Goles de todos los colores

El campe¨®n inici¨® la defensa del t¨ªtulo y estren¨® camiseta publicitaria con un triunfo autoritario en un partido relativamente c¨®modo. La solemnidad de la jornada en el estadio, por m¨¢s perro que fuera el d¨ªa, no admit¨ªa un resultado adverso. No es que el Levski Sof¨ªa sea un mal equipo sino que los azulgrana dominaron las diferentes suertes del juego y mostraron una larga gama de remates. Hubo goles de todos los colores y en momentos distintos del encuentro, con el viento a favor y en contra, prueba inequ¨ªvoca de la universalidad y jerarqu¨ªa azulgrana. El partido tuvo, en cualquier caso, un hilo conductor indiscutible: Iniesta, un jugador de cuerpo tan liviano como poderoso futbol¨ªsticamente.

Aunque Rijkaard cambi¨® ayer a medio equipo respecto al partido del s¨¢bado, el Barcelona destrip¨® al Levski Sof¨ªa de la misma manera que a Osasuna. Ronaldinho se arranc¨® por el margen izquierdo nada m¨¢s empezar, resbal¨® el lateral, centr¨® el brasile?o para Eto'o y el camerun¨¦s dej¨® pasar la pelota para la llegada de Iniesta, que remat¨® estupendamente desde el balc¨®n del ¨¢rea. Jugaban los azulgrana a una velocidad imposible para los b¨²lgaros, demasiado exigidos, todav¨ªa desorientados. Iniesta repart¨ªa caramelos para los laterales y los extremos y Deco le daba intensidad al equipo. Hab¨ªa mucho ritmo y la fluidez fue por momentos tan extraordinaria que el equipo se dej¨® ir, entre alegre y festivo, como si diera el partido por resuelto, y abon¨® la contra del Levski, un equipo con un buen despliegue f¨ªsico y agresivo.

Excelente cuando acorta el campo, el Barcelona se estir¨® demasiado, y el partido se desboc¨® malamente en plena tormenta. Los azulgrana se enfriaron con el agua, el juego perdi¨® calor y las p¨¦rdidas de bal¨®n se sucedieron en la divisoria para suerte del plantel b¨²lgaro, que se asent¨® mucho y bien para disgusto de Rijkaard. No encontraban los barcelonistas el punto de referencia en el campo porque los zagueros defend¨ªan muy atr¨¢s, los centrocampistas se extraviaron en mitad de la cancha y los delanteros quedaron desconectados.

El partido adquiri¨® incluso por momentos un tono preocupante para el Barcelona porque el Levski conquist¨® el bal¨®n con tanto orgullo como energ¨ªa. La confianza, sin embargo, le traicion¨®. Perdi¨® atenci¨®n en la defensa de una falta, y los azulgrana tiraron un contragolpe terminal por su verticalidad: Iniesta profundiz¨® para Eto'o y el camerun¨¦s meti¨® la pelota para la carrera de Giuly, cuya diagonal desequilibr¨® a los zagueros b¨²lgaros y dej¨® al portero vendido.

El gol tumb¨® definitivamente al Levski y seren¨® al Barcelona, que remat¨® el partido a la salida del descanso en un libre directo botado por Ronaldinho, mal rechazado por el portero y aprovechado por Puyol, nuevamente titular. Recuper¨® el Bar?a su mejor versi¨®n y se regal¨® un segundo acto muy interesante, incluso con los cambios de por medio. Las vertiginosas triangulaciones azulgrana reventaron a los b¨²lgaros. El gol de Eto'o retrat¨® perfectamente la situaci¨®n. El camerun¨¦s elimin¨® hasta tres zagueros, con uno y otro amago, antes de rematar a c¨¢mara lenta con la zurda, una novedad en el cat¨¢logo del artillero barcelonista, activado de nuevo por Iniesta y Deco, que mezclaron muy bien todo el rato.

El partido se puso tan franco que la hinchada apreci¨® los buenos detalles por m¨¢s intrascendentes que pudieran parecer. El m¨¢s aplaudido fue una intervenci¨®n a modo de tackle de Thuram, que le sac¨® un remate de gol a Emil Angelov sin cometer penalti. Pese a que el marcador invitaba a economizar esfuerzos, y as¨ª procedi¨® Rijkaard en la rueda de sustituciones, el Bar?a no dej¨® de jugar a f¨²tbol hasta que el ¨¢rbitro dio por acabado el partido. La firma la puso Ronaldinho en la prolongaci¨®n con un remate a la escuadra despu¨¦s de culminar una acci¨®n en la que intervino el equipo al completo, muestra de su buena sincronizaci¨®n.

Alcanzado el d¨ªgito fetiche del 5, el aficionado abandon¨® el estadio con un rostro de satisfacci¨®n. A efectos del marcador, apenas se repar¨® en las ausencias anoche de M¨¢rquez, que ni siquiera fue convocado, y de Messi, que no sali¨® al campo. Las rotaciones han funcionado en dos encuentros sencillos. Osasuna y Levski Sof¨ªa se quedaron a cero, incapaces de combatir la ofensiva de un equipo barcelonista que se va poniendo en forma desde la victoria. El m¨¦rito del Barcelona ha sido al fin y al cabo responder a su condici¨®n de favorito con un f¨²tbol siempre reconocible y por tanto, delicioso. As¨ª de f¨¢cil y as¨ª de dif¨ªcil.