Toda una naci¨®n guarda silencio
Familiares, amigos y ciudadanos an¨®nimos rinden homenaje a los 2.973 muertos
Cuatro momentos de profundo silencio. A las 8.46; a las 9.03; a las 9.59 y a las 10.29. Era por la ma?ana en la costa este de Estados Unidos, seis horas m¨¢s en la Espa?a peninsular. Cinco a?os despu¨¦s del peor ataque terrorista sufrido en suelo estadounidense, los familiares y amigos de las 2.749 personas que perdieron la vida en Nueva York, guardaron silencio. La primera vez a las 8.46, para recordar el instante en el que el vuelo 11 de American Airlines convertido en un misil por los terroristas impactaba contra la Torre Norte del World Trade Center. Cabezas gachas y un ta?ido de campana. Un minuto sin palabras, pero con llanto.
El silencio se rompi¨® con la lectura del primer nombre de una larga lista de fallecidos. Paul John Gill. "Mi amor por ti es eterno", le confes¨® mientras le¨ªa su nombre Mar¨ªa Acosta a Paul, su novio, fallecido el 11 de septiembre de 2001. "Todos te seguimos queriendo". Se escuchaban sollozos. El hipar de algunos familiares. Otros se alejaban de la enorme tumba en que se convirti¨® el lugar donde se alzaban las Torres Gemelas y se abrazaban, todav¨ªa rotos por el dolor cinco a?os despu¨¦s. La lectura de los nombres prosegu¨ªa. Llevar¨ªa m¨¢s de dos horas completarla. Las manos cruzadas reposando delante de su cuerpo, la mirada seria del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
El 95% recuerda exactamente lo que estaba haciendo en el momento del ataque
"Los muertos no est¨¢n muertos hasta que son olvidados", explica Diane Kellie
Segundo momento de silencio. Tres minutos despu¨¦s de las nueve de la ma?ana. El vuelo 175 de United Airlines se convert¨ªa en un arma letal al estrellarse contra la Torre Sur, la segunda atacada pero la primera en derrumbarse como un castillo de naipes. Eran las 9.59. Fue el tercer momento de silencio en el d¨ªa de ayer. "Nunca olvidaremos", se le¨ªa en una pancarta. Los familiares de aquellos que se lanzaron por las ventanas presos de la desesperaci¨®n, de los que fueron condenados a muerte por los terroristas, manifestaban sus sentimientos. De forma queda y con serenidad. "Ten¨ªa que estar aqu¨ª. No pod¨ªa no estar", aseguraba Mary Jane Edgar, 50 a?os, de Nueva York. Su hermano, James Waring, muri¨® dentro de la Torre Norte a los 49 a?os.
No todos los que contemplaban el enorme vac¨ªo dejado por las Torres perdieron a alguien hace cinco a?os. Carol Fritz, 15 a?os: "No fui consciente de lo que ocurri¨® en su momento", dice la joven que en 2001 ten¨ªa 10 a?os. "Pero mis hijos y mis nietos me preguntar¨¢n que pas¨® y quiero poder decirles que estuve aqu¨ª". "No es f¨¢cil venir aqu¨ª y decir en alto el nombre de la persona que cre¨ªas que siempre estar¨ªa a tu lado", relat¨® el alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg. Su antecesor en el cargo, Rudy Giuliani, que dirigi¨® las operaciones de rescate en 2001, record¨® "a todos los inocentes que vinieron aqu¨ª a trabajar aquel d¨ªa, y a los valientes que murieron cuando estaban ayud¨¢ndoles a salir". A las 10.29 llegaba el cuarto momento de silencio. La Torre Norte cubr¨ªa de polvo y muerte Manhattan en su ca¨ªda hace cinco a?os.
"Los muertos no est¨¢n muertos hasta que son olvidados", explicaba Diane Kellie, cuya sobrina y el novio de ¨¦sta iban a bordo de los aviones suicidas. Por eso fueron recordados en el aeropuerto Logan de Boston. De all¨ª partieron los dos aviones que dejaron casi 2.800 muertos en Nueva York. Los guardias de seguridad dejaron de hacer su trabajo por un momento y guardaron silencio. A ellos se unieron los pasajeros que esperaban en la fila para ser inspeccionados. Todos contemplando la bandera estadounidense. El 95% de los estadounidenses recuerda exactamente qu¨¦ estaba haciendo el d¨ªa en que cambi¨® EE UU, seg¨²n el Pew Center.
Toda la naci¨®n rindi¨® ayer homenaje a los muertos. El Pent¨¢gono se ilumin¨® en la v¨ªspera del 11-S con 184 rayos de luz, uno por cada fallecido aquel martes de septiembre. Las luces seguir¨¢n encendidas hasta la noche de hoy. El vuelo 77 de American Airlines despegaba a las 8.20 del aeropuerto de Washington. A las 9.37 impactaba contra el Pent¨¢gono. A esa hora rein¨® ayer durante un minuto una sobrecogedora mudez.
Lo mismo a las 10.15. Cuando el vuelo 93 de United Airlines procedente de Nueva York ca¨ªa en Shanksville (Pensilvania), tras una lucha de los secuestradores con los secuestrados que impidi¨® que la nave llegara a su objetivo, supuestamente el Capitolio de Washington. Hasta all¨ª se desplaz¨® el presidente Bush para honrar a 40 v¨ªctimas m¨¢s del compl¨® del 11-S.
Desde California a Florida. De Dakota del Norte a Tejas. Los cuatro puntos cardinales de Estados Unidos estuvieron ayer durante un minuto del d¨ªa presididos por la quietud. En Ohio, se izaban 3.000 banderas de barras y estrellas para honrar a los muertos. En los jardines de la Casa Blanca, el vicepresidente, Dick Cheney -que ten¨ªa como invitada a la antigua primera ministra de Reino Unido Margaret Thatcher- manten¨ªa la cabeza baja durante los 60 segundos de recuerdo que a las 8.46 marcaron el inicio de la tragedia. En la Casa Blanca, el mutismo lo rompi¨® una corneta militar. Estados Unidos amaneci¨® ayer irreconocible a como era hace media d¨¦cada: en guerra en Afganist¨¢n e Irak y gobernado por un sistema de colores de alerta terrorista, que ayer era amarillo elevado.
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