El Papa regresa triunfal a su patria b¨¢vara
Benedicto XVI exalta la fe de los cat¨®licos alemanes y fomenta la unidad de los cristianos
La Baviera que despidi¨® al cardenal Joseph Ratzinger camino de Roma un fr¨ªo d¨ªa de invierno de 1982 le recibi¨® ayer con delirio, en una luminosa tarde casi oto?al, como Benedicto XVI, el primer Papa alem¨¢n en m¨¢s de cinco siglos. La sonrisa del pont¨ªfice al aterrizar en el aeropuerto de M¨²nich, la soltura con la que pronunci¨® su discurso, al pie de la escalerilla del avi¨®n, la naturalidad con la que estrech¨® manos de autoridades y de ciudadanos de a pie, no dejaban lugar a dudas sobre lo que significa este viaje para Benedicto XVI: un regreso triunfal a su patria. Una patria que es parte de la Alemania donde naci¨® la Reforma, pero que "ha confirmado siempre su sincera devoci¨®n a la C¨¢tedra de Pedro y su firme afecto a la fe cat¨®lica".
"Regreso a mi tierra, con mi gente, con la intenci¨®n de visitar algunos lugares que han tenido una importancia vital en mi vida", dijo el Papa nada m¨¢s tomar la palabra tras el discurso de bienvenida que le dirigi¨® el presidente alem¨¢n, Horst K?hler, de religi¨®n protestante. Era una manera de admitir que el factor personal tiene una importancia grande en esta visita pastoral a Baviera de seis d¨ªas de duraci¨®n que le llevar¨¢ a su pueblo natal, a la ciudad donde fue ordenado sacerdote en 1951, y a la universidad de Ratisbona donde ejerci¨® como catedr¨¢tico de Teolog¨ªa Dogm¨¢tica durante varios a?os, y donde vivi¨® con sus padres y su hermana Mar¨ªa.
Para muchos de sus compatriotas ha sido una sorpresa comprobar que en un programa inusualmente largo (hasta ahora el Papa no ha hecho viajes de m¨¢s de cuatro d¨ªas de duraci¨®n, incluido el que le llev¨® a Colonia en agosto de 2005), Benedicto XVI no saldr¨¢ de Baviera.
M¨¢s all¨¢ de esta motivaci¨®n personal, Benedicto XVI viene a Baviera con un prop¨®sito claro, fomentar la unidad de los cristianos. En su discurso en el aeropuerto hizo una menci¨®n afectuosa a los fieles luteranos y ortodoxos, y coincidi¨® con el presidente K?hler en la necesidad de hacer mayores esfuerzos para lograr la unidad de los cristianos. A este respecto, Benedicto XVI reconoci¨® que "cinco siglos de distanciamiento no pueden resolverse con unos cuantos pasos burocr¨¢ticos".
Uno de los actos fundamentales de esta visita sentimental a su patria chica ser¨¢ precisamente la celebraci¨®n ecum¨¦nica de las V¨ªsperas, prevista para el martes, en Ratisbona, a la que asistir¨¢n representantes de las iglesias protestantes y ortodoxas. Al mismo tiempo, Ratzinger se propone reforzar la catolicidad de Baviera con su presencia. "Baviera es parte de Alemania; perteneciendo a la historia de Alemania con sus altibajos, puede con toda raz¨®n estar orgullosa de la tradici¨®n heredada del pasado. Mi deseo es que todos mis compatriotas de Baviera y de Alemania sean parte activa en la transmisi¨®n de los valores fundamentales de la fe cristiana a los ciudadanos del futuro", dijo el Pont¨ªfice.
Benedicto XVI recorri¨® en papam¨®vil el centro de M¨²nich hasta la Marienplatz, la deslumbrante plaza donde se alza la Columna de Mar¨ªa, patrona de Baviera, ante la que pronunci¨® una oraci¨®n y un breve discurso.
Decenas de miles de compatriotas le saludaron al grito de Benedetto. En la plaza, una masa de devotos fieles agitaba banderas alemanas y de la Santa Sede. Tras los discursos protocolarios, pronunciados frente a la mole espectacularmente bella del ayuntamiento neog¨®tico, hubo un momento de extraordinaria exaltaci¨®n patri¨®tica cuando, puestos en pie, las autoridades civiles, la jerarqu¨ªa religiosa, el p¨²blico y el Papa entonaron el himno b¨¢varo. No es una novedad, Benedicto XVI lo ha reconocido recientemente a la televisi¨®n regional b¨¢vara: como Papa, pertenece a la Iglesia universal, "pero mi coraz¨®n sigue siendo b¨¢varo", ha dicho.
Las Iglesias vuelven a estar de moda
Ser cristiano vuelve a estar de moda en Alemania. El primer s¨ªntoma de esta recobrada salud de la fe se observa en las arcas de la Iglesia cat¨®lica y en las de las 23 Iglesias protestantes, que obtuvieron en 2004 unos ingresos (cada ciudadano que declara su fe a Hacienda est¨¢ obligado a financiar a su Iglesia con el 8% de su IRPF) de 4.000 millones de euros.
Las di¨®cesis alemanas siempre han sido las m¨¢s ricas del mundo, empezando por la de Colonia que encabeza esa clasificaci¨®n, con un presupuesto en torno a los 700 millones de euros, superior al de la propia Santa Sede; pero la ca¨ªda del muro, en 1989, marc¨® un distanciamiento de los alemanes con las distintas iglesias, aparentemente superado ya.
Seg¨²n los datos m¨¢s recientes, casi dos tercios de los 83 millones de alemanes se declaran hoy cat¨®licos (26,5 millones) o protestantes (25,6 millones). La Conferencia Episcopal alemana, -integrada por 27 di¨®cesis- ejerce una presi¨®n casi de lobby ante el Gobierno federal, con capacidad de influenciarlo en materia educativa o de pol¨ªtica familiar, por citar dos ejemplos. Es imposible no percibir en este renacimiento del poder cat¨®lico el peso del nuevo Papa, el alem¨¢n Joseph Ratzinger, convertido en una celebridad en su pa¨ªs y especialmente en Baviera, su tierra natal. Sus libros se venden como best sellers, y esto vale para algunas de las biograf¨ªas que se han publicado sobre ¨¦l.
Los lugares ligados a su infancia, juventud y madurez como profesor de Teolog¨ªa Dogm¨¢tica y como arzobispo de M¨²nich-Freising se han convertido en atracciones tur¨ªsticas para los alemanes y muy especialmente para los b¨¢varos, que ayer le dieron un recibimiento entusiasta.
La actitud prudente de Benedicto XVI parece haber conquistado incluso a los sectores que recibieron con enorme recelo su elecci¨®n como sucesor de Juan Pablo II, en abril de 2005, incluso dentro de la jerarqu¨ªa alemana, que cuenta con importantes representantes del ala progresista, como el cardenal Kart Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal.
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