El Athletic da aire al Betis

El Betis se zamp¨® al Athletic. Y le supo a gloria. El equipo de Irureta ha vivido el peor de sus veranos y minutos antes de saltar al c¨¦sped nadie sab¨ªa a¨²n ni c¨®mo ni a qu¨¦ iba a jugar el conjunto verdiblanco. En plena improvisaci¨®n, le vino de perlas la aseada predictibilidad de los futbolistas y del juego rojiblanco. Hasta el debutante Javi Mart¨ªnez pareci¨® un jugador que ya se hab¨ªa visto antes.

El Athletic de ayer ol¨ªa a lavanda, a cuero de sebagos y a jersey de pico de lana (inglesa). El Athletic tiene un equipo de buena familia, correcto, limpio y trabajador, pero le falt¨® tensi¨®n competitiva, astucia de barrio y, algo hist¨®ricamente sorprendente, garra. Acartonado y hasta inocent¨®n, como qued¨® claro en la fant¨¢stica jugada de Maldonado en el segundo gol b¨¦tico. "Pero ¨¦ste no ten¨ªa que apurar hasta la l¨ªnea de fondo para despu¨¦s centrar", pareci¨® decir la cara de Sarriegi, sorprendido por el regate de tac¨®n del joven interior.

Gabilondo perdon¨® al Betis un gol a los once minutos que parec¨ªa inevitable tras el tremebundo fallo de Melli, que no se sabe bien si quiso despejar o centrar, pero lo que acab¨® por hacer fue dejar solo al interior vasco frente a Doblas. Pero Gabilondo chut¨® al palo, como Yeste lo hiciera a las manos de Doblas en dos ocasiones. Todo esto, antes de que el Betis se acercara a la meta de Aranzubia.

Andaba el equipo de Irureta intentando reconocerse. Por el momento, se hab¨ªan dado cuenta de que Vogel es una hormiguita - como todas las hormiguitas, trabaja por cinco-, Rivera disfrutaba de mayor libertad creativa, precisamente por el desempe?o del suizo, Edu recuperaba su ponzo?a entre l¨ªneas y Maldonado se sacud¨ªa fantasmas varios a fuerza de regates y determinaci¨®n. Mientras acababa el autoan¨¢lisis, el Betis aprovech¨® una de sus armas m¨¢s a?ejas. Juanito logr¨® marcar tras un barullo de patio de colegio a la salida de un c¨®rner. Y a punto estuvo de repetirlo un cuarto de hora despu¨¦s, de nuevo tras un saque de esquina y un cabezazo sorprendentemente solitario.

Con el primer gol, el Betis gan¨® tiempo y una dosis de tranquilidad que hac¨ªa tiempo que no viv¨ªa. Mientras tanto, el Athletic presionaba correctamente, se desplegaba de libro y, precisamente por eso, era predecible. Todo lo contrario que la escapada de Maldonado por la banda derecha nacida de su soberbio regate. Cuando nadie en el Athletic lo esperaba, el jugad¨®n de Maldonado les mat¨®.

Apost¨® Sarriugarte por Urzaiz en el segundo tiempo. Un especialista, un aviso tambi¨¦n de que la t¨¢ctica ofensiva se iba a parecer bastante a una granizada sobre el ¨¢rea b¨¦tica. Del librillo rojiblanco tambi¨¦n, del cap¨ªtulo referente a las prisas. Pero el Betis ya contaba con renta para especular. Y lo hizo. Mientras Javi Mart¨ªnez y compa?¨ªa mov¨ªan la pelota en horizontal hasta encontrar el desmarque de uno de sus puntas, los b¨¦ticos afilaban su dibujo a la espera de cortar un pase o hacerse con un rechace para salir pitando en busca de Aranzubia. En una de ¨¦sas, Gabilondo se gan¨® una amarilla por cortar por lo sano una salida de Maldonado.

El Athletic dispuso as¨ª de un falso dominio y hasta de un buen par de ocasiones de Aduriz -de cabeza- y Murillo. Pero fue el Betis el que redonde¨® el marcador cuando ya le faltaba el aire a casi todos.

Irureta s¨ª que respiraba. Adem¨¢s, llega al derby contra el Sevilla con moral y dos brotes de crack para que se hable en las barras de las tabernas de la ciudad: Maldonado y Sobis.