Osama, de cerca
Retrato del l¨ªder de Al Qaeda a trav¨¦s de sus declaraciones
Osama Bin Laden, en conversaci¨®n con Jamal Ismail, corresponsal de la televisi¨®n Al Yazira, durante una entrevista emitida en 1999.
Dios todopoderoso me concedi¨® la gracia de nacer de padres musulmanes en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, en el barrio de Al Malazz, en Riad, el 10 de marzo de 1957. Despu¨¦s, Dios fue misericordioso con nosotros, que fuimos a la sagrada Medina seis meses despu¨¦s de que naciera. El resto de mi vida estuve en Hejaz , entre La Meca, Yedda y Medina.
Como todo el mundo sabe, mi padre, el jeque Muhammad Bin Auad Bin Laden, naci¨® en Hadramaut
. Fue a trabajar a Hejaz muy temprano, hace m¨¢s de 70 a?os. Entonces, Dios le bendijo y le concedi¨® un honor que no ha conocido ning¨²n otro contratista. Construy¨® la sagrada mezquita de La Meca y, al mismo tiempo -gracias a contar con la bendici¨®n de Dios-, construy¨® la mezquita santa de Medina. Entonces se enter¨® de que el Gobierno de Jordania hab¨ªa anunciado una puja para restaurar la mezquita de la C¨²pula de la Roca en Jerusal¨¦n, reuni¨® a los ingenieros y les dijo: "Calculad s¨®lo el precio del proyecto". As¨ª lo hicieron, y les sorprendi¨® que, Dios tenga piedad de ¨¦l, redujera el coste para garantizar que las mezquitas de Dios estuvieran en buen estado. Le dieron el proyecto a ¨¦l.
Bin Laden: "Los muros de la opresi¨®n y humillaci¨®n no pueden derribarse sino con una lluvia de balas"
Peter Arnett, de CNN, en 1997: "?Cu¨¢les son sus planes para el futuro?". Bin Laden: "Los ver¨¢ y oir¨¢ hablar de ellos en los medios"
Gracias a la misericordia de Dios, hubo veces en las que rezaba en las tres mezquitas
[La Meca, Medina y Jerusal¨¦n] en un mismo d¨ªa. Que Dios tenga piedad de su alma. No es ning¨²n secreto que fue uno de los fundadores de la infraestructura del reino de Arabia Saud¨ª.
Despu¨¦s estudi¨¦ en Hejaz. Estudi¨¦ Econ¨®micas en la Universidad de Yedda, la llamada Universidad Rey Abdul Aziz. De ni?o trabaj¨¦ en carreteras para la empresa de mi padre, Dios tenga piedad de su alma. Mi padre muri¨® cuando yo ten¨ªa 10 a?os. ?ste es un breve relato de la vida de Osama Bin Laden.
LA GUERRA DE AFGANIST?N
La invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, en diciembre de 1979, fue un suceso que conmocion¨® profundamente a Bin Laden, como a otros miles de j¨®venes devotos musulmanes de todo el mundo, que acudieron a la yihad afgana durante los a?os ochenta.
Osama Bin Laden, en declaraciones a la CNN en 1997.
Las emisoras de radio difundieron la noticia de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica hab¨ªa invadido un pa¨ªs musulm¨¢n; fue motivo suficiente para empujarme a ayudar a nuestros hermanos en Afganist¨¢n. A pesar del poder sovi¨¦tico, Dios nos permiti¨® transportar maquinaria pesada desde el pa¨ªs de los dos Santos Lugares [desde Arabia Saud¨ª hasta Afganist¨¢n], cientos de toneladas en total, que inclu¨ªa bulldozers, cargadoras, volquetes y material para cavar trincheras. Cuando vimos la brutalidad de los rusos que bombardeaban las posiciones de los muyahidines, con ayuda de Dios, excavamos un buen n¨²mero de t¨²neles enormes y, dentro de ellos, huecos para almacenaje.
DE NUEVO AFGANIST?N
La primera vez que Osama Bin Laden declar¨® que estaba en guerra con Estados Unidos fue el 23 de agosto de 1996, tres meses despu¨¦s de su regreso a Afganist¨¢n.
No se os debe ocultar que el pueblo del islam ha sufrido las agresiones, iniquidades e injusticias que les han impuesto la alianza de sionistas y cruzados y sus colaboradores, hasta el punto de que la sangre de los musulmanes es el bot¨ªn m¨¢s barato en manos de sus enemigos. Una sangre que se derram¨® en Palestina e Irak. Las espantosas im¨¢genes de la matanza de Qana en L¨ªbano
[cuando las fuerzas israel¨ªes atacaron un complejo de la ONU el 18 de abril de 1996 y mataron a un centenar de personas] est¨¢n a¨²n frescas en nuestra memoria. Las matanzas en Tayikist¨¢n, Birmania, Cachemira, Filipinas, Somalia, Eritrea y Chechenia, adem¨¢s de Bosnia-Herzegovina, estremecen nuestro cuerpo y sacuden nuestra conciencia.
