Fallece Tito Fern¨¢ndez, un director de oficio

Ram¨®n Fern¨¢ndez (ocasionalmente Tito Fern¨¢ndez), asturiano nacido en 1930, falleci¨® la noche del s¨¢bado en Ronda, tras asistir a la corrida goyesca en la que Cayetano Rivera tom¨® la alternativa.

Tito Fern¨¢ndez no fue un director famoso ni figurar¨¢ en las historias de cine por sus calidades art¨ªsticas. Era un tipo modesto que hizo su carrera "dentro del oficio", como ¨¦l dec¨ªa, "donde tengo un prestigio, pero yo nunca he cuidado mi proyecci¨®n publicitaria". Fue director de pel¨ªculas de ¨¦xito extraordinario, especialmente No desear¨¢s al vecino del quinto (1970), que fue vista, seg¨²n calculaba ¨¦l mismo, por el 30% de los espa?oles. "Ning¨²n ¨¦xito tan apote¨®sico es inocente", aseguraba, "siempre hay alguna raz¨®n para un hecho sociol¨®gico de este tipo", y en este caso Fern¨¢ndez lo atribu¨ªa a que "desde el primer al ¨²ltimo fotograma puede verse la comedia de corral de los c¨®micos medievales, que se enriqueci¨® luego con la Comedia de Arte italiana, emparentada m¨¢s tarde con la literatura de Corte, el romance de ciego... todo viene de la misma fuente, est¨¢ ya en el Arcipreste de Hita, en El libro del buen amor"...

Hombre culto y tertuliano amen¨ªsimo, Tito Fern¨¢ndez se inici¨® en el cine como meritorio y ayudante de direcci¨®n, comenzando a dirigir a los 30 a?os: ?Ah¨ª va otro recluta! y ?Aqu¨ª est¨¢n las vicetiples!, ambas de 1960, Margarita se llama mi amor (1961), Objetivo: las estrellas (1963)...

En sus casi cuarenta pel¨ªculas, rodadas en Espa?a, Italia y Francia, destac¨® especialmente en el terreno de la comedia (Sor Ye-Y¨¦, Los novios de mi mujer, Matrimonio al desnudo, El diablo Cojuelo, Casa Flora, Doctor, me gustan las mujeres, ?es grave?...), con producciones de bajo presupuesto y habitualmente filmadas en tiempo insuficiente.

Continu¨® en activo, especialmente para la televisi¨®n, medio para el que dirigi¨® la popular serie Los ladrones van a la oficina (1991), siendo hasta ahora el responsable de Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®, otro r¨¦cord de audiencia. El ¨¦xito, sin embargo, no le hizo cambiar de actitud: "La fama siempre me ha dado igual. No sirve para nada".