Maltrat¨®logos
El dolor es una industria que el martes explot¨® la sentencia que condena a Farruquito. Pero hay otros filones. Llevamos a?os viviendo una interminable historia, con m¨²ltiples derivaciones, que se inici¨® con los presuntos malos tratos a Carmina Ord¨®?ez. En estos momentos, Ernesto Neyra y su segunda ex esposa protagonizan un intercambio de denuncias en el que importa m¨¢s el beneficio econ¨®mico que la gravedad de los hechos. Las acusaciones permiten a una serie de analistas interpretar, opinar y, en la medida de lo posible, gritar, insultar e interrumpirse hasta llamar la atenci¨®n de una audiencia fiel y mayoritaria. Como negocio, pues, el mal trato es rentable.
Lejos de servir como elemento de denuncia, es un atajo para hacerse un hueco en la concurrida plantilla de expertos en bajos fondos sexuales y sentimentales. Aunque Antena 3 intente subirse a este carro con su programa estrella del g¨¦nero (?D¨®nde est¨¢s, coraz¨®n?), Tele 5 la supera con creces. TNT, Aqu¨ª hay tomate, El programa de Ana Rosa, A tu lado y Dolce vita explotan el mismo fil¨®n, aunque con matices: TNT es m¨¢s cafre, AHT es m¨¢s par¨®dico, EPDAR es m¨¢s hip¨®crita y DV depende de lo intervencionista que sea el pinganillo que tanto paraliza a Santi Acosta.
Hoy, los malos tratos ya no buscan el impacto sociol¨®gico de las primeras veces (Carmina Ord¨®?ez presuntamente maltratada por Ernesto Neyra o Raquel Bollo por Chiquetete). Si hay profesiones que requieren de conocimiento de idiomas, buena presencia o carnet de conducir, para ingresar en la industria del coraz¨®n basta haber sufrido malos tratos para unirse a este microcosmos endog¨¢mico y antropof¨¢gico. En contraste con esta descarnada exhibici¨®n de dolor result¨® saludable escuchar al seleccionador de baloncesto Pepu Hern¨¢ndez en Noticias Cuatro: naturalidad, franqueza, vocaci¨®n, serenidad y un discurso con contenidos pedag¨®gicos y formativos. Justo lo opuesto a la creciente y bollante industria del coraz¨®n.
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