Ars Electronica reflexiona sobre la simplicidad en el arte, la tecnolog¨ªa y la vida cotidiana

El festival Ars Electronica acaba de clausurar su 27? edici¨®n, titulada Simplicity, the art of complexity. En un panorama tecnol¨®gico cada vez m¨¢s sofisticado y oscuro, el evento m¨¢s prestigioso en el ¨¢mbito del arte digital recupera la b¨²squeda de la simplicidad -y en consecuencia de la accesibilidad y usabilidad- como valor a?adido y complemento indispensable de la complejidad.

"Desarrollamos tecnolog¨ªas con el objetivo de simplificar nuestras vidas, pero terminamos siempre con la sensaci¨®n de que todo se hace cada vez m¨¢s complicado", afirm¨® John Maeda, pope de la investigaci¨®n de ¨¦lite, que este a?o se encarg¨® de organizar el simposio, donde se dieron cita las mentes m¨¢s brillantes de la experimentaci¨®n contempor¨¢nea, que pretende desarrollarse fuera de las normas y estrategias de la industria y el mercado.

Sin embargo, a pesar de los loables prop¨®sitos, el festival despleg¨® una gran mayor¨ªa de proyectos de gran complejidad t¨¦cnica, basados no s¨®lo en creatividad e ingenio, sino en sofisticados equipos y grandes presupuestos. Las tendencias art¨ªsticas m¨¢s vinculadas a Internet -y por ello m¨¢s participativas y democr¨¢ticas- siguieron perdiendo terreno, mientras que una vez m¨¢s el car¨¢cter espectacular predomin¨® en las exposiciones, protagonizadas por instalaciones interactivas, que requieren la presencia f¨ªsica del espectador para ser disfrutadas.

En el marem¨¢gnum de propuestas, la secci¨®n que m¨¢s se mantuvo fiel al lema de la edici¨®n fue el Electrolobby, la parte hist¨®ricamente m¨¢s experimental y participativa, confiada a David Cuartielles, el primer curador espa?ol del festival. Cuartielles, autor con Massimo Banzi y Dave Mellis del proyecto Arduino, ganador de una menci¨®n de honor en los Prix, eligi¨® el t¨ªtulo de Make it simple para una secci¨®n centrada en talleres pr¨¢cticos, cuyos participantes no necesitaban conocimientos de electr¨®nica y programaci¨®n, sino s¨®lo "mentes abiertas".

La f¨¢cil iron¨ªa de Vegetables weapons, una serie de fotograf¨ªas de armas realizadas con los ingredientes de los platos preferidos de los retratados, realizadas por Tsuyoshi Ozawa, result¨® chirriante ante la reciente destrucci¨®n de L¨ªbano. La obra formaba parte de la exposici¨®n central, junto con piezas de gran impacto visual como PingPongPixel, una instalaci¨®n interactiva formada por 8.100 pelotas de ping pong con diversas variaciones del blanco al negro, que reproducen im¨¢genes enviadas por tel¨¦fonos.

Los terminales de ¨²ltima generaci¨®n protagonizan tambi¨¦n Silver Cell de Aram Bartholl, un tel¨¦fono dotado de un dispositivo que impide su localizaci¨®n; The Cell Atlantic CellBooth, de Jenny Chowdhury, un m¨®vil dotado de una cabina desplegable para recuperar la intimidad de las conversaciones; y As if we were alone, del colectivo Empfangshalle, una serie de acciones basadas en el estudio del comportamiento de los usuarios de m¨®viles.

El festival por primera vez invadi¨® la campi?a que rodea Linz, instalando sus actividades en el entorno barroco del Monasterio de Saint Florian, un espacio consagrado a la espiritualidad desde el siglo IV.

AEC: www.aec.at