti¨®n de carb¨®n, gasolina y otros derivados del petr¨®leo. El compromiso de Espa?a con el protocolo de Kioto es llegar a 2012 emitiendo s¨®lo un 15% m¨¢s que en 1990. Para evaluar su grado de cumplimiento basta recordar que el Gobierno considerar¨ªa un buen dato que este a?o se cerrara con un 50%. Para cumplir el compromiso del 15% habr¨¢ que jugar en el incierto mercado del carbono atmosf¨¦rico, en el que los agentes que consumen m¨¢s de la cuenta pueden comprar "derechos de emisi¨®n" a los que no llegan a cubrir su cuota. Esto nos costar¨¢ unos 3.000 millones de euros en derechos de emisi¨®n, a distribuir entre el Gobierno y las el¨¦ctricas. Es decir, que lo pagar¨¢n los ciudadanos, una parte como contribuyentes y otra como consumidores.
El a?o pasado cambiaron de manos 374 millones de toneladas de CO2, y el volumen tiende a duplicarse cada a?o. Pero no es un sustituto de la econom¨ªa real del clima: el ahorro en el consumo y el impulso a las energ¨ªas renovables. Aunque sea poco lo que pueda hacerse ya para que los cerezos vuelvan a florecer por la Anunciaci¨®n, y no por San Patricio.
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