Datos, datos y m¨¢s datos
Norman Tebbit, un pol¨ªtico brit¨¢nico que fue durante a?os ayudante de Margaret Thatcher, dec¨ªa que no se puede mentir a los ciudadanos, pero que nada impide dejar que se enga?en ellos mismos. Por eso a Tebbit le molestaba tanto "la matraca de los datos" y el empe?o de algunos medios de comunicaci¨®n de su ¨¦poca (pocos) en insistir, una y otra vez, en las cifras, los simples datos verificables y verificados, que contradec¨ªan los mensajes aceptados entonces mayoritariamente por la sociedad brit¨¢nica, pero que eran inexactos o simplemente falsos. Quiz¨¢s, ahora que la llegada continua de cayucos procedentes del ?frica Occidental (Senegal, Gambia, Mal¨ª, Nigeria, entre otros) nos est¨¢ haciendo creer a los espa?oles cosas que no son ciertas, convenga insistir en los datos, simples datos que demuestran una y otra vez que nos estamos moviendo con estereotipos, suposiciones, conjeturas y sospechas que no tienen mucho que ver con la realidad pero que comenzamos a aceptar como si fueran verdades indiscutibles.
En relaci¨®n con la "intolerable" llegada de subsaharianos, los datos son los siguientes: 1) A las Islas Canarias han llegado en lo que va de a?o casi 23.000 subsaharianos, unos dos mil menos de los que han arribado a las costas italianas de Sicilia y Lampedusa. 2) A 30 de junio de este a?o, s¨®lo ten¨ªan permiso de residencia en Espa?a 106.546 subsaharianos. Eso quiere decir que los negros procedentes de los pa¨ªses mencionados representan una de las colonias de inmigrantes m¨¢s peque?as del pa¨ªs. Todos juntos no llegan a las dos terceras partes de los residentes rumanos (190.000). 3) De los casi 600.000 inmigrantes que han podido legalizar su situaci¨®n en Espa?a gracias al ¨²ltimo proceso de regularizaci¨®n, s¨®lo 24.120 proced¨ªan del ?frica subsahariana.
Los mayores problemas para la integraci¨®n de inmigrantes en Espa?a no se producen con los peque?os grupos de negros subsaharianos, sino con la muy importante colonia de inmigrantes marroqu¨ªes (m¨¢s de medio mill¨®n en situaci¨®n regular). Y a¨²n as¨ª, el colectivo marroqu¨ª es tambi¨¦n objeto de innumerables suposiciones y sospechas que, cuando se examinan los datos, resultan ser inexactas o falsas. Basta con analizar el magn¨ªfico sondeo realizado este verano por el Pew Research Center entre musulmanes que residen en Gran Breta?a, Francia, Alemania y Espa?a (www.pewglobal.org), cuya primera conclusi¨®n es que el tan criticado sistema franc¨¦s de integraci¨®n es bastante m¨¢s efectivo que el brit¨¢nico.
Todo el estudio contiene datos que ayudan a romper los estereotipos y a comprender mejor a los musulmanes espa?oles. Los dos cuadros que se incluyen en esta columna son bastante impactantes. Es cierto que la gran mayor¨ªa se considera a s¨ª misma primero musulmana que ciudadana del pa¨ªs en el que reside (un 69% frente al 46% de los musulmanes residentes en Francia) pero tambi¨¦n lo es que los magreb¨ªes que residen en Espa?a est¨¢n mucho m¨¢s preocupados por el paro (55%) que por el declive de su religi¨®n (18% frente a un 45% de los musulmanes que viven en Gran Breta?a). Curiosamente el sondeo compara esos datos con lo que sucede en Estados Unidos: el 42% de los norteamericanos tambi¨¦n se considera antes cristiano que ciudadano de Estados Unidos.
El estudio del Pew Center revela otro dato formidable: el 67% de los espa?oles cree que los musulmanes que residen en nuestro pa¨ªs quieren ser distintos, frente a un 21% que cree que desea adoptar las costumbres espa?olas. Cuando se le pregunta a los musulmanes que residen en Espa?a, la opini¨®n es la contraria: el 53% se declara partidario de adoptar las costumbres espa?olas mientras s¨®lo un 27% cree que deben ser distintos del conjunto de la sociedad. An¨®tese que en el Reino Unido s¨®lo un 41% de los musulmanes declara querer asumir las costumbres brit¨¢nicas. solg@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.