La presencia de fuerzas militares estadounidenses de tierra, mar y aire en los Estados del Golfo Isl¨¢mico es el peor peligro que amenaza a la mayor reserva de petr¨®leo del mundo.
M¨¢s de 600.000 ni?os iraqu¨ªes han muerto debido a la falta de alimentos y medicinas y como consecuencia de las injustificables impuestas [durante los a?os noventa] a Irak y su naci¨®n. Los hijos de Irak son nuestros hijos. T¨², Estados Unidos, eres responsable de que se derrame la sangre de esos ni?os inocentes.
Los muros de opresi¨®n y humillaci¨®n no pueden derribarse sino con una lluvia de balas.
El hombre libre no se deja dirigir por infieles y pecadores.
Hermanos musulmanes del mundo: vuestros hermanos en Palestina y en la tierra de los dos Santos Lugares os piden vuestra ayuda y os piden que tom¨¦is parte en la lucha contra el enemigo -su enemigo y el vuestro-, los americanos y los israel¨ªes.
Conoc¨ª a Osama Bin Laden en 1997. Peter Arnett era corresponsal de CNN y yo trabaj¨¦ como productor de la que acab¨® siendo la primera entrevista de Bin Laden en televisi¨®n.
Viajamos a Pakist¨¢n y pasamos a Afganist¨¢n a trav¨¦s de las monta?as de Hindu Kush. En aquella ¨¦poca, los talibanes acababan de prohibir las filmaciones, lo cual supon¨ªa un obst¨¢culo evidente para nuestro proyecto, que era una entrevista televisiva con Bin Laden. Decidimos no anunciar a los talibanes que est¨¢bamos entrando en el pa¨ªs, no solicitamos visados y nos limitamos a cruzar la frontera. Llegamos a Jalalabad y aguardamos varios d¨ªas, durante los que recibimos una o dos visitas de la gente de Bin Laden.
hablaba en voz muy baja. Recuerdo que beb¨ªa t¨¦ sin cesar. De no saber lo que dec¨ªa, habr¨ªa podido parecer que estaba hablando del tiempo; pero, al leer las transcripciones de sus palabras, se notaba la rabia y la furia contra Estados Unidos.
La entrevista de Bin Laden con la CNN fue la primera ocasi¨®n en la que revel¨® a periodistas occidentales que hab¨ªa declarado la guerra contra Estados Unidos.
Declaramos la yihad contra el Gobierno de Estados Unidos porque el Gobierno de Estados Unidos es injusto, criminal y tir¨¢nico. Ha cometido actos enormemente injustos, horribles y criminales, bien de forma directa, bien mediante el apoyo a la ocupaci¨®n de la Tierra del Viaje Nocturno del Profeta por parte de Israel. Y creemos que Estados Unidos es directamente responsable de las muertes en Palestina, L¨ªbano e Irak. Su subordinaci¨®n a los jud¨ªos ha hecho que la arrogancia y la soberbia del r¨¦gimen estadounidense hayan llegado al extremo de ocupar la qibla de los musulmanes (Arabia Saud¨ª), que suman una poblaci¨®n de m¨¢s de mil millones hoy en el mundo.
En cuanto a su pregunta sobre si la yihad est¨¢ dirigida contra los soldados estadounidenses, los civiles en la tierra de los dos Santos Lugares
o los civiles en Am¨¦rica, hemos centrado nuestra declaraci¨®n en atacar a los soldados presentes en el pa¨ªs de los dos Santos Lugares. En nuestra religi¨®n, el pa¨ªs de los dos Santos Lugares tiene una caracter¨ªstica peculiar respecto a los dem¨¢s pa¨ªses musulmanes. En nuestra religi¨®n no est¨¢ permitido que ning¨²n no musulm¨¢n resida en nuestro pa¨ªs. Por consiguiente, aunque los civiles americanos no son el objetivo de nuestro plan, deben marcharse. No garantizamos su seguridad.
Peter Arnett: ?Cu¨¢les son sus planes para el futuro?
Bin Laden: Los ver¨¢ y oir¨¢ hablar de ellos en los medios, Dios mediante.
Hamid Mir, bi¨®grafo paquistan¨ª de Bin Laden
Volv¨ª a entrevistarle el 16 de mayo de 1998 cerca de Kandahar. Pas¨¦ all¨ª dos d¨ªas, y estuvo presente en la reuni¨®n Ayman al Zauahiri. Me di cuenta de que Osama Bin Laden no hablaba ya s¨®lo de la presencia de tropas estadounidenses en Arabia Saud¨ª. Ten¨ªa un gran programa. Hablaba del robo del petr¨®leo de Oriente Pr¨®ximo. Hablaba del problema de Israel y Palestina. Hablaba del problema de Cachemira e India. Hablaba de los chechenos. Y trataba de convertirse en un l¨ªder internacional de los musulmanes. Los dos hijos del jeque Omar Abdel Rahman
[el cl¨¦rigo egipcio ciego encarcelado en Estados Unidos] estaban tambi¨¦n all¨ª.
