Corrientes de pobreza
Las migraciones se mueven por causa de las diferencias extremas de riqueza entre los pa¨ªses, y la brecha entre los ricos y los m¨¢s pobres ha aumentado hasta el delirio en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Seg¨²n el informe El estado de la poblaci¨®n mundial que acaba de publicar la ONU, en los ¨²ltimos 50 a?os se han duplicado los movimientos migratorios, que afectan a 191 millones de personas. Para confirmar la tesis de las diferencias tr¨¢gicas de bienestar, resulta que tres de cada cuatro inmigrantes est¨¢n viviendo en s¨®lo 28 pa¨ªses de destino; y el d¨¦cimo pa¨ªs con mayor n¨²mero de extranjeros es Espa?a, cuya opini¨®n p¨²blica sufre el debate constante entre el Gobierno y el PP sobre la presunta existencia del efecto llamada y las dificultades para articular pol¨ªticas razonables de control de la inmigraci¨®n.
El informe de la ONU describe y recopila, pero ni aclara ni sorprende. Resulta llamativo el peso creciente de las mujeres en los movimientos migratorios -son ya m¨¢s de 95 millones-, y produce consternaci¨®n el tr¨¢fico sexual persistente, que afecta cada a?o a unas 800.000 mujeres. Pero, como motivo principal de reflexi¨®n, resalta el hecho de que existen en el mundo entre 30 y 40 millones de emigrantes en situaci¨®n irregular, es decir, que malviven sin derechos en los pa¨ªses de destino. Ante esta evidencia y ante la seguridad de que la gran marcha de desfavorecidos seguir¨¢ presionando sobre las fronteras del Primer Mundo, las cuestiones inmediatas, como ha demostrado el ejemplo de Espa?a, consisten en decidir qu¨¦ pol¨ªticas de regulaci¨®n se aplicar¨¢n en cada pa¨ªs o zona econ¨®mica, y en determinar si los inmigrantes deben acceder a los derechos m¨ªnimos, el sanitario por ejemplo, o permanecer en la miseria de los sin patria.
Hoy no existe otro tratamiento que el reconocimiento peri¨®dico de los extranjeros que trabajen y aporten riqueza a la sociedad en la que viven, con papeles o sin ellos. Un informe de Caixa Catalunya calculaba recientemente que la inmigraci¨®n ha aportado seis d¨¦cimas anuales al crecimiento del PIB per c¨¢pita espa?ol entre 1995 y 2005. El control racional de la inmigraci¨®n s¨®lo puede conseguirse a medio plazo con planes continuados y sustanciales de inversi¨®n en las zonas con mayor emigraci¨®n, la coordinaci¨®n de pol¨ªticas de inmigraci¨®n en todos los pa¨ªses de la UE y la presi¨®n sobre los pa¨ªses de origen para que eviten las huidas de su poblaci¨®n. Desgraciadamente, ninguna de las tres iniciativas est¨¢ en marcha.
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