El hombre que cambi¨® el concepto de piloto
Al fichar por Benetton, en 1991, Schumacher se prob¨® en Silverstone y en cinco vueltas con lluvia mejor¨® el tiempo de Piquet, el campe¨®n
Lo que m¨¢s me impresion¨® siempre de Michael Schumacher fue su capacidad de trabajo. No s¨®lo lo recuerdo de cuando lleg¨® a Benetton en 1991, equipo del que yo entonces era director deportivo, sino que ha sido una din¨¢mica personal que ha ido manteniendo a lo largo de los a?os. Incluso ahora que anuncia su retirada, sigue siendo el piloto que m¨¢s trabaja, el que m¨¢s se preocupa de su coche, un campe¨®n al que no le caen las medallas cuando debe viajar desde Asia a Jerez para realizar pruebas, despu¨¦s de ganar una carrera. A sus 37 a?os sigue llevando la competici¨®n en las venas y manteniendo un alt¨ªsimo nivel de condici¨®n f¨ªsica, porque nunca ha olvidado su preparaci¨®n.
En este sentido, Schumacher rompi¨® moldes desde su llegada a la F-1. Los estereotipos de pilotos que entonces reinaban eran los de grandes conductores, con muy buenas manos, pero que acababan las carreras destrozados por su poca capacidad f¨ªsica. En muchas ocasiones pudo verse a Ayrton Senna caerse pr¨¢cticamente al bajar del coche tras carreras de mucho calor, donde la exigencia f¨ªsica era importante. Y lo mismo ocurr¨ªa con Nigel Mansell, Piquet y tantos otros pilotos. Pero Schumacher nunca ha pasado por esta situaci¨®n. Su primera aportaci¨®n a la F-1 fue ¨¦sta. Y cambi¨® el concepto de lo que deb¨ªa ser un piloto. Ahora todos son cuadrados, musculados, tienen sus propios preparadores f¨ªsicos y siguen unos programas estrictos de preparaci¨®n f¨ªsica.
Antes de 'Schumi', los pilotos acababan rotos f¨ªsicamente; desde su llegada, est¨¢n cuadrados
A su llegada al 'circo', el alem¨¢n no conoc¨ªa el reglamento. Lo aprendi¨® en una semana
Sin embargo, Schumacher es mucho m¨¢s que eso. Era un crack ya cuando lleg¨® a la F-1. Entr¨® en el circo disputando una carrera con Jordan y luego, aprovechando las indefiniciones de un contrato poco claro, Flavio Briatore lo trajo a Benetton en la siguiente carrera, en Monza. La primera vez que se subi¨® a un Benetton fue en Silverstone. Aquel d¨ªa la pista estaba h¨²meda, ca¨ªa una ligera llovizna y el circuito estaba realmente peligroso. Pero Michael se subi¨® al coche, dio cuatro vueltas y en la siguiente comenz¨® a marcar mejores tiempos que su compa?ero de equipo, un tal Nelson Piquet, entonces campe¨®n del mundo. Le paramos en boxes para decirle que era s¨®lo una toma de contacto, que no deb¨ªa demostrar nada a nadie, que no hac¨ªa falta correr tanto. Pero su respuesta fue tajante: "No, no, no lo estoy haciendo. Todav¨ªa no voy al l¨ªmite, ni mucho menos".
Cuando lleg¨® hab¨ªa muchas cosas que desconoc¨ªa. Y una de ellas el reglamento. Sab¨ªa que deb¨ªa conocerlo al detalle para evitar problemas y lo aprendi¨® en una semana. Entonces, un d¨ªa le sugerimos que cada vez adquir¨ªa m¨¢s importancia la rapidez con que se hac¨ªa el pit-stop, y ¨¦l lo estudi¨® todo al detalle, buscando el mejor ¨¢ngulo de entrada, la mejor salida y convirti¨¦ndose en el piloto que menos tiempo invierte desde que deja la pista hasta que la recupera en el revituallamiento. Al principio cometi¨® muchos errores de conducci¨®n y tom¨® decisiones desacertadas, como todo el mundo. Pero de cada uno de ellos aprendi¨® r¨¢pido. Pocas veces los repiti¨®. Y con el tiempo fue adquiriendo la solvencia propia de un gran campe¨®n: casi no comet¨ªa errores. Sin embargo, lo que siempre m¨¢s le ha diferenciado de todos los dem¨¢s, y ¨¦se es un aspecto com¨²n de los grandes campeones, es su capacidad para adaptar su pilotaje a las necesidades del coche para conseguir sacarle en todo momento el m¨¢ximo rendimiento. Lo que hizo en 1994 en Barcelona fue extraordinario: corri¨® la ¨²ltima parte de la carrera s¨®lo con dos marchas, la segunda y la quinta. Y acab¨® segundo, por detr¨¢s de Damon Hill. No se lo he visto hacer a nadie m¨¢s.
Y luego, cuando se fue a Ferrari, ten¨ªa ya dos t¨ªtulos mundiales en el bolsillo y reconoci¨® que sin la gente con que hab¨ªa estado trabajando en Benetton no ser¨ªa nadie en la escuder¨ªa italiana. Fue humilde. Y con su contrato, blind¨® el de todos los ingenieros ingleses que se llev¨® a Ferrari: Byrne y Brawn, entre ellos. A¨²n as¨ª tardaron cuatro a?os en lograr el primer t¨ªtulo. Pero despu¨¦s encadenaron cinco. Hasta que el a?o pasado los cambios reglamentarios rompieron aquella impresionante racha. Y Michael Schumacher perdi¨® su condici¨®n de campe¨®n. All¨ª comenz¨® su ¨²ltimo viacrucis. Y ayer anunci¨® su adi¨®s, triste y sinti¨¦ndose maltratado por la escuder¨ªa a la que lo ha dado todo y que ahora apuesta por Raikkonen para asegurarse el futuro.
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