La importancia del trabajo

Las pandillas de cr¨ªos pod¨ªan y seguramente a¨²n pueden dividirse en dos grupos: el formado por los que pose¨ªan una especial habilidad para maltratar con sa?a a los delicados miembros de la comunidad de los insectos, y el de los que se quedaban hipnotizados viendo trabajar a las hormigas transportando su comida. Pues bien, a ambas clases parece ir dedicada Ant Bully, bienvenido al hormiguero, producci¨®n animada en tres dimensiones que parece un cruce entre El incre¨ªble hombre menguante (Jack Arnold, 1957) y Hormigaz (Eric Darnell, 1998) al narrar el proceso de miniaturizaci¨®n de un ni?o del lado salvaje de la vida que deber¨¢ hincar la rodilla al mismo nivel de las hormigas para poder sobrevivir.

La l¨¢stima para la pel¨ªcula es que tanto Hormigaz como Bichos (John Lasseter, 1998) llegaron antes y con una factura t¨¦cnica igual o incluso mejor que la mostrada por Ant Bully... As¨ª, mientras las hormigas tienen en los rostros un dise?o cercano al cubismo bastante original, el cr¨ªo de la historia adolece de cierta inexpresividad, con lo que se confirma que la viveza del rostro humano es la m¨¢s complicada de conseguir en el cine de animaci¨®n. Con las voces de Julia Roberts y Meryl Streep, entre otros, en su versi¨®n original (en la doblada, Anabel Alonso y Carmen Maura), la pel¨ªcula resultar¨¢ agradable a los m¨¢s peque?os (que, salvo bodrio may¨²sculo, que no es el caso, lo soportan todo), mientras que los mayores quiz¨¢ se conformen con la aplastante ense?anza para sus hijos: el descubrimiento de la importancia del trabajo.