La mayor parte de las veces yo le hac¨ªa una pregunta: "?C¨®mo puede demostrar, a la luz de las ense?anzas isl¨¢micas, que debemos matar a los americanos? Por favor, conv¨¦nzame". Y se esforzaba por demostr¨¢rmelo ense?¨¢ndome un libro o una fatua. Yo no soy un hombre religioso. No domino la ley isl¨¢mica, pero he le¨ªdo el Cor¨¢n, as¨ª que le dije una cosa muy sencilla: "El Cor¨¢n dice que la sangre de un no musulm¨¢n inocente es igual que la de un musulm¨¢n. Si mata a un cristiano inocente que sea ciudadano americano, si mata a un jud¨ªo inocente, estar¨¢ violando las ense?anzas del Cor¨¢n. ?C¨®mo puede probar que su fatua es correcta?". Y ¨¦l acab¨® respondiendo: "En realidad, la fatua no es m¨ªa. En realidad, la fatua la han proclamado varios estudiosos isl¨¢micos muy importantes. Yo no hago m¨¢s que seguirla".
Cuando hablaba de pol¨ªtica, lo hac¨ªa muy bien. Pero cuando hablaba de religi¨®n, no resultaba muy convincente. Yo presenci¨¦ uno de los discursos que dirigi¨® a sus combatientes. Asist¨ªan m¨¢s de 300 combatientes y hab¨ªa un tablero enorme. Bin Laden coloc¨® un mapa de Oriente Pr¨®ximo e intent¨® explicar: "?Por qu¨¦ hay americanos en Kuwait? ?Por qu¨¦ hay americanos en Yemen? ?Por qu¨¦ los hay en Arabia Saud¨ª? ?Qu¨¦ hacen en Bahrein? Porque quieren robarnos nuestro petr¨®leo". Y los combatientes empezaron a gritar esl¨®ganes: "?Allahu Akbar! ?Allahu Akbar! ?Dios es grande!".
Cuando empez¨® a citar la sharia isl¨¢mica, los libros isl¨¢micos, el Cor¨¢n, que el Cor¨¢n ordena luchar contra los no musulmanes en favor de la supremac¨ªa de la ley isl¨¢mica, no hubo ning¨²n entusiasmo. Porque lo cierto es que no puede demostrar con el Cor¨¢n que matar a americanos sea isl¨¢mico, que matar a todos los infieles sea isl¨¢mico. No puede probarlo.
Durante la entrevista, uno de sus colegas me dijo: "Se?or Mir, ?le gustar¨ªa escribir un libro sobre el jeque?". El jeque es Osama Bin Laden. Respond¨ª: "S¨ª, pero el libro ser¨¢ un libro. No ser¨¢ propaganda". De modo que, a la ma?ana siguiente, intercambiamos opiniones sobre el proyecto, escrib¨ª una sinopsis y dije que iba a escribir mis observaciones, que pod¨ªan ser negativas o pod¨ªan ser positivas, pero que no podr¨ªa objetar. ?l dijo: "De acuerdo, acepto su condici¨®n, pero yo exijo la condici¨®n de que no deforme los hechos: tengo tres esposas. No escriba que tengo cinco. Tengo 16 hijos. No escriba que tengo 56". Repliqu¨¦: "Muy bien, no tergiversar¨¦ los hechos". Entonces ¨¦l todav¨ªa no era famoso, y pens¨¦ que podr¨ªa completar el libro en un plazo de tres o cuatro meses.
Vi a Bin Laden cuando sal¨ªa a cazar aves. Tambi¨¦n vi a las personas de su entorno jugando al f¨²tbol, bastante bien, mientras ¨¦l les observaba. Su hijo Mohamed era portero.
Conoc¨ª a sus tres hijos varones. Mohamed, Al¨ª, Saad en Ir¨¢n. Ten¨ªa 16 a?os. Yo le hab¨ªa hecho una foto sentado al lado de su padre, con un arma en el regazo, y le pregunt¨¦ a Bin Laden: "Es un ni?o. ?Por qu¨¦ lleva un arma?". Contest¨® que lo hab¨ªa decidido ¨¦l mismo. As¨ª que le pregunt¨¦ a Saad: "?Quieres seguir los pasos de tu padre?", y me respondi¨® con gran seguridad: "No, sigo los pasos de mi Profeta". "Vale", repliqu¨¦.
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