Esperando agua
Esperamos las lluvias torrenciales de oto?o, como esperamos el sentido com¨²n y la experiencia hist¨®rica para que unos planes de inundaciones proh¨ªban construir sobre cauces secos. Durante el t¨®rrido verano que despedimos, cayeron s¨®lo cuatro gotas y ensuciaron las polvorientas hojas de nuestros ¨¢rboles. Han sido estos meses secos en exceso, aunque estemos hartos de agua propagand¨ªstica, salobre y de p¨¦simo sabor. Un d¨ªa se descolg¨® un relevante miembro auton¨®mico del PP afirmando que nos convertiremos en el "desierto Narbona". Ni reino, ni pa¨ªs, ni comunidad, ni levante feliz, ¨¢rido o inundado: desierto merced a la voluntad de una ministra que cree m¨¢s conveniente recurrir a desaladoras y a optimizar el uso de los recursos propios que a las grandes obras hidr¨¢ulicas; unas grandes obras hidr¨¢ulicas, como el trasvase del Ebro, que podr¨ªan traer sobrantes, seg¨²n la terminolog¨ªa de nuestra valencian¨ªsima derecha, pero cuyas consecuencias finales son imprevisibles. Claro que la reflexi¨®n no importa, que lo importante es ese bombardeo propagand¨ªstico que no cesa contra el adversario pol¨ªtico que gobierna en Madrid y que, a lo mejor, tiene unos planes hidr¨¢ulicos que gozan de cierta credibilidad. Y tambi¨¦n claro que ese bombardeo propagand¨ªstico y constante debe hacer mella en muchos votantes, que ven como no llueve. No hay que hacer un esfuerzo excesivo para reconocer que el tema del agua es serio y complejo. Sin embargo, se necesita much¨ªsimo menos esfuerzo para distinguir en la pol¨ªtica informativa en torno al agua en los medios controlados por el PP. U observen ustedes las pancartas que cuelgan en las fachadas de determinados centros oficiales controlados por los conservadores: son el desvar¨ªo del partidismo sectario. Y en ese bombardeo que parece que no tiene fin, como parec¨ªan interminables las bombas hebreas del Tsahal sobre L¨ªbano, o los cohetes ¨¢rabes de Hizbul¨¢ sobre las poblaciones norte?as del territorio jud¨ªo este verano..., en ese bombardeo, f¨ªjense ustedes, la agricultura y los labradores se presentan como v¨ªctimas propiciatorias. Una verdad m¨¢s que a medias: quienes est¨¢n cerca del campo saben que nuestros cada d¨ªa m¨¢s escasos labradores est¨¢n m¨¢s preocupados por la falta de rentabilidad de su trabajo y por la p¨¦sima comercializaci¨®n de sus productos, que por el agua que siempre fue escasa por estos pagos. Ser¨ªa estar en el limbo, pero tendr¨ªa incluso tintes de ternura ver colgadas, por la derecha aqu¨ª gobernante, pancartas en los centros oficiales en las que se leyera: precio justo y rentable para la cebolla tierna, para la patata temprana, para la sand¨ªa de siempre y con semillas, para la naranja...
No caer¨¢ esa breva, y menos este verano con tan escasa humedad que hasta los gusanillos huyeron de su tradicional habit¨¢culo en los higos. Una humedad que ser¨¢ mucho m¨¢s escasa el pr¨®ximo verano cuando ya no quede agua en el subsuelo de los alrededores del Prat de Cabanes, que est¨¢n desecando, una desecaci¨®n que es la avanzadilla del ladrillo invasor. El gobierno municipal del PP afirma que todo est¨¢ en orden; los mun¨ªcipes locales y opositores del PSPV, callan porquetambi¨¦n se aprobaron un d¨ªa con sus votos macroproyectos urban¨ªsticos, que necesitan agua, y otras lindezas del cemento. Cuando desecan o permiten desecar las zonas vecinas del Prat, ignoran u olvidan que el agua es vida, y que sin agua, la que tenemos y la escasa que tuvimos siempre, en el Pa¨ªs Valenciano no viven ni los gusanillos de los higos. Y nuestra escasa agua, tambi¨¦n la que sale en los drenajes del Prat de Cabanes, la bombeamos al mar o la derrochamos en mil y una piscinas privadas, sin restricciones, sin prohibiciones ni multas, razonablemente represivas por mor de salvaguardar un bien de primera necesidad. A lo peor es que el gobierno auton¨®mico carece de autoridad en la materia, aunque determinadas medidas tomadas en otras autonom¨ªas nos indiquen lo contrario.
Porque, si la situaci¨®n en el ¨¢mbito del l¨ªquido elemento posee los tintes dram¨¢ticos que rezuma la propaganda del PP, unas razonables medidas restrictivas e incluso represivas no estar¨ªan de m¨¢s si tal es el caso. La ciudadan¨ªa por lo general tambi¨¦n es razonable y las medidas de ese tipo suelen tener resultados positivos. Incluso este verano tan seco, las medidas represivas o coercitivas ganaron vida en las carreteras, al introducirse de forma efectiva el carnet por puntos: menos muertos, que es una c¨ªvica alegr¨ªa, en unos meses sin lluvia.
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