Construcci¨®n y especulaci¨®n

El domingo pasado le¨ª el art¨ªculo de Javier Mar¨ªas Los villanos de la naci¨®n, con cuyas opiniones coincido plenamente. Los partidos mayoritarios callan y el Gobierno no contesta. Estamos ante una sinraz¨®n que no se entiende y que nadie, por ahora, mira de frenar o poner en vereda. El precio es muy alto, ya que ante la nueva construcci¨®n y la especulaci¨®n no existe obst¨¢culo. El patrimonio se resiente y las vegas, o huertas tradicionales de los entornos urbanos, desaparecen sin m¨¢s. Todo se destruye para especular y hacer dinero f¨¢cil, del que participan hombres de negocio, constructores y tambi¨¦n pol¨ªticos, vinculados a instituciones municipales.

Se destruyen palacios de centros hist¨®ricos, como en Aguilar de Campoo, o se alteran trazados urban¨ªsticos, sin m¨¢s. Las intervenciones en los cascos hist¨®ricos, desde hace unos a?os, se han acabado convirtiendo en pura especulaci¨®n, en negocio f¨¢cil. Podr¨ªamos analizar las diferentes ciudades de Espa?a y nos encontrar¨ªamos con un panorama nada halag¨¹e?o. El sistema corruptivo se ha institucionalizado y la v¨ªctima siempre es la misma, el ciudadano, que no puede ni opinar. Una parte de sus impuestos se utiliza, te¨®ricamente, para mejorar los centros hist¨®ricos, que acaban convirti¨¦ndose en fuentes de explotaci¨®n. Se rehabilita poco y se destruye mucho, lamentablemente.

En mi caso, puedo citar como v¨ªctimas el centro hist¨®rico de Lleida, ya muy da?ado, y el centro hist¨®rico de Balaguer, en donde se ha aniquilado ya la mayor parte de la huerta de su entorno y ahora se va a proceder de igual forma con su centro hist¨®rico, de un gran inter¨¦s. Con el liberalismo econ¨®mico salvaje no vamos a ninguna parte. Y las j¨®venes generaciones son las que m¨¢s padecen esta sinraz¨®